El "ataque sorpresa" realizado por las tropas de Rusia contra la retaguardia de las fuerzas armadas de Ucrania, y elogiado por los propagandistas rusos, dejó a la mayoría de los soldados implicados en el ataque gravemente enfermos en el hospital, según ha informdo el periódico Iltalehti. 

En marzo, se informó de que los rusos habían recorrido más de 15 kilómetros por un gasoducto cerca de la ciudad de Sudzha, en la región de Kursk. El objetivo era lanzar un ataque contra la retaguardia ucraniana, pero los soldados tuvieron que permanecer días enteros en formación. Mientras, Ucrania asegura que estaba al tanto de las intenciones de los rusos.

El mayor general del ejército ruso Apti Alaudinov dijo a la agencia de noticias estatal Tass que los soldados que participaron en la operación ahora sufren graves problemas de salud. "La mayoría todavía están en tratamiento. El tiempo que pasaron en el tubo tuvo un efecto muy fuerte en sus órganos internos y sus pulmones y vías respiratorias resultaron gravemente dañados", afirmó. 

Los medios de comunicación rusos controlados por el Kremlin han elogiado previamente la operación como un acto que pasará a la historia. Según el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valery Gerasimov, en el ataque al oleoducto participaron hasta 600 militares, pero también se han presentado otras estimaciones. Rusia no ha comentado hasta ahora sobre el estado de salud de los militares que participaron en la operación del gasoducto. 

Sin embargo, entre los blogueros de guerra y algunos propagandistas que apoyan la guerra ofensiva, la estrategia del oleoducto ha sido criticada por estar mal planificada, debido, entre otras cosas, a la falta de suministros y ventilación, según remarca el medio finlandés. Las fuerzas rusas finalmente recuperaron el control de la ciudad de Sudzha el 12 de marzo después de un ataque que causó enormes pérdidas.

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