Putin conquista un país para defender Europa

Putin conquista un país para defender Europa

Los tentáculos del Kremlin se siguen extendiendo por África. 

Vladimir Putin, en su residencia de Novo-Ogaryovo, el pasado viernes, lanzando un mensaje a sus empleados de Interior.AP

Rusia avanza posiciones en África. Ya no es sólo que haga negocios en busca de codiciados recursos o que envíe al Grupo Wagner a defender territorios o mandatarios, sino que acaba de dar un paso más: el envío de tropas oficiales a Burkina Fasso.  

Según ha informado medios como Burkina 24 o Jeune Afrique, el pasado 10 de noviembre se vio cómo una aeronave Il-76, que se suele usar para el transporte de tropas rusas, aterrizó en el aeropuerto de Uagadugú. Un grupo de al menos 50 militares rusos fueron avistados mientras descendían del aparato, para dirigirse posteriormente al Hotel Lancaster en un autobús. El hecho de poner botas sobre el terreno supone la confirmación de que Moscú apuesta por este país, como ya ha hecho ampliamente con la vecina Malí, en su apuesta por detener el yihadismo en la zona del Sahel, haciendo de tapón para Europa, especialmente. 

Como especifica La Razón, "el uso que dará Ibrahim Traoré a los instructores rusos es todavía desconocido, aunque, considerando que los números actuales son mucho más reducidos que en la vecina Mali, se presupone que no participarán de manera directa en los enfrentamientos contra los terroristas, más allá de su capacidad de observadores o instructores militares".

Apenas tres días antes de la llegada de ese avión, Kassoum Coulibaly, el ministro de Defensa burkinés, se reunió en Moscú con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, para concretar los preparativos de una colaboración militar ruso-burkinesa. En el comunicado posterior al encuentro se explica que durante la reunión "se discutieron cuestiones a la cooperación militar bilateral […]. Acordaron fortalecer y ampliar los vínculos entre Rusia y Burkina Faso en el ámbito de defensa". Shoigú resaltó además que las relaciones entre ambas naciones se basan en "el respeto mutuo" y que el balance diplomático era "positivo", además.

Esta relación lleva consolidándose ya dos años, al menos, pero en los últimos meses ha tomado su forma definitiva. Por ejemplo, en octubre, los dos países firmaron un acuerdo para construir una central nuclear en ese país de África occidental. En el marco de la Semana Rusa de la Energía, el Ministerio de Energía, Minas y Canteras de Burkina Faso y la empresa nuclear estatal rusa Rosatom firmaron en Moscú "un memorando de entendimiento para la construcción de una planta nuclear", afirmó el Ejecutivo. "La construcción de esta central nuclear en Burkina Faso tiene como objetivo satisfacer las necesidades energéticas de la población", cuya mayoría no tiene acceso a electricidad, indicó el Gobierno. 

Se trata de la última medida de la junta militar que dirige el país africano para estrechar lazos con Rusia, mientras busca diversificar sus aliados internacionales tras el golpe de Estado liderado por el actual presidente de transición, capitán Ibrahim Traoré, el año pasado, informó EFE. En los últimos meses, Rusia ha abogado por una mayor cooperación militar con Burkina Faso, que lucha contra grupos yihadistas en su territorio, además de prometer suministros de cereales a uno de los países más pobres del mundo.

Cómo cubrir el hueco de París

Rusia ha puesto sus ojos en África y ha encontrado un terreno abonado para sus mercenarios allá donde Francia, la antigua potencia colonial, flaquea. El Grupo Wagner, que fuera liderado por Yevgeny Prigozhin y conocido principalmente por su antigua presencia en la guerra de Ucrania junto a las tropas rusas, entró con fuerza en Mali y en República Centroafricana, está presente en Burkina Faso y se sabe que en el pasado ha llevado a cabo algún tipo de actividad en países como Mozambique o Madagascar.

Sus tentáculos no se circunscriben, sin embargo, al África francófona. Desde Libia, en el norte, a Sudáfrica, en el sur, las actividades de Wagner han ido en aumento en los últimos años, nutriéndose de la inestabilidad política y incluso, en algunas ocasiones, fomentándola ellos mismos, según denuncian expertos en la región.