PSOE y PP pactan que los jueces que entren en política no puedan ejercer hasta 2 años después de dejarla

Los jueces que abandonen la carrera judicial y decidan probar suerte en el mundo de la política no podrán ejercer de nuevo hasta dos años después de abandonarla. Esa es, tal como han avanzado eldiario.es y la Cadena SER, una de las medidas pactadas entre PSOE y PP, que encaran la recta final de las negociaciones para aprobar finalmente la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

De acuerdo con la información avanzada, el PSOE habría aceptado una de las grandes apuestas del Partido Popular para renovar el CGPJ: poner coto a las puertas giratorias en Justicia. Así, de suscribirse ahora el acuerdo entre ambos partidos, los magistrados que cesen en algún cargo político no podrán dictar sentencias hasta dos años después de dejar el puesto.

La Cadena SER, por su parte, avanza qué pasará durante esos dos años en la reserva y qué sucederá con la categoría de los magistrados que decidan volver a vestir la toga. Así, los que hayan ocupado un puesto en la Administración General del Estado permanecerán esos dos años con la categoría de magistrados del Tribunal Supremo. Los que hayan ejercido en Administraciones autonómicas y locales, se quedarán con categoría de magistrados del Tribunal Superior de Justicia.

La medida pactada, además, no está previsto que tenga carácter retroactivo, por lo que en caso de que Margarita Robles (Defensa), Pilar Llop (Justicia) y Fernando Grande-Marlaska (Interior) cesen en sus respectivos ministerios, podrán volver a ejercer sus funciones como magistrados. Todo esto si después de pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial se procede a la reforma de la  Ley Orgánica del Poder Judicial.

Votación en el Senado

Mientras el PSOE y el PP siguen negociando la renovación del Consejo General del Poder Judicial  el pleno del Senado ha rechazado este miércoles estudiar una iniciativa de Ciudadanos cuya tramitación sí han respaldado los populares para que los vocales de este órgano sean elegidos por los propios jueces.

Se trata de una proposición de ley que ha defendido ante el pleno el senador Miguel Sánchez para lograr lo que ha definido como la “despolitización de los órganos constitucionales”, ya que no solo planteaba modificar la elección del CGPJ sino también del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo.

Hasta cuatro leyes orgánicas proponía modificar su iniciativa, cuya toma en consideración ha sido rechazada con los votos mayoritarios del PSOE, ERC, EH Bildu, PNV, JxCAT y la Izquierda Confederal, pero apoyada por Cs, el grupo popular y Vox.

El escollo en la negociación y el caso de Pumpido

Fuentes populares consultadas por Europa Press admiten que las negociaciones “avanzan” teniendo como marco la oferta de pacto judicial que el PP envió al Gobierno el pasado mes de julio. Por lo pronto, el asunto relativo a los requisitos que deben cumplir los candidatos ya estaría superado, un punto que dejaría fuera a perfiles como el de la juez Victoria Rosell.

Uno de los principales escollos de la negociación estaría en el punto relativo a nuevo sistema de elección, han señalado las mismas fuentes. El partido de Alberto Núñez Feijóo plantea que el nuevo CGPJ recién nombrado, presente en un plazo de seis meses desde su toma de posesión, una propuesta de reforma del sistema de elección de los vocales del turno judicial.

En las filas del PP destacan además que al final se está negociando conjuntamente el CGPJ y el Tribunal Constitucional, en línea con la demanda de los populares. Sobre la posibilidad de que el exfiscal general del Estado Cándido Conde Pumpido pueda presidir el Constitucional -donde es magistrado desde 2017―, las fuentes consultadas ni descartan ni confirman, si bien precisan que no es cierto que el PP haya levantado el veto a Pumpido, dado que “nunca hubo veto”.

El PP descarta que la negociación lastre el ‘efecto Feijóo’

Fuentes del PP rechazan que esta negociación del Poder Judicial con el Gobierno esté frenando el llamado ‘efecto Feijóo’. De hecho, señalan que si eso fuera así, parte del electorado más contrario a ese acuerdo se habría marchado a Vox, algo que, según añaden, no recogen los sondeos que se están publicando estos días.

Desde Génova señalan que una vez que se produce la subida, el voto tiende a estabilizarse. “Es como cuando empiezas a perder peso, al principio dejas dos kilos de golpe, pero luego tienes a estabilizarte”, resume a Europa Press un miembro del equipo de Feijóo.