Israel deja sin salida a millones de palestinos: qué supone el cierre de Allenby, el único paso entre Cisjordania y Jordania
El cruce ha sido bloqueado "hasta nuevo aviso" en el marco de una medida que el Gobierno palestina define como "una política de castigo colectivo a los ciudadanos palestinos y de restricción de las bases de su firmeza y supervivencia en su patria".

Allenby, la única puerta al mundo para los palestinos de Cisjordania, ha sido cerrada con llave. Israel ordenó el martes el bloqueo "hasta nuevo aviso" del cruce fronterizo hacia Jordania, dejando a tres millones de personas sin salida al extranjero, y frenando además la entrada de ayuda humanitaria.
Allenby, construido en 1918 y reformado en 2001, se consolidó tras los acuerdos de paz de 1994 entre Jordania e Israel como el paso más importante de mercancías y pasajeros entre Cisjordania y el reino hachemí.
Es, además, el único cruce que los palestinos residentes en Cisjordania pueden utilizar para salir al extranjero, dado que Israel no les permite el uso del Aeropuerto Internacional Ben Gurion de Tel Aviv. Para viajar, deben cruzar hacia Jordania y desde allí volar a través del Aeropuerto Internacional Reina Alia, en Amán.
El cierre, que según medios israelíes responde a una orden del primer ministro Benjamín Netanyahu, se produce tras un ataque la semana pasada en el que un conductor de camión que transportaba ayuda humanitaria desde Jordania abrió fuego contra soldados israelíes en el paso, causando víctimas mortales. Desde entonces, Allenby ha experimentado cierres intermitentes hasta la decisión de clausurarlo de manera indefinida.
Una población atrapada
Israel controla de forma exclusiva el lado cisjordano del cruce, lo que le otorga la potestad de decidir su cierre. Con esta medida, quedan de facto encerrados alrededor de tres millones de palestinos, según el censo de 2021. Incluso los ciudadanos con doble nacionalidad palestina y de un tercer país se ven afectados, ya que tampoco se les permite utilizar el otro paso al norte, reservado a israelíes y extranjeros.
La situación genera incertidumbre no solo para quienes residen en Cisjordania, sino también para los que se encontraban fuera del territorio en el momento del cierre y ahora no pueden regresar a sus hogares.
El Ministerio de Exteriores palestino ha denunciado este miércoles en un comunicado que Allenby es "el único cruce fronterizo que utilizan más de 3 millones de palestinos que viven en Cisjordania para viajar al extranjero" y ha advertido de que "su cierre causa enormes daños humanitarios y económicos, dejando a miles de palestinos aislados de sus trabajos, estudios y familias, sin poder viajar para recibir tratamiento médico".
El Gobierno palestino acusa al israelí de aplicar "una política de castigo colectivo a los ciudadanos palestinos y de restricción de las bases de su firmeza y supervivencia en su patria", calificando la decisión como "un paso más en la anexión progresiva y sigilosa de Cisjordania, transformándola en una gran prisión".
"Esto se suma a la transformación de pueblos, campamentos, aldeas y ciudades palestinas en prisiones cerradas con aproximadamente 1.200 puestos de control militares y puertas de hierro, transformándolas en islas dispersas que se ahogan en un océano de asentamientos, en medio de la violencia de las milicias de colonos armadas y organizadas, y sus continuos ataques y crímenes dirigidos a cortar la conexión entre los ciudadanos y su tierra, socavando su firmeza y permanencia en su patria", ha añadido.
Por último, ha pedido ayuda internacional para acabar con la situación: "El Ministerio también llama a los países a intervenir con rapidez, eficacia y práctica para detener las medidas de ocupación y detener los crímenes de genocidio, desplazamiento y anexión".
Bloqueo a la ayuda humanitaria
Allenby no solo es clave para la movilidad de personas, sino también para la entrada de camiones con mercancías y material humanitario autorizado por Israel. Organismos internacionales advierten que su clausura afectará a la ya limitada ayuda que logra ingresar a la Franja de Gaza, procedente de Jordania y de países como Emiratos Árabes Unidos.
Aunque las autoridades jordanas anunciaron el domingo la reapertura del cruce a pasajeros, soldados israelíes impidieron en la práctica el acceso desde su lado. El diario israelí Haaretz señaló que solo el lunes se permitió de nuevo el tránsito, antes de que el paso volviera a cerrarse.
Aunque se desconoce la duración de esta medida, ciudadanos palestinos consultados por EFE en Cisjordania temen que se prolongue al menos hasta el 6 de octubre, cuando concluye la festividad judía de Yom Kippur. Mientras tanto, el miedo y el aislamiento se imponen en una Cisjordania ya cercada en buena parte por muros y alambradas consideradas ilegales por la Corte Internacional de Justicia.
