Mientras el mundo habla de Gaza, ¿qué está pasando en Gaza? "Un asesinato en masa"
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Mientras el mundo habla de Gaza, ¿qué está pasando en Gaza? "Un asesinato en masa"

Israel ha matado al menos a 31 palestinos desde la madrugada de este miércoles en la Franja, la mayoría civiles que se refugiaban en tiendas. También complica la entrada de ayuda al bloquear el paso principal con Jordania.

Unos dolientes, junto a los cuerpos de unos palestinos atacados mientras se refugiaban de los ataques de Israel, en el Al-Ahli Arab de Gaza ciudad, el 24 de septiembre de 2025.Ebrahim Hajjaj / Reuters

El mundo entero habla de Gaza. La franja centra el debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York (Estados Unidos), pero lejos de las mullidas alfombras, a la vera del Mediterráneo, la muerte sigue siendo la protagonista. Frente a los debates rimbombantes, lentos e improductivos -por muy relevante y simbólica que sea la lluvia de reconocimientos del Estado palestino-, la situación se sigue agravando para los palestinos, en mitad de la ofensiva terrestre de Israel sobre la ciudad de Gaza y con la crisis humanitaria empeorando por el desplazamiento de cientos de miles de civiles, que no encuentran acomodo ni medios en el sur.   

Lo más urgente y grave, informa la Agencia EFE, es que el Ejército israelí ha matado esta madrigada al menos a 31 palestinos en nuevos bombardeos lanzados contra la franja, la mayoría de ellos concentrados contra la capital. Fuentes médicas del enclave sostienen que, del total de fallecidos, 22 murieron después de que cazas israelíes lanzaran tres misiles contra tiendas en las que se refugiaban gazatíes cerca del mercado de Firas, en la Ciudad Vieja de la ciudad de Gaza, sobre la que hay una orden de evacuación por parte de Tel Aviv. Los equipos de emergencia informaron de que aún hay cuerpos atrapados bajo los escombros.

Medios como Al Jazeera informan de que las fuerzas israelíes dispararon y mataron tambiénesta mañana al menos a tres personas que buscaban ayuda al norte de Rafah, según una fuente local de ambulancias. Los muertos totales en esta ofensiva, de casi dos años, son 65.300, de los que 19.000 son menores de edad. 

Este mismo canal explica que los hospitales de la ciudad de Gaza están al borde del colapso total, ante la intensificación de la ofensiva terrestre. Los equipos médicos denuncian que instalaciones operan bajo constantes bombardeos. Los centros de salud reportan una grave escasez de suministros críticos y el combustible restante apenas alcanza para alimentar los generadores, esenciales para máquinas vitales como las incubadoras de los bebés. Muchos equipos médicos se ven obligados a tomar decisiones difíciles sobre quién debe ser atendido primero y quién debe morir. 

Los médicos de uno de los últimos hospitales en funcionamiento de la ciudad de Gaza, el Al Shifa, dicen a la BBC que están abrumados por las víctimas de los ataques y que tienen que realizar operaciones en condiciones nada higiénicas, con poca o ninguna anestesia. La doctora Nada Abu Alrub, especialista en emergencias de Australia que trabaja como voluntaria en el hospital, explica a la cadena británica que lo que ve "es simplemente un asesinato en masa, una matanza, una tortura, una pesadilla". "Operamos sin analgésicos a personas con las extremidades colgando, con un trozo de piel y un tendón. Sin cerebro. Sin órganos. Es horrible", añade. Muchas camas ni siquiera tienen colchones, los medicamentos escasean y las bajas son innumerables, expone. Tienen a los tanques a 500 metros. 

"Operamos sin analgésicos a personas con las extremidades colgando, con un trozo de piel y un tendón. Sin cerebro. Sin órganos. Es horrible"
Nada Abu Alrub, doctora

Ayer, la Sociedad Palestina de Socorro Médico explicó que su edificio fue reventado por las fuerzas ocupantes, tras ser evacuado. Era una de las principales instalaciones en la ciudad que proporcionaba servicios de donación y análisis de sangre, atención de traumatismos, medicamentos para el cáncer y tratamiento de enfermedades crónicas.

Tel Aviv acusa a Hamás de utilizar instalaciones médicas con fines "terroristas", lo que podría hacer que pierdan su protección bajo el derecho internacional, pero no han aportado evidencia alguna de una presencia significativa de grupos de milicianos que justifique esta destrucción.

