Los soldados norcoreanos vuelven a la guerra con nuevas tácticas y misiles más sofisticados
Han reducido el tamaño de sus unidades de combate y ha introducido vehículos de misiles guiados antitanque Bulsae-4.
Tras varias semanas sin rastro de ellas, las tropas norcoreanas han regresado al campo de batalla en la región rusa de Kursk con nueva estrategia. La revista Forbes revela que el 11º Cuerpo del Ejército de Pyongyang, compuesto por unos 12.000 efectivos, ha reducido el tamaño de sus unidades de combate y ha introducido vehículos de misiles guiados antitanque Bulsae-4 para atacar equipos ucranianos.
Antes de su retirada, las fuerzas norcoreanas habían sufrido pérdidas significativas, estimadas en un tercio de sus efectivos. No está claro si Corea del Norte ha enviado refuerzos para compensar estas bajas, pero los informes sugieren que Pyongyang sigue suministrando artillería y sistemas de misiles a las fuerzas rusas.
A diferencia de su esetrategia anterior, en la que desplegaban formaciones del tamaño de una compañía (entre 100 y 200 soldados), ahora combaten en unidades más pequeñas, del tamaño de un pelotón (unos 50 efectivos). Forbes sugiere que este cambio tiene como objetivo minimizar la detección por drones de reconocimiento ucranianos y reducir las bajas frente a los ataques de artillería de Kiev.
Además, las fuerzas norcoreanas han comenzado a emplear vehículos de misiles guiados Bulsae-4. Estos sistemas, montados sobre vehículos de seis ruedas y con capacidad para lanzar hasta ocho misiles, fueron identificados por primera vez en la zona en agosto. En diciembre, las tropas ucranianas destruyeron con éxito uno de estos lanzadores, pero los sistemas restantes han seguido operando en la región. Recientemente, han sido usados para atacar un vehículo blindado ucraniano y una presunta posición de combate.
Respuesta ucraniana: municiones de racimo
La 47.ª Brigada Mecanizada de Ucrania ha intensificado sus esfuerzos para contener a las fuerzas norcoreanas y rusas en Kursk, utilizando municiones de racimo para frenar su avance. Estos proyectiles, que pueden dispersar hasta 88 submuniciones en una amplia zona, han demostrado ser clave para debilitar las concentraciones de tropas enemigas.
Fuentes ucranianas afirman que estas municiones de racimo suelen ir seguidas de rondas de alto explosivo para masimizar el impacto en el terreno.
A pesar de la presencia de nuevas armas y tácticas en el campo de batalla, las bajas en vehículos continúan favoreciendo a las fuerzas ucranianas. Desde agosto, alrededor de 550 vehículos rusos han sido destruidos en Kursk, en comparación con unas 400 pérdidas por parte de Ucrania.