La muerte ronda a los niños malnutridos de los asediados suburbios de Damasco

La muerte ronda a los niños malnutridos de los asediados suburbios de Damasco

Según UNICEF, más de 1.100 niños sufrieron en estos últimos tres meses malnutrición aguda en la zona de Guta, rebelde, asediada por el régimen.

La pequeña Sahar Dofdaa, poco antes de morir por desnutrición en el este de Damasco.AMER ALMOHIBANY / AFP

Esquelética, con las huesos marcando su piel translúcida, la pequeña Sahar, de un mes, tenía problemas para respirar. Poco después murió en un hospital de la Guta Oriental, una zona controlada por los rebeldes y asediada por el régimen sirio, donde cientos de niños sufren malnutrición.

Esta región rural situada en el este de Damasco está sitiada desde 2013 por el régimen de Bashar Al Asad, y la ayuda humanitaria llega con cuentagotas.

Es una de las cuatro "zonas de distensión" instauradas en mayo por los aliados de los beligerantes en Siria, con el objetivo de llegar a una tregua y poner fin a esta atroz guerra que asola el país. Pero con la falta de víveres, cientos de niños sufren malnutrición aguda, según un responsable de sanidad.

El sábado, los padres de la pequeña Sahar Dofdaa llevaron a su hija de 34 días a un hospital de Hamouria, una localidad de la Guta, según una imágenes grabadas por un colaborador de la AFP.

Con la piel pegada a los huesos y sus ojos abiertos de par en par, Sahar fue colocada sobre una balanza. Solo pesaba 1,9 kilos.

Sahar, con un pañal demasiado grande para ella del que salían dos piernas esqueléticas, sufría, como cientos de niños en la Guta, de malnutrición aguda grave. Entre sollozos, su madre, también con carencias alimentarias, no podía darle el pecho, según una fuente médica.

Sahar murió el domingo por la mañana.

En otra localidad de la Guta, un niño también murió este fin de semana de malnutrición, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Según UNICEF, más de 1.100 niños sufrieron en estos últimos tres meses malnutrición aguda en esta zona.

"Con el cierre de la Guta, y el aumento de los precios de los alimentos, el tema de la malnutrición se está degradando", advirtió Monica Awad, una responsable de la institución.

El jueves, en el hospital de Hamouria, las enfermeras trataban a varios recién nacidos, según el colaborador de la AFP.

"En este momento, los alimentos de primera necesidad que tenemos que dar a los niños no llegan, especialmente el azúcar y las materias grasas", afirmó a la AFP Yahya Abu Yahya, médico y responsable local para la oenegé turca Social Development International, que cuenta con varios centros médicos en la región.

"Muchos niños sufren carencias, migrañas, problemas de visión, trastornos psicológicos", lamentó, antes de añadir: "todo esto es debido a la falta de nutrientes y de recursos esenciales de energía que el niño tiene que absorber cada día".

Según él, los centros médicos gestionados por su oenegé en la Guta acogieron en estos tres últimos meses a unos 9.700 niños.

"Entre ellos, 80 sufren malnutrición aguda grave, 200 malnutrición aguda moderada, y unos 4.000 niños sufren carencias nutricionales", prosiguió.

Para el doctor Abu Yahya, "las cantidades enviadas por Naciones Unidas (...) solo cubren entre el 5% y el 10% de las necesidades nutricionales de los niños de la Guta que se encuentran en esta situación".

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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