Algunos hospitales de campaña, improvisados, han tenido que ser desalojados también en la capital gazarí, han comenzado a trasladar sus equipos y personal al sur, dejando atrás a una comunidad vulnerable que lucha por obtener atención médica esencial. Mientras tanto, los miembros de la defensa civil y los servicios de emergencia afirman tener dificultades para llegar a los heridos en las zonas bombardeadas debido a las carreteras destruidas y los intensos bombardeos. En algunos casos, los heridos han sido trasladados a los hospitales a pie o en carros tirados por animales.

Más de 300.000 personas han huido de la ciudad en las últimas semanas, ya que Israel ha ordenado a la población que se traslade al sur, a lugares supuestamente más seguros (que también son atacados, donde no hay espacio ni bienes esenciales) pero se estima que 700.000 permanecen aún en la zona urbana, según agencias de la ONU y grupos de ayuda. Personas que no tienen ayuda, pero sí afrontan los ataques aéreos y de artillería israelíes, los ataques con drones y las detonaciones de vehículos controlados remotamente, cargados con explosivos.

Palestinos de Gaza ciudad tratan de escapar hacia el sur, el 24 de septiembre de 2025.Dawoud Abu Alkas / Reuters

La ¿ayuda? se complica

La llegada de la mal llamada ayuda humanitaria -una gota en el océano, ante el hambre que podría ser crimen de guerra- se complica, además, en este contexto. No sólo a Gaza capital, cercada por los tanques, donde un reparto ordenado es inviable, sino a la propia frontera de la franja. Y es que Israel mantendrá cerrado en ambas direcciones el cruce fronterizo de Allenby, el único que conecta Cisjordania con Jordania, desde el miércoles "hasta nuevo aviso", anunció ayer el jefe de la Autoridad General de Fronteras y Cruces palestina, Nazmi Muhanna.

La radio militar israelí señaló que la decisión se produjo por órdenes del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. La cadena consultó a la oficina del mandatario si la decisión es una reacción a la oleada de reconocimientos del Estado palestino por parte de varios países entre el domingo y el lunes sin obtener respuesta.

Allenby abrió el lunes de nuevo al tráfico, según el diario israelí Haaretz, tras varios días de cierres y aperturas por parte de las autoridades israelíes, después de que el conductor de un camión que cargaba ayuda humanitaria abriera fuego contra los soldados en el cruce, matando a dos de ellos.

El jueves 18 de septiembre, el conductor del camión acabó con la vida de dos soldados de 68 y 20 años. Tras el ataque, las autoridades israelíes clausuraron este paso fronterizo para el acceso de ayuda humanitaria hasta que se completara la investigación sobre lo ocurrido, si bien llegó a abrirse para el tráfico regular.

El cruce de Allenby es la puerta al extranjero de los palestinos de Cisjordania ocupada, que no reciben permiso para acceder a territorio israelí y utilizar el Aeropuerto de Ben Gurión en Tel Aviv. La decisión aísla aún más este territorio palestino, ya rodeado en buena parte por un muro con alambradas levantado por Israel. El muro, al igual que la ocupación de Cisjordania, son ilegales según la Corte Internacional de Justicia, que pedido a Israel que los desmantele. Además, por allí entra parte de los camiones con ayuda a Gaza (otros van desde Egipto o directamente desde Israel, que hace negocio). 

El domingo, ante la oleada de reconocimientos al Estado palestino (ese mismo día lo ejecutaron Reino Unido, Canadá y Australia), Netanyahu aseguró que daría su "respuesta" a estas acciones a su retorno a Israel tras participar en la Asamblea General de la ONU. Después de que varios países anunciaran su intención de reconocer a Palestina este verano, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, presentó una propuesta para que Israel se anexione el 82 % de Cisjordania, un paso que medios israelíes creen que podría dar el Gobierno de Netanyahu.

Anoche, en las reuniones paralelas a la Asamblea de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, participó en una cumbre con líderes de países árabes y musulmanes para abordar un plan que ponga fin a la guerra en Gaza, antes de recibir a Netanyahu este jueves. "Esta es la reunión más importante para mí", declaró el republicano, sin más detalles. Trump se sentó junto al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan -uno de los mayores críticos actuales con Tel Aviv-, en un encuentro en el que también participaron representantes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto, Jordania, Indonesia y Pakistán.

"Queremos acabar con la guerra en Gaza. Vamos a ponerle fin y quizá podamos hacerlo ahora mismo", expresó el mandatario estadounidense, quien también subrayó que quiere que Hamás libere los rehenes que permanecen secuestrados en la Franja.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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