EEUU y Ucrania negocian en Arabia Saudí el futuro inmediato de la guerra con Rusia
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EEUU y Ucrania negocian en Arabia Saudí el futuro inmediato de la guerra con Rusia

Washington presiona a Kiev para que acepte el acuerdo sobre la explotación de sus recursos naturales como paso previo a la mesa para negocia la paz con Moscú.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la salida de la Casa BlancaNathan Howard

El futuro de la guerra en Ucrania entra, tres años después del primera ataque ruso, en un nuevo punto de inflexión. Las delegaciones diplomáticas de Estados Unidos y Ucrania se vuelven a reunir, diez días después de la encerrona de Trump a Zelenski en la Casa Blanca, para retomar las negociaciones sobre el acuerdo para que las empresas estadounidenses puedan explotar los recursos naturales ucranianos que tanto necesitan las tecnológicas y que, la nueva administración republicana ha elevado a condición sine qua non para que se pueda avanzar en el proceso y crear una mesa para la posible negociación de un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto armado. 

Sin embargo, en este segundo intento por reconducir las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania, hay algunas cosas que han cambiado. Como el escenario de las negociaciones. En lugar de los pasillos y salas de reuniones de la Casa Blanca, los enviados diplomáticos de ambos países viajarán a Yeda, en Arabia Saudí, mismo país en el que hace algo más de un mes se escenificó el acercamiento que existe entre Washington y Moscú, después de décadas de relaciones diplomáticas congeladas y una Rusia condenada al ostracismo.

Tampoco acudirán a Arabia Saudí, en un principio, ni el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ni el vicepresidente republicano, J.D. Vance. Estará, en cambio, el máximo representante de su diplomacia, el secretario de Estado, Marco Rubio, quien liderará una delegación con un objetivo claro: acercar la posición de Ucrania a la de Washington antes de plantear una oferta concreta a Moscú. Mientras tanto, Rusia ha vuelto a endurecer su postura sobre los territorios ucranianos ocupados al tiempo que, aprovechando que Kiev carece del apoyo del espionaje estadounidense, ha aumentado los ataques a la población.

El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, ha reiterado que su país no va a aceptar los acuerdos que se negocien a sin contar con su país, lo que ha contribuido a alimentar una tensión ya elevada en la que parece que se han instalado ambas administraciones, por lo que el presidente ucraniano ha enviado al equipo para que discutan con la administración Trump. Ucrania, que todavía procesa que deberá renunciar a la recuperación de algunos territorios perdidos ante el avance del ejército ruso, sigue exigiendo la recuperación total de su territorio, tal y como estaba antes de la guerra de Crimea y garantías de seguridad para evitar futuras agresiones rusas. Sin embargo, la presión de Washington ha empujado a Kiev a considerar opciones como un alto el fuego supervisado o postergar la discusión sobre Crimea y las regiones ocupadas para una negociación futura.

El presidente ucraniano ya ha viajado a Arabia Saudí con la intención de reforzar la vía diplomática de Ucrania. Esta semana, Zelenski mantendrá un encuentro con el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, y ha confiado en que se logre un resultado positivo en el encuentro de esta semana con la delegación estadounidense. “Esperamos que la reunión sea productiva”, ha señalado antes de su llegada a Yeda.

¿Un acuerdo con concesiones?

Estados Unidos, sin embargo, quiere más que declaraciones. La Casa Blanca evalúa hasta qué punto Kiev está dispuesta a hacer concesiones tangibles a Rusia. "No puedes decir ‘quiero la paz’ y negarte a ceder en nada", ha señalado a medios estadounidenses un alto funcionario de la Casa Blanca. Otro ha advertido que si Ucrania insiste en recuperar las fronteras de 2014 o 2022, “eso te dice algo” sobre su disposición real a un compromiso.

Trump ha dejado claro este domingo que espera avances en la reunión de Yeda. "Vamos a lograr mucho progreso esta semana”, aseguraba el presidente republicano antes de subir al Air Force One. Además, tras varios días de bloqueo, ha reconocido que consideran ya el levantamiento del bloqueo sobre el envío de información del espionaje estadounidense a Ucrania y que ha utilizado como medida de presión para que Zelenski adopte una actitud más flexible en las negociaciones y acepte las condiciones impuestas. "Estamos a punto de poner fin a la suspensión sobre el intercambio de inteligencia”, ha declarado.

