Occidente apunta a Rusia por el ataque a la presa de Nova Kajovka y acusa al régimen de Putin de cometer un "crimen de guerra"

Occidente apunta a Rusia por el ataque a la presa de Nova Kajovka y acusa al régimen de Putin de cometer un "crimen de guerra"

La Unión Europea y la OTAN se suman a las acusaciones de Kiev, que Moscú rechaza alegando que se trata de un "sabotaje" ucraniano para silenciar sus "fracasos" militares.

La guerra de Ucrania ha vuelto al primer plano del modo más trágico. Un ataque contra la presa de la centras hidroeléctrica de Nova Kajovka ha inundado buena parte de la región de Jersón. Un área devastada por meses y meses de conflicto que ahora se enfrenta a una situación crítica, de cuya responsabilidad se responsabilizan mutuamente Kiev y Moscú.

Pero en ese cóctel de sospechas y acusaciones, Occidente ha apuntado directamente a Rusia como culpable de un acto calificado como "crimen de guerra". Tanto la Unión Europea como la OTAN han sido rotundos en su condena, en unos términos similares a los empleados por el Gobierno de Zelenski y que en Moscú se rechazan de plano, bajo alegaciones de "sabotaje" ucraniano.

Para el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el régimen de Putin ha llegado la guerra a "un nivel sin precedentes". "La destrucción de infraestructuras civiles constituye claramente un crimen de guerra y exigiremos responsabilidades a Rusia y a sus aliados", ha explicado el dirigente belga.

Su tono has tenido continuidad en el expresado por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. "La Unión Europea condena este ataque en los términos más enérgicos posibles. Representa una nueva dimensión de las atrocidades rusas y puede constituir una violación del Derecho internacional, en particular del Derecho internacional humanitario", ha apuntado el Alto Representante de la UE.

Borrell, no obstante, mira más allá del propio ataque a la presa de la central hidroeléctrica y considera que "con este acto desesperado, Rusia continúa su temerario juego nuclear poniendo en riesgo el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad de la central nuclear de Zaporiyia".

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, no ha dudado en mirar a Rusia como responsable de un ataque "atroz" que demuestra la "brutalidad" de la agresión rusa en Ucrania.

"La destrucción de la presa de Kajovka pone miles de vidas de civiles en peligro y provoca un daño medioambiental grave", ha añadido el responsable de la alianza atlántica, ratificando el apoyo de la entidad a la defensa de Ucrania.

A primera hora, las imágenes difundidas por medios de comunicación y cuentas oficiales de Ucrania mostraban inundaciones en numerosos puntos de la región de Jersón, una zona inicialmente ocupada por Rusia y que ha acabado volviendo a manos ucranianas en su práctica totalidad. Sin embargo, estas riadas y cauces sin control de agua también afectan a territorio controlado por Rusia, como es la península de Crimea. Esto ha hecho que ambos gobiernos se responsabilicen de los hechos. 

El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, no ha dudado en culpar a los "terroristas rusos", asegurando que lo ocurrido "sólo confirma a todo el mundo que (los rusos) deben ser expulsados de cada esquina de la tierra ucraniana. No se les debe dejar ni un solo metro, porque usan cada metro para el terror".

La ONU no entra en la autoría, sí en las consecuencias

"Naciones Unidas no tiene acceso a información independiente sobre las circunstancias que han llevado a la destrucción en la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka. Pero una cosa está clara: se trata de otra consecuencia devastadora de la invasión rusa de Ucrania", ha apuntado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, este mismo martes.

Su organización se sitúa al margen de las acusaciones entre bandos y pone el foco en lo que considera una "monumental catástrofe humanitaria, económica y ecológica" que ya ha dejado sin hogar a "al menos 16.000 personas".

Entre las consecuencias inmediatas, Guterres ha reconocido "evacuaciones a gran escala, devastación medioambiental, destrucción de cultivos recién plantados", así como "amenazas añadidas a la muy amenazada central nuclear de Zaporiyia", además de una amenaza al suministro de agua potable masiva "para muchos miles más", ha alertado el dirigente portugués.

La versión rusa

El Kremlin, por su parte, lo niega todo y responde a las palabras de Kiev con acusaciones de "sabotaje deliberado" por parte del Ejército ucraniano para "tapar" el fracaso de su contraofensiva y dejar a Crimea sin agua.

"Con el objetivo de impedir una ofensiva rusa en este sector del frente, el régimen de Kiev llevó a cabo un acto de sabotaje, de hecho un atentado terrorista, que provocó la inundación de gran cantidad de territorios y que tendrá consecuencias graves para la ecología", afirmó en un vídeo difundido por su departamento.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos.