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El anuncio de Hamás dispara el temor de que el alto el fuego en Gaza "colapse", mientras Israel se prepara para "cualquier escenario"

El anuncio de Hamás dispara el temor de que el alto el fuego en Gaza "colapse", mientras Israel se prepara para "cualquier escenario"

El brazo armado de la facción palestina ha decidido suspender la liberación de rehenes como medida de "presión" a Israel ante lo que consideran las "violaciones" del acuerdo por parte de Tel Aviv. La ultraderecha israelí llama a retomar la guerra total.

Ciudadanos israelíes atienden emocionados a las noticias sobre el alto el fuego en GazaORI AVIRAM vía getty images

Es el enésimo palo en la rueda de un frágil alto el fuego en Gaza. El anuncio hecho por el brazo armado de Hamás —las brigadas Al Qassam— de suspender "hasta nuevo aviso" la liberación de sus rehenes y el intercambio por prisioneros palestinos ha abierto una grieta a la incierta y débil paz en la Franja. 

De inmediato, Israel ha respondido con una declaración y una orden bastante explicativas. El ministro de Defensa, Israel Katz, no ha dudado en hablar de una "violación flagrante" del alto el fuego por parte de Hamás, ante la cual ha puesto al Ejército en "máximo nivel de alerta" en previsión de "cualquier posible escenario". Un lenguaje que no invita a pensar, ahora mismo, en nada positivo tras 22 días de alto el fuego bajo constantes amenazas y reproches entre las dos partes.

El temor es evidente, como transmiten los mediadores. Una fuente de seguridad egipcia, uno de los países más activos en las labores de mediación en el conflicto, ha reconocido a EFE el miedo a que el alto el fuego "colapse" por la decisión de Hamás. 

Pese a la decisión de la facción palestina, esta presume de su "voluntad" para seguir adelante; literalmente, en otro texto deja "la puerta abierta" a retomar el intercambio "si Israel cumple", algo que considera que no está pasando. Para justificarse, Hamás pone el foco las cuatro grandes "violaciones" que detallan en el comunicado. Las mismas pasarían por el "retraso" en el regreso de la población al norte gazatí, supuestos ataques con bombas y disparos en diversas zonas, "obstaculizar" el ingreso de material humanitario y "retrasar" la entrada de suministros médicos.

Para el grupo islamista, que Israel y otros estados consideran terrorista, la medida conocida por la tarde es "un mensaje de advertencia" hecho "intencionadamente cinco días antes" de la siguiente liberación de rehenes prevista "para dar a los mediadores tiempo suficiente para presionar a la ocupación", como califican al Estado hebreo.

Al otro lado, los reproches son similares. No en vano, recientemente era Benjamin Netanyahu el que anunciaba "represalias" por el estado que presentaban varios de los rehenes en el momento de ser liberados. Una presión a la que se suma la de las familias de los secuestrados, que han vuelto este lunes a las calles reclamando la liberación del resto de víctimas raptadas en los atentados del 7 de octubre de 2023.

Netanyahu aún guarda silencio en público, pero el movimiento de Hamás ha obligado a cambiar el paso internamente. Nada más conocer el comunicado, el mandatario ha adelantado su reunión con altos funcionarios de Defensa, previo a un Gabinete de Seguridad de urgencia para valorar el nuevo escenario.

Más allá, la decisión del grupo islamista ha servido de pólvora para la ultraderecha hebrea., que ya había mostrado su absoluto rechazo al armisticio. Una de sus grandes figuras, el exministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, ya ha clamado por una respuesta inequívoca: un "ataque masivo con fuego sobre Gaza, desde el aire y tierra", junto con el cese de la ayuda humanitaria a la Franja "incluyendo la electricidad, combustible y agua", así como "el bombardeo de los paquetes de ayuda que ya han sido enviados y están en manos de Hamás".

Lo que Ben Gvir llama "vuelta a la guerra" no tiene réplica, de momento, en el Ejecutivo de Netanyahu del que formó parte hasta hace días, más allá del primer mensaje de urgencia del titular de Defensa.

La crisis diplomática llega a mitad de lo que se esperaba durase la primera fase de un alto el fuego que ha servido, hasta el momento, para la liberación de 21 secuestrados por Hamás (16 israelíes y 5 tailandeses) a cambio de 800 presos palestinos detenidos por Israel, así como la entrada de ayuda humanitaria a la Franja.

Entre constantes reproches, había avances. No en vano, la pasada semana, Hamás ya adelantaba haber iniciado los contactos 'previos' de cara a la segunda fase del plan acordado en Catar. No obstante, las conversaciones iniciales y previstas han quedado opacadas por el plan de Donald Trump para con la Franja, que él mismo transmitió a Netanyahu aprovechando la visita del político hebreo a la Casa Blanca.

El proyecto de Trump, que cuenta con la 'bendición' de Tel Aviv, pasaría por hacerse con el control de Gaza sin necesidad de enviar soldados, para reconvertir el terreno en un resort turístico del cual debería salir la población local, de cara a ser admitida en territorios cercanos. Dicha propuesta ha recibido el reproche unánime del mundo árabe y de buena parte del panorama internacional, un rechazo que por ahora no ha servido para frenar las expectativas de Trump.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es