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El conservador Merz fracasa por sorpresa en su primer intento de ser elegido canciller: por seis votos

El conservador Merz fracasa por sorpresa en su primer intento de ser elegido canciller: por seis votos

Un hecho inédito en la historia de la República Federal que se resolverá esta tarde con una nueva votación, que se espera exitosa. 

Friedrich Merz, aspirante a canciller de la CDU, tras conocer su derrota en el Parlamento de Alemania.Lisi Niesner / REUTERS

Menudo plot twist el que se ha vivido esta mañana en el Parlamento de Alemania: el conservador Friedrich Merz, ganador de las elecciones del pasado 23 de febrero, ha fracasado en su primer intento de ser elegido nuevo canciller de Alemania en la Cámara Baja. Sí, es sólo un primer intento y eso no quiere decir que su fracaso sea total, pero supone un hecho inédito en la historia de la República Federal. 

Lo que le ha ocurrido al representante de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) es que no ha podido reunir la mayoría necesaria de 316 votos y le han faltado seis para alcanzar la conocida como "mayoría del canciller". El acuerdo al que su grupo había llegado con los socialdemócratas del SPD auguraba ya una mayoría estable, por lo que ahora todo son preguntas en el Bundestag. 

Todo parecía ir como se esperaba. La presidenta de la Cámara Baja, Julia Klöckner, abrió la sesión del pleno y propuso proceder a elegirle nuevo jefe de Gobierno del país centroeuropeo. "Propongo al Bundestag votar a Friedrich Merz como canciller", dice la fórmula, acorde a lo recomendado por el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. La gente se abrazaba, se felicitaban algunos cumpleaños, el propio Merz (que es un veterano de la política y de la alta empresa), reía encantado, rozando el cargo con los dedos. 

En la tribuna de honor estaba la conservadora excanciller Angela Merkel, que gobernó el país durante 16 años, en tanto que el aún canciller saliente, Olaf Scholz, que tiene un mandato directo en la Cámara Baja y mantendrá su escaño, se sentó en su asiento de la primera fila para votar a favor de Merz, según ya ha revelado. "Abro la votación", afirmó a las 09.09 hora local (la misma en la España peninsular). Nadie esperaba que, en un rato, las sonrisas quedaran congeladas. 

Para ser elegido en el primer intento, Merz necesitaba reunir 316 votos, es decir, los de la mayoría de los 630 miembro del la Cámara Baja. El bloque conservador formado por la CDU de Merz y su hermana bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), cuentan con 208 escaños en el nuevo hemiciclo que se constituyó a finales de marzo pasado, mientras que los socialdemócratas tienen 120, lo que se traduce en un margen de 12 votos para ser elegido a la primera. Le debían sobrar, pero le han faltado. De un total de 630 diputados han votado 621; de ellos 310 legisladores votaron a favor de Merz y 307 en contra. Hubo además un voto declarado nulo y tres abstenciones. Al menos cinco personas han votado contra el aspirante a canciller. 

"El diputado Friedrich Merz no ha obtenido la mayoría necesaria de al menos 316 votos. De conformidad con el apartado 2 del artículo 63 de la Ley Fundamental, no ha sido elegido canciller federal de la República Federal de Alemania. Suspendo la sesión" para que los grupos puedan efectuar consultas, ha dicho Klöckner, un instante que se ha viralizado de inmediato en Alemania

La elección del canciller se efectuaba mediante voto secreto. En este procedimiento las papeletas de votación sólo pueden entregarse antes de entrar en la cabina de votación. Todos los cancilleres han sido elegidos siempre en la primera ronda. Hasta hoy.  Por la naturaleza del voto, no se puede saber aún por dónde ha estado la fuga, pero los medios alemanes apuntan a un voto de protesta de parte de los socialdemócratas, no una insubordinación interna de la derecha clásica alemana. Sería, pues, una queja pública de aquellos diputados insatisfechos con la jefatura del SPD y su acuerdo final para un gran Gobierno entre las dos principales fuerzas germanas. 

La Constitución establece que el Bundestag tiene 14 días para elegir a un canciller por mayoría absoluta y, pasado el plazo, basta con la mayoría simple. Si se diese este caso, el presidente Steinmeier debería en los siete días siguientes designar al candidato elegido como jefe de Gobierno o disolver el Parlamento para convocar elecciones. Para ello puede postularse de nuevo Merz, pero también se podría optar por otro candidato, lo que en principio parece una opción descabellada, pero habrá que ver cuán fuerte es la rebelión con que se acaba de topar. 

Al final, los grupos han forzado una votación para las 15:15 horas de esta tarde, que se espera sea ya exitosa. 

Papel mojado

Merz tenía toda la agenda prevista: acudir al Palacio Bellevue -residencia oficial de Steinmeier- para ser nombrado oficialmente décimo canciller de la República Federal de Alemania; volver a la Cámara Baja para jurar el cargo ante los diputados; comunicar oficialmente la composición de su Gobierno de coalición con los socialdemócratas, aunque ya lo adelantó en un mini concreso de la CDU, primer Consejo de Ministros a la tarde tras ser recibido por su antecesor, Olaf Scholz... Todo ya es nada. Scholz sigue siendo el canciller a esta hora de la mañana. 

En el reparto que se había decidido, la CDU, como primera fuerza, debe ocupar siete ministerios, entre ellos el de Exteriores, por primera vez en 60 años, el de Economía y el de la Cancillería, mientras su hermana bávara CSU asumirá otros tres, entre ellos el del Interior. Los socialdemócratas pondrán el vicecanciller y ministro de Finanzas, además de otras seis carteras, explica EFE.

Esta agencia explica que, en el pasado, el cristianodemócrata Konrad Adenauer fue elegido primer canciller de la República Federal de Alemania el 15 de septiembre de 1949 con una mayoría muy ajustada, al recibir 202 votos a favor y 142 en contra de los 402 miembros del Bundestag, es decir, por sólo una papeleta. Y también el cristianodemócrata Helmut Kohl ganó su elección como canciller en 1994 con una mayoría de un único voto.

El socialdemócrata Gerhard Schröder obtuvo tres votos más de los que necesitaba en su elección de 2002, también por los pelos. Pero nada parecido a lo de hoy. Hay margen para que Merz cumpla su sueño de ser canciller, pero queda mucho por aclarar de por qué no ha sido hoy. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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