Sánchez reconoce que su ministra Robles no vio el impacto de paralizar la venta de bombas a Arabia
"La política es priorizar y yo prioricé".
"Cuando la ministra toma esa decisión, lo que no ve es el impacto que puede tener en una serie de contratos y una relación económica y comercial con un tercer país, en este caso Arabia Saudí, que afecta a la Presidencia del Gobierno". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado este domingo su entrevista con la periodista Ana Pastor —en el programa El Objetivo, de laSexta–, para soltar una pullita a su ministra de Defensa, Margarita Robles.
Así, Sánchez ha reconocido que Robles no vio el impacto que podría tener para el conjunto de las relaciones económicas entre España y Arabia Saudí la decisión de paralizar la entrega de 400 bombas de guiado láser por el temor de que pudieran usarse en la guerra de Yemen.
Recordemos que Robles pretendió devolver al país saudí los 9,2 millones de euros que había recibido por esta venta, dejando sin efecto el contrato firmado por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015. Esta decisión de la ministra puso en riesgo el contrato recién firmado por España con Arabia Saudí para adquirir cinco corbetas de Navantia por valor de 2.000 millones de euros, y la creación de 6.000 puestos de trabajo en los Astilleros de Cádiz.
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"Arabia Saudí podía interpretar la paralización de la entrega de las bombas como una intención por parte de España de revisar toda la relación", ha explicado Sánchez a Pastor —en declaraciones recogidas por Europa Press—, antes de matizar que era un dilema "muy delicado" y "complejo", y que por eso decidió intervenir rectificando la decisión de la ministra.
Aunque Sánchez aseguró que no desautorizó a la ministra, sí que ha matizado que era "un tema muy complejo" y "la política es priorizar y yo prioricé mantener las relaciones económicas y comerciales con Arabia Saudí y garantizar los puestos de trabajo a la Bahía de Cádiz y a la empresa Navantia" para la construcción de cinco corbetas para la Armada saudí, ha explicado: "La política es materializar unos ideales, claro que sí, pero la política también es anteponer o priorizar", ha abundado.
Como anteriormente hicieran sus ministros de Exteriores y Educación, Josep Borrell e Isabel Celáa, Sánchez también ha intentado presentar el tipo de bombas que se van a entregar a Arabia Saudí como una suerte de armas menos mortíferas que otras. "Una cosa son proyectiles de alta precisión y otra cosa son proyectiles o bombas que se utilizan de manera indiscriminada con efectos indiscriminados", ha indicado.
Un contrato heredado
Sánchez ha querido precisar que la venta de estas bombas se materializó bajo el mandato del anterior Gobierno, por lo que su responsabilidad se limita a cumplir con ese contrato y proceder a la entrega de las armas.
El presidente ha evitado contestar —ha dicho que era algo que no podía trasladar— a la pregunta de si el Gobierno ha exigido garantías a Arabia Saudí de que no usará esas bombas en el conflicto en Yemen.
Bajo el punto de vista de Sánchez, este episodio no pone en duda el compromiso de su Gobierno con "los Derechos Humanos y la paz en el mundo" y ha puesto en valor la decisión adoptada por el anterior Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero de destruir su arsenal de bombas racimo.
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