Una experta da sólo dos posibilidades al próximo paso de Putin: "Como si se estrellara contra una pared"
La segunda opción posible no es muy esperanzadora.

El Senado de EEUU parece haber perdido la paciencia con el presidente ruso, Vladímir Putin. Los senadores Richard Blumenthal (demócrata) y Lindsey Graham (republicano) han anunciado la preparación de un proyecto de ley que impondría aranceles del 500% a los países que continúen comprando energía rusa, como petróleo y gas natural, para forzar a Moscú a tomar en serio las conversaciones de paz.
El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, confirmó que el país lleva semanas advirtiendo a Rusia sobre las consecuencias que tendría no avanzar hacia una solución diplomática. Según Rubio, el Kremlin ha sido informado de que el Senado respalda firmemente esta iniciativa.
"El fin del apoyo chino detendría la guerra de Putin como si se estrellara contra una pared", afirmó Lindsey Graham, destacando la importancia de cortar las fuentes externas de ingresos de Rusia.
La presión no hace efecto
Sin embargo, la presión de Washington no parece haber surtido efecto hasta ahora. Juhana Aunesluoma, profesora de historia política de la Universidad de Helsinki, explica a Ilta-Sanomat que los rusos "no han cambiado en absoluto sus acciones".
"Piensan que Estados Unidos está mintiendo. Puede que tengan razón en eso", señala. Aunesluoma también duda de la voluntad del presidente estadounidense, Donald Trump, de endurecer su postura: "No se ha mostrado entusiasmado a la hora de presionar a Rusia". Aunque el proyecto cuenta con el respaldo de alrededor de 80 senadores, suficiente para superar un posible veto presidencial, no está claro si llegará a votarse si Trump se opone.
El conflicto podría irse de control
Aunesluoma advierte que el impacto del plan depende de si los compradores internacionales de energía rusa acatan los aranceles. En caso contrario, "todo el proyecto sería un desastre".
Por su parte, si las sanciones entran en vigor y golpean la economía rusa, la experta ve dos opciones sobre cómo podría reaccionar el Kremlin. La primera es que Rusia quiera empezar a negociar la paz. La segunda es menos halagüeña: "Pueden verlo como un nuevo paso para la escalada".
"Es posible que vean que esto ya no es un proceso de paz, que Estados Unidos está usando una fuerza que no había usado antes, y que esto justifica una guerra a gran escala aún mayor para Rusia en Ucrania o incluso en otros lugares. Esta es una posibilidad de que el conflicto se salga completamente de control", avisa.
El propio Rubio ha señalado recientemente que Moscú se prepara para presentar un borrador de alto el fuego esta semana, aunque ha advertido que "Rusia debería prepararse para una acción decisiva del Senado si el contenido del acuerdo no es convincente".
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