Por qué Moreno Bonilla evita ser Ayuso (y estos son los motivos)

Por qué Moreno Bonilla evita ser Ayuso (y estos son los motivos)

Dos presidentes autonómicos del PP y dos estilos diferenciados. La cara y la cruz de dos formas de actuar ante cuestiones como el plan de ahorro del Gobierno. ¿Solo puede quedar uno?

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una imagen de archivo.Álex Cámara/Europa Press via Getty Images

Que en el Partido Popular ha emergido con fuerza una tendencia que rompe con la estrategia de confrontación total que abandera Ayuso en Madrid es algo que ya no se puede ocultar. Si el fin de la etapa de Casado con la llegada de Núñez Feijóo hizo soplar vientos de cambio desde Galicia que propugnaban el regreso de un PP moderado, el triunfo electoral de Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía simbolizó una bocanada de aire fresco que alienta que esa tesis es más que factible.

A pesar de que Moreno comparte aspectos centrales de las políticas de Ayuso, como en el plano económico las rebajas fiscales para captar inversiones empresariales, el tono y las formas con las que se ganó la confianza de una mayoría de votantes chocan frontalmente con el discurso de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Los ejemplos parten desde la relación con el principal competidor a la derecha del PP, Vox, pero recientemente también se ha visto con claridad la división en otra cuestión de plena actualidad: ¿Qué hacer o decir ante el plan de ahorro energético del Gobierno?

El desafío ‘a la madrileña’ de Isabel Díaz Ayuso a varias de las medidas de dicho plan cogió con el pie cambiado al PP. Desde que se hicieron públicas las iniciativas contenidas en el real decreto-ley que entró en vigor la madrugada del pasado miércoles, la Comunidad de Madrid tomó la delantera mostrando una oposición férrea a un paquete destinado a cumplir con el compromiso europeo de reducir un 7% el consumo de electricidad ante un eventual corte de energía de Rusia.

A golpe de tuit, Ayuso era la primera dirigente autonómica del PP en pronunciarse sobre el plan. Y lo hizo asegurando que Madrid no se apagaría y desobedecería cuestiones como el apagado de los escaparates de comercios. Tras una semana de tira y afloja, aquella promesa se fue modulando pasando de admitir que tendrían que cumplir, primero con las medidas que no afectaban a las competencias regionales, y, luego, con la totalidad del decreto al que finalmente anunciaron que presentarían un recurso de constitucionalidad.

Por su parte, desde Génova 13 se fueron consumando una serie de bandazos y vaivenes que han ido desde un Feijóo que había propuesto medidas que finalmente incluyó el plan -como la limitación de temperatura en invierno y verano- a altos cargos del PP obligados a matizar que se habían planteado sin “imposición”. Pese a que la dirección nacional de los populares acabó definiendo su postura reclamando la retirada del decreto y, en cierto modo, bendiciendo la estrategia de Ayuso, ha sobresalido otra forma, manera o estilo de actuar en este ámbito. La de Moreno Bonilla.

Moreno no quiere librar la “batalla judicial” de Ayuso

Es imposible obviar que después de la histórica mayoría absoluta cosechada por Moreno en los pasados comicios andaluces, quedó avalada una suerte de línea moderada, sin estridencias -y sin necesidad de Vox-, que el propio presidente de la Junta defendió como exitosa en la junta directiva del PP. Aquel mismo día, Ayuso adelantaba que “nadie me va a enfrentar a Juanma Moreno, nadie me va a enfrentar a Alberto Núñez Feijóo, y yo no voy a cambiar ni un milímetro mi política en la Comunidad de Madrid”. Pero comenzaban a surgir voces que apuntaban a que le hacía perder poder.

La prueba de que hay dos líneas en el PP queda plasmada en cómo ha jugado sus cartas Moreno respecto al plan de ahorro energético. Andalucía fue de las primeras comunidades en aclarar que cumplirían y el pasado martes aseguraba en una entrevista con la Agencia EFE que no quiere abrir una “batalla judicial” en el Tribunal Constitucional: “Hay tiempo para que el Gobierno reaccione, vuelva al diálogo y negocie con las autonomías y con los sectores afectados”.

Sin embargo, Moreno no ha realizado esta afirmación sin desviarse de las críticas del argumentario del PP al real decreto-ley y lo ha tachado de “ideologizado, de un trágala” y de la reclamación de una Conferencia de Presidentes que planteó Feijóo. También ha adelantado que los servicios jurídicos de la Junta estudiarán una posible invasión de competencias, igualmente. Al mismo tiempo ha roto una lanza en favor de Ayuso, dejando entrever que el plan afecta “más a unas autonomías, caso de Madrid, que a otras”. Y que para nada la presidenta madrileña “marca el paso” al PP.

