La Flotilla denuncia ataques de Israel como represalia por negarse a entregarle la ayuda que llevan a Gaza: "Son repugnantes"
La organización achaca el acoso en alta mar a su rechazo a la propuesta israelí de descargar la ayuda humanitaria que llevan a la Franja en el puerto de Ascalón y reclama "escolta y observadores" a países de la ONU ante decenas de explosiones.

La Flotilla Global Sumud, compuesta por decenas de embarcaciones que salieron desde costas españolas, ha denunciado este martes por la noche haber sido objeto de nuevos ataques por parte de Israel después de rechazar, horas antes, transferir en territorio israelí la ayuda humanitaria que transporta con destino a la Franja de Gaza. En un mensaje publicado en sus perfiles de las redes sociales, los activistas aseguran ser el objetivo de las tácticas de acoso psicológico que practican los israelíes, con "explosiones, drones no identificados e interferencias en las comunicaciones" de las embarcaciones.
Según la organización, estas maniobras de Israel forman parte de las represalias que ya habían anunciado por negarse a atracar en el puerto de Ascalón, en la frontera norte de la Franja, para entregar la ayuda humanitaria que llevan a Gaza , según propuso el Gobierno de Benjamin Netanyahu. “Los extremos a los que Israel y sus aliados están dispuestos a llegar para prolongar los horrores de la hambruna y el genocidio en Gaza son repugnantes", escriben en el comunicado, donde recalcan que "nuestra determinación es más fuerte que nunca”.
La flotilla insiste en que este tipo de ataques constituyen operaciones psicológicas dirigidas a intimidar a su tripulación. “Estas tácticas no nos disuadirán de nuestra misión de entregar ayuda a Gaza y romper el asedio ilegal. Cualquier intento de intimidarnos solo refuerza nuestro compromiso”, señalan en el comunicado. El mensaje concluye con una advertencia: “No nos silenciarán. Seguiremos navegando".
Aún así, pese a ese convencimiento en su misión, sus organizadores han solicitado "escolta marítima y observadores diplomáticos" a los países de Naciones Unidas en respuesta a esta "escalada alarmantemente peligrosa" de "explosiones selectivas y el lanzamiento de objetos no identificados" sobre sus embarcaciones.
"Exigimos que todos los Estados miembro de la ONU, y en particular aquellos cuyos nacionales se encuentran a bordo de los buques de la Global Sumud Flotilla, garanticen y faciliten de inmediato una protección efectiva, incluyendo escolta marítima, observadores diplomáticos acreditados y una presencia estatal protectora manifiesta", ha reclamado la organización en un comunicado vía Telegram, a fin de que "la flotilla pueda avanzar con seguridad, la misión pueda continuar sin obstáculos y el derecho prevalezca sobre los actos de aniquilación".
La GSF ha cifrado en al menos 13 las explosiones "en y alrededor de varias embarcaciones de la flotilla, lo que provocó una interrupción generalizada de las comunicaciones", y ha afirmado que "en las últimas 24 horas, más de 15 drones de baja altitud sobrevolaron la embarcación Alma, apareciendo aproximadamente cada diez minutos". Asimismo, la tripulación de la misión ha informado del "lanzamiento de objetos desde drones o aeronaves sobre al menos 10 embarcaciones, lo que ha causado daños", aunque no se han registrado víctimas mortales, según el comunicado.
El nuevo ataque a la Flotilla que va rumbo a Gaza se produce apenas 24 horas después de que la organización acusara a Israel de querer obstruir de manera deliberada la entrega de asistencia humanitaria con su propuesta de desvío a Ascalón. Para los activistas, ese planteamiento no es neutral, sino una estrategia destinada a controlar, retrasar o incluso impedir la llegada de alimentos y medicinas a la Franja.
