¿Qué pasa entre la Casa Real británica y Jeffrey Epstein?

¿Qué pasa entre la Casa Real británica y Jeffrey Epstein?

Las acusaciones de abusos de dos menores contra el príncipe Andrés y la aparición de imágenes comprometedoras obligan a emitir insólitos comunicados de inocencia

″Él sabe perfectamente lo que ha hecho y espero que sea claro sobre ello”. La frase es de una joven llamada Virginia Roberts Giuffre. La pronunció ante la prensa, el miércoles, tras salir de declarar ante un juez en Nueva York. Dentro había denunciado que había sido víctima de abusos siendo menor de edad. El supuesto agresor al que pide cuentas es el príncipe Andrés de York. Quien le puso en bandeja carne de 17 años fue, denuncia, Jeffrey Epstein, el magnate norteamericano para el que se pedían 45 años de pena por poner en marcha una red de tráfico sexual de niñas y que se suicidó en su celda hace tres semanas.

Este dedo acusador contra el hijo favorito de la reina Isabel II ya se alzó hace cuatro años, sin consecuencias. Ahora, en cambio, resurge en el contexto de un caso con hasta 23 víctimas que dan cuenta de todo un entramado para captar a chicas indefensas, pobres y de familias poco estables para dar masajes a gente poderosa y que, luego, acababan sometidas a violaciones de diverso tipo. La muerte de Epstein ha llevado al cierre penal del caso, abierto tras mucho esfuerzo, pero las declarantes siguen peleando y sacan a la luz nuevos nombres de presuntos implicados, para que al menos paguen los que siguen vivos e hicieron daño.

En el caso del príncipe Andrés, las acusaciones proceden de Giuffre y de otra chica, Johanna Sjoberg. La primera sostiene que fue “prestada” por Epstein al octavo en la línea de sucesión al trono británico para tener sexo con él en diversas ocasiones. Señala al menos tres encuentros (uno de ellos, una orgía, publica The Guardian), en Londres, Nueva York y Florida. Esos abusos se produjeron entre 1999 y 2002, cuando la chica era menor de edad. Su testimonio ha quedado plasmado en documentos judiciales que fueron ya presentados en 2015. La segunda joven ha denunciado que posó con el príncipe en 2001, mientras con una mano tocaba su pecho desnudo y con la otra, el de Virginia. Sus abogados dicen que tienen material de la chica desnuda con Andrés.

En paralelo a estas denuncias, han surgido imágenes que, más allá de constatar la amistad entre el duque de York y el magnate, conocida desde hace décadas, sitúan al británico en escenarios relacionados con la red que se está investigando. Así, hay una foto del príncipe con Giuffre, de 2001, en la que le pone la mano en la cintura a la chica y a ella se suma un vídeo difundido por el diario Daily Mail en el que se le ve ante una mansión en Nueva York, despidiéndose de una adolescente, poco después de que Epstein se marchase en un coche. Esta casa está identificada como unos de los posibles lugares del crimen.

También han trascendido las notas del piloto de Epstein, que demostrarían que el príncipe voló al menos cuatro veces en el jet privado del empresario, de camino a sus mansiones en Nueva York, Florida y el Caribe. El Daily Mail ha publicado las iniciales: JE, el empresario; AP, el príncipe; VR y “Johanna”, las jóvenes, además de otros cercanos al magnate.

Una vieja amistad

Epstein y el príncipe se conocieron en 1999 por la mediación de Ghislaine Maxwell, hija de un empresario mediático de Reino Unido, miembro destacado de la alta sociedad londinense, pareja del norteamericano durante un tiempo y, según las chicas, madame y reclutadora de niñas para sus correrías. Hoy está en paradero desconocido. Luego se ha visto juntos a los dos hombres en numerosas ocasiones, desde compartiendo destino vacacional hasta paseando por Central Park. Andrés pasó tiempo en las casas del americano y éste fue invitado a las residencias oficiales de Windsor y Sandringham.