Esta postura contrasta en gran medida con la oposición encarnizada de la Comunidad de Madrid, centrada en el estudio milimétrico del texto jurídico para tratar de tumbarlo por la vía judicial, una cuestión de la que aseguran que ya han detectado 10 posible puntos de controversia que invaden competencias autonómicas.

Tenemos que evitar la bronca por la bronca
Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía

También son distintas las formas a la hora de explicar el rechazo de unos y otros. Frente a una Junta andaluza que “apoya sin fisuras la idea de reducir el consumo” y el compromiso suscrito con los socios comunitarios, se encuentran declaraciones de Ayuso como que Madrid sería la única capital europea en tener apagados los escaparates de comercios a partir de las 22.00 horas. Eso si consideramos que París no es una capital europea, claro.

Por su parte, Moreno ha defendido que “tenemos que evitar la bronca por la bronca. Conmigo que no cuenten”.

Las propuestas de Andalucía y las de Madrid

Con todo, si algo ha diferenciado a Moreno y Ayuso en sus reticencias al paquete de medidas es lo que, precisamente, había venido defendiendo el Gobierno: que las comunidades autónomas presentasen sus propuestas y aportaciones. La propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, había explicado que durante la reunión interterritorial con las CCAA, la mayoría mostraron su voluntad de aportar, de cara al grueso de las medidas que se implementarán en septiembre. Casi todas.

Cuando la consejera madrileña de Medio Ambiente, Paloma Martín, fue preguntada en Telemadrid por cuáles son las propuestas que llevarían se limitó a citar que la comunidad cuenta desde 2017 con un plan de ahorro y eficiencia energética en los edificios públicos, aprovechando para cargar contra el portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato. A insistencia del periodista, Martín puntualizó que el Gobierno cuenta con sus propuestas desde julio y que serían las mismas que pondrían encima de la mesa. ¿Y cuáles son?

Creemos que el plan debe estar orientado a bajar el precio y que las medidas han de ser recomendaciones para el sector privado, incentivadoras
Paloma Martín, consejera madrileña de Medio Ambiente

“Nosotros volveremos a trasladar a la ministra las propuestas que tiene el Gobierno de la Comunidad de Madrid, que son propuestas a corto plazo, para contribuir a rebajar el precio de la luz, quitando impuestos y costes asociados que representan el 60% de la factura que pagamos, y además medidas a medio y largo plazo para que la política energética de España sea acorde a las necesidades”, indicó.

En una entrevista en RNE, Martín también daba pistas sobre qué verían en la Comunidad de Madrid con buenos ojos. “Creemos que el plan debe estar orientado a bajar el precio y que las medidas han de ser recomendaciones para el sector privado, incentivadoras, y no pueden ser medidas impuestas, que es lo que se establece con este real decreto”, reconoció.

Por su parte, la respuesta desde San Telmo ha sido la de arrimar el hombro y anunciar que la Junta de Andalucía ya trabaja en su propio paquete de medidas para ahondar en el ahorro energético de sus edificios. Un plan que se aplicará a corto, medio y largo plazo. Según ha explicado el consejero andaluz de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela, se procederá a realizar una “análisis de usos de las distintas competencias de la Administración”, así como establecer “horarios de uso para edificios administrativos” y un “plan masivo de optimización de la potencia contratada”.

En lo que sí vamos a hacer un especial énfasis es en hacer un uso ejemplar de la energía por parte de la administración andaluza
Jorge Paradela, consejero andaluz de Política Industrial y Energía

Paradela también destacó que introducirá una iniciativa no contemplada en el decreto, un “plan masivo de compensación de energía reactiva”, es decir, aquella infrautilizada en la red. Esta medida estará acompañada de auditorías energéticas en edificios públicos y análisis de la gestión eléctrica, el fomento del teletrabajo o la implementación de un “manual de buenas prácticas de ahorro energético del empleado público”.

Con la vista en un horizonte más lejano, la Junta apostará por un plan de inversiones para la mejora energética y las fuentes renovables, a cargo de fondos Feder y Next Generation, o la sustitución de vehículos de combustión por modelos eléctricos. El consejero finalizaba la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno andaluz con unas declaraciones que dejaban entrever esas dos posturas ante el decreto en el PP: “En lo que sí vamos a hacer un especial énfasis es en hacer un uso ejemplar de la energía por parte de la administración andaluza. [...] Sin prisa pero sin pausa, tratando de ejercer un papel ejemplar como líder para la sociedad”.

Y así parece que se desarrollan los acontecimientos en un PP con dos caras. Sin prisa pero sin pausa.

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Antón Parada es redactor de actualidad en El HuffPost. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar aquí trabajó cinco años en La Voz de Galicia y pasó por los micrófonos de Radio Voz.

Puedes contactar con él escribiendo a: anton.parada@huffpost.es