El trasfondo de la negociación incluye el acuerdo sobre la explotación de las tierras raras para que Ucrania otorgue a empresas estadounidenses derechos preferenciales respecto a los minerales estratégicos y otros recursos naturales. La Casa Blanca lo presenta como una fuente de ingresos para la reconstrucción del país, pero en Kiev existen dudas sobre el alcance de esta cesión de soberanía económica y exigen garantías de seguridad para estampar su firma en el documento. Trump, sin embargo, está convencido de que se firmará el acuerdo. "Lo harán, pero  también quiero que quieran la paz… Y aún no lo han demostrado lo suficiente”, ha asegurado el presidente estadounidense.

Rusia y la presión europea

En paralelo, Rusia observa desde la distancia la evolución de la negociaciones entre EEUU y Ucrania sin ceder en sus exigencias. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha reiterado que los ucranianos deben aceptar "las nuevas realidades territoriales" y ha dicho no, tajantemente, a cualquier intervención de las fuerzas de paz europeas. Moscú insiste en anexionarse las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia o Jersón, e incluso insinúa con la posibilidad de recuperar las relaciones con Occidente si se logran otros acuerdos.

Europa, por su parte, presiona para que la paz no implique una rendición encubierta de Ucrania. La Unión Europea ya se prepara para el rearme y también han presentado una propuesta alternativa para el final de la guerra que, además, dé garantías de seguridad a Kiev de que Putin no volverá a atacar el territorio, mientras espera el resultado de todas las maniobras que ha hecho Donald Trump para que Zelenski acceda a las concesiones.

Por otro lado, Arabia Saudí, que vuelve a ejercer de país mediador, que busca limpiar su imagen internacional, además de consolidar su papel diplomático en el panorama global, ya se ha ofrecido para la celebración de futuras negociaciones. El príncipe Mohamed bin Salmán ha mantenido contactos con todas las partes y ha insistido en que la prioridad es lograr una paz estable en Ucrania. Sin embargo, el margen de maniobra es reducido. En los últimos días, Rusia ha intensificado sus ataques en el este ucraniano, lo que algunos expertas han interpretado como un intento de Moscú para llegar a la posible mesa de negociación por la paz con una posición de mayor fuerza.

Mientras los líderes negocian en Yeda, la realidad en Ucrania es otra. Durante la última semana, Rusia ha lanzado más de 80 misiles, 1.200 bombas aéreas guiadas y 870 drones de ataque en ciudades ucranianas. Los bombardeos sobre Dobropilia, en la región de Donetsk, han dejado al menos 11 muertos y 50 heridos en las últimas horas, mientras que en Krivi Rig, un misil balístico ha causado seis víctimas mortales y ha dañado decenas de edificios residenciales, escuelas y hospitales.

En este contexto, Zelenski ha insistido en que Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea y ha denunciado que Rusia sigue usando componentes occidentales en sus ataques, a pesar de las sanciones. “Putin debe ser detenido. Necesitamos una paz justa y duradera, con verdaderas garantías de seguridad”, ha escrito en sus redes sociales.

La presión sobre Zelenski es evidente. Trump ya le ha advertido que Estados Unidos no mantendrá su respaldo militar indefinidamente si Kiev no da muestras de flexibilidad en las negociaciones. En su último encuentro en Washington, el presidente ucraniano recibió un mensaje claro: o hay avances en un acuerdo o el apoyo estadounidense se va a acabar. En respuesta, el presidente ucraniano ha señalado que cualquier decisión deberá contar con el respaldo de la población ucraniana, lo que se traducirá en un referéndum de la paz.

Las conversaciones en Arabia Saudí definirán el futuro inmediato de la guerra. La presión diplomática y la fatiga del conflicto podrían empujar a las partes a buscar una salida, aunque las diferencias siguen siendo profundas y cualquier acuerdo parece aún lejano.

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