Un joven canadiense se ofrece como voluntario por Ucrania y acaba encarcelado por "espía ruso"
"No pudo soportarlo y huyó a Polonia".

La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, ha provocado una ola de solidaridad internacional. Más allá de la ayuda militar o el asilo, está la directa de personas que se han desplazado al país para defenderlo o ayudar en el flanco humanitario, desde todos los rincones del planeta. Una solidaridad que, a veces, se topa con problemas.
Es lo que le ha ocurrido a un chico canadiense de apenas 17 años, un menor de edad que estaba convencido de haber encontrado trabajo en una organización humanitaria y que quería trabajar en ella por el bien de los ucranianos. En cambio, se topó de golpe con una reunión con funcionarios del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), con instrucciones y tareas de inteligencia. "No pudo soportarlo y huyó a Polonia", el medio polaco Onet, que cita a la Agencia de Prensa Polaca (PAP).
Según este medio, el adolescente confesó a unos agentes de policía citados en un hotel de Varsovia, a finales de mayo de 2024, que era un espía ruso y que quería entregarse a la policía. El adolescente estaba en precarias condiciones, bajo los efectos del alcohol, afirmando que temía por su vida y quería contarlo todo a las autoridades policiales polacas.
"Todo empezó de forma inocente. Laken P. -que es como se ha identificado al chico-, de Canadá, quería ser voluntario y ayudar a Ucrania. En uno de los canales rusos de Telegram encontró un anuncio de una organización humanitaria que también opera en la Federación. Discutió los detalles y vino por un camino indirecto, a través de Turquía hasta Rusia, y desde allí hasta la dirección indicada hasta una ciudad de Ucrania", explica la información, que no detalla de qué ciudad se trata.
Allí, en ver de personal civil y humanitario, "lo visitaron agentes del FSB, le quitaron el pasaporte y el teléfono y lo amenazaron con matarlo si no seguía sus instrucciones y sus órdenes". "Sabían todo sobre su familia, pero si obedecía -afirmaron- conseguiría un lugar donde quedarse, un salario e incluso la ciudadanía rusa", por lo que el menor accedió "a seguir sus órdenes". Nadie explica, por otro lado, cómo un niño menor de edad ha podido viajar desde Canadá a Europa y acabar en una zona en guerra.
Como descubrió la prensa polaca, Laken P. acabó siendo sentenciado en diciembre, aunque no había trascendido nada de su caso hasta ahora. Debido a que no tuvo tiempo para realizar tareas de inteligencia en Polonia, sólo ha sido condenado a un año y medio de prisión. La atenuante que se le ha aplicado ha sido la de que se revolvió ante los rusos y luego confesó y dio explicaciones veraces.
Engaño sobre engaño
Este caso se suma a la larga lista de engaños que se han detectado en este conflicto armado. Por ejemplo, el de trabajadores de India que acudían a Rusia -Delhi y Moscú son aliados- en busca de un buen puesto de trabajo y acababan reclutados por las Fuerzas Armadas de Vladimir Putin.
Según recoge la agencia Reuters, el Ministerio de Asuntos Exteriores de India, se están realizando esfuerzos para liberar a 50 soldados indios que aún permanecen en territorio ruso. La agencia de investigación criminal de India ha revelado que alrededor de 100 ciudadanos indios fueron víctimas de traficantes de personas que los llevaron a Rusia con falsas promesas de empleo o admisión en universidades privadas de dudosa reputación.