El empresario ya fue encarcelado en 2008, culpable de acosar a una niña de 14 años en Florida. Permaneció 13 meses en custodia. A su salida, Andrés siguió viéndose con él, pese al escándalo que generaba esa compañía. Entonces acabó pidiendo disculpas y renunciando, presionado por el Parlamento, a su puesto de representante del Reino Unido para el Comercio Exterior, un cargo que olía mal desde hacía tiempo, con sospechas de que lo usaba bien para tener vacaciones pagadas, bien para hacer lucrativos contactos con fines personales. La reina, en vez de regañarle, le premió con la Gran Cruz de la Caballería.

En 2011, además, el Telegraph sacó a la luz que Epstein hizo un pago a un asesor personal de Sarah Ferguson, exesposa de Andrés y con la que parece que vuelve a convivir, para ayudarla a superar un mal bache económico. 15.000 libras, en total. Ferguson acabó pidiendo disculpas por cobrar y por meter al príncipe en el lío, ya que fue él quien medió para el pago.

“Horrorizado”

¿Todas estas acusaciones y antecedentes convierten al duque de York en culpable? La justicia dirá ahora si procede siquiera investigarlo y si hay motivos para afirmar que abusó de las crías. De momento, el caso es un dolor de cabeza importante en la Casa Real, que se ha visto obligada a enviar ya tres insólitos comunicados declarando la inocencia del hijo de la reina y aclarando que nunca vio o sospechó nada de su amigo. Lo ha hecho tras días en silencio, mientras otras personas a las que salpicaba el caso salían raudas a desmarcarse (ejemplo: Bill Clinton o Donald Trump, que coincidieron en sus fiestas).

“Este es un procedimiento que se lleva a cabo en los Estados Unidos, que no le concierne al duque de York. Cualquier mención de actos ilegales contra menores es absolutamente falsa”, dijo Buckingham en una de esas notas. “El duque de York se ha mostrado horrorizado por los recientes informes de los presuntos delitos de Jeffrey Epstein. Su Alteza Real deplora la explotación de cualquier ser humano y la sugerencia de que toleraría, participaría o alentaría tal comportamiento es aborrecible”, añade otra declaración. “Se niega enfáticamente que haya tenido alguna forma de contacto o relación” (sexual) con Virginia Giuffre. “Las acusaciones hechas son falsas y sin ningún fundamento”, concluyen.

Andrés ha asumido en público que veía a Epstein, pero de forma esporádica, una o dos veces al año, que ha estado “alojado” en algunos de sus domicilios y que fue un “error” verse con él tras salir de prisión, pero nada más. Sus abogados han hablado con medios como el Standard para decir que han pedido el original de la foto con la joven, porque les parece trucada. A sus 59 años, el duque ha decidido refugiarse estos días en su palacio de Balmoral (acompañado de Ferguson y su madre) y, luego, en la casa de su ex en Sotogrande (Cádiz).

Un proceso con poca esperanza

Aunque las causas se cierran cuando muere el inculpado y así se hizo el pasado jueves, las ramificaciones de este caso podrían mantenerlo abierto. Tras el llamamiento de las víctimas de esta semana, la fiscal Maurene Comey ha prometido tratar de avanzar en la investigación y conocer si más personas estaban al tanto de esta red, fueron sus facilitadores o acabaron abusando de pequeñas. El FBI también mantiene viva una investigación sobre el suicidio de Epstein, que ya había intentando matarse antes de hacerlo el 10 de agosto y cuyos vigilantes se durmieron durante el turno.

Las denunciantes han relatado violaciones que acabaron con semanas de hospitalización, indefensión, esclavismo sexual, amenazas si no eran vírgenes, problemas psicológicos de por vida... “Sabía de los abusos, por esto está obligado a testificar”, dice Giuffre sobre la responsabilidad del príncipe. “Ya no podemos permanecer en silencio ni un día más”. Van a por todas.