"El Derecho Internacional es claro: los civiles, incluidos quienes participan en misiones humanitarias, están protegidos por los Convenios de Ginebra", reza el texto de la flotilla, que ha advertido de que "cualquier ataque contra esta misión constituiría crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad" y "violaría las medidas provisionales vinculantes de la Corte Internacional de Justicia, que exigen a Israel permitir y facilitar la entrega de ayuda humanitaria a Gaza".
Acusaciones sin pruebas de Israel
Por su parte, el Ministerio de Exteriores israelí ha reiterado que cualquier intento de romper el bloqueo será impedido. A su juicio, la negativa de la flotilla a descargar en Ascalón “pone de manifiesto la falta de sinceridad de sus miembros y su misión de servir a Hamás, en lugar de al pueblo de Gaza”. Israel sostiene que el puerto israelí es “la forma pacífica y no violenta” de canalizar la ayuda y ha prometido “hacer todo lo posible” por garantizar la seguridad de los pasajeros si adopta medidas para detenerla.
Este lunes, el Ministerio de Exteriores de Israel afirmaba que la "Flotilla a Gaza está abiertamente apoyada por el grupo yihadista Hamás”, escribió en su cuenta de X, donde la tachó de “iniciativa yihadista” al servicio de los intereses de Hamás. En ese mensaje, el Gobierno israelí sostuvo que Hamás ha hecho un llamamiento para movilizar todos los medios para respaldar la travesía hacia Gaza. Mientras, los organizadores denunciaban la presencia de “múltiples drones” cerca de sus barcos y recordaron que ya habían sufrido dos ataques similares durante su escala en Túnez, sin causar víctimas ni daños materiales.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, advirtió a Israel de que España responderá a cualquier acto que “viole” la libertad de movimiento de la Flotilla Sumud, así como su libertad de expresión y el derecho internacional. En un comunicado, aseguró que los activistas contarán con “toda la protección diplomática y consular” y recordó que la semana pasada España se unió a otros 15 países en una declaración conjunta en la que se pedía “la abstención de todo acto ilegal o violento contra la Flotilla” y el respeto al derecho internacional humanitario.
Esa declaración, firmada por Turquía, Brasil, Irlanda, Sudáfrica o México, advertía de que los ataques contra los buques en aguas internacionales o las detenciones ilegales se van a responder con "rendición de cuentas". Tras el último incidente con drones en aguas tunecinas, José Manuel Albares ordenó al embajador español en Túnez contactar con los tripulantes e investigar los hechos. Tras estos incidentes, expertos de Naciones Unidas instaron a Israel a “cesar todas las amenazas de daño” contra la expedición y advirtieron de que cualquier intento de bloquearla constituiría “una grave violación del derecho internacional y de los principios humanitarios”.
El bloqueo como telón de fondo
El episodio de la Flotilla llega apenas 24 horas después de que la organización acusara a Israel de querer obstruir de manera deliberada la entrega de asistencia humanitaria con su propuesta de desvío a Ascalón. Para los activistas, ese planteamiento no es neutral, sino una estrategia destinada a controlar, retrasar o incluso impedir la llegada de alimentos y medicinas a la Franja.
Desde mayo, Israel ha permitido la entrada de una media de 70 camiones diarios a Gaza, cuando las agencias de Naciones Unidas calculan que se necesitan entre 500 y 600 para cubrir las necesidades básicas de la población. Para la flotilla, ese dato demuestra que el bloqueo naval y terrestre constituye una herramienta política más que una medida de seguridad, algo que investigadores de la ONU ya han calificado como parte del “genocidio en curso en Gaza”.
La Flotilla Global Sumud está formada por medio centenar de embarcaciones y reúne a activistas, políticos, periodistas y médicos de más de cuarenta nacionalidades. Se trata de la mayor iniciativa de este tipo desde que en 2010 comenzó la llamada Flotilla de la Libertad, que en sucesivas ocasiones fue interceptada por Israel en alta mar y cuyos participantes acabaron deportados o encarcelados.
