Ucrania acaba de un plumazo con un año de munición rusa con el ataque que deja millones de proyectiles desaparecidos
Atacó uno de los mayores arsenales del país.

El 22 de abril, las fuerzas ucranianas infligieron un golpe devastador a la maquinaria de guerra rusa al atacar uno de los mayores arsenales del país, que almacenaba miles de municiones diferentes. Tras sufrir varias explosiones, la instalación, ubicada en la aldea de Barsovo, cerca de la ciudad de Kirzhach en la región de Vladímir, quedó envuelta en llamas que continuaron durante varios días.
El arsenal, parte de la Dirección Principal de Misiles y Artillería de Rusia (GRAU), ocupaba una extensión de 3,5 kilómetros cuadrados y albergaba hasta 264.000 toneladas de municiones, entre ellas millones de proyectiles de artillería y misiles. Estos armamentos eran suficientes para mantener operaciones de combate rusas por más de un año.
Los informes iniciales indican que el ataque fue realizado con drones ucranianos de largo alcance, posiblemente utilizando el sistema de misiles turborreactores Palianytsia, que puede alcanzar objetivos dentro del territorio ruso.
Evacuación de varias aldeas
La explosión inicial fue tan fuerte que generó varias detonaciones secundarias, enviando ondas de choque a través de la región. Los vídeos publicados por residentes locales mostraron enormes columnas de humo y bolas de fuego que se elevaron al cielo durante horas, mientras que los observadores señalaron la presencia de propulsores sólidos de alta energía, lo que sugiere la posible presencia de misiles avanzados en el arsenal.
Los datos satelitales de NASA FIRMS, recogidos por Euromaidan, confirmaron la magnitud de la explosión, mostrando un incendio que era visible desde el espacio. A pesar de las advertencias de las autoridades locales sobre el riesgo de sanciones, muchos residentes capturaron y compartieron imágenes del ataque.
Las autoridades rusas inicialmente informaron que no había heridos, pero más tarde se vieron obligadas a evacuar las aldeas cercanas y cerrar la carretera principal entre Moscú y Kirzhach debido al peligro inminente de más explosiones.
El impacto de este ataque es significativo no solo por la destrucción de las municiones almacenadas, sino también porque debilita las capacidades de fuego de la artillería rusa. El comandante en jefe ucraniano, Oleksandr Syrskyi, comentó que los ataques previos a arsenales rusos ya habían reducido a la mitad la velocidad de fuego de la artillería rusa, lo que probablemente se verá reflejado en una desaceleración de las operaciones rusas.
La doctrina militar rusa, que depende en gran medida de los bombardeos masivos de artillería para apoyar sus ofensivas, podría sufrir un golpe aún mayor con la destrucción de este arsenal.
Este ataque ucraniano no es una casualidad, sino que se produce para socavar las capacidades rusas en caso de que el Kremlin esté planeando lanzar una ofensiva este verano. Con la destrucción de hasta un año de municiones, Rusia se enfrenta a serias dificultades para mantener sus operaciones en el frente, especialmente si las capacidades de su artillería se ven reducidas aún más.
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