Y ahora, Gaza se ahoga: cerca de 800.000 desplazados, en peligro por inundaciones
La ONU confirma que apenas una parte de las 300.000 tiendas de campaña necesarias han entrado en una franja que no remonta la crisis humanitaria. Ya hay niños que mueren a la intemperie, de frío, y derrumbes de edificios en ruinas.

Gaza viene de soportar un cerco por tierra, mar y aire desde 2007, tres grandes operaciones y dos años completos de ofensiva por parte de Israel. Todo eso ha acarreado muerte, destrucción, necesidad, precariedad, hasta hambre. No tiene suficientes males su gente que ahora, además, viene el invierno y la lluvia, vienen las inundaciones y el hundimiento de lo poco que se ha puesto en pie para proteger a los civiles. Hay un alto el fuego desde hace dos meses, inestable y sangriento, y la ayuda humanitaria llega a cuentagotas. Ahora, el temporal todo lo empapa y todo lo empeora.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de Naciones Unidas, ha denunciado mediante un comunicado que la Tormenta Byron, un poderoso sistema de tormenta que provocó inundaciones en Grecia y en Chipre antes de llegar a Gaza a principios de esta semana, ahora ha finalmente entrado en suelo palestino, "trayendo consigo precipitaciones abundantes que ya han inundado múltiples sitios de desplazamiento y han puesto en alto riesgo a casi 795.000 palestinos desplazados". Se espera que las lluvias continúen en las horas por venir, sobre todo en el fin de semana, "presionando aún más a las familias que están viviendo en los inseguros albergues y agravando sus condiciones de vida".
A pesar del alto el fuego, los palestinos desplazados siguen viviendo en zonas atestadas, con poca protección contra los niveles de agua, que no paran de aumentar. El 90% de los edificios se han visto dañados por los ataques de Tel Aviv, que dejaron al menos 69.000 muertos, respuesta a los atentados del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás mató a 1.200 personas y secuestró a 250 más.
Desde el alto el fuego del 10 de octubre, la OIM ha despachado más de un millón de artículos de albergue a sus asociados en Gaza, incluyendo tiendas resistentes al agua, frazadas térmicas, esterillas para dormir y lonas impermeables. Pero incluso estos elementos "no alcanzan para poder soportar las inundaciones". Muchos sitios de desplazamiento se encuentran sobre terrenos bajos, llenos de escombros, con sistemas de desagüe y de eliminación de desechos inadecuados, dejando a las familias en un riesgo exacerbado de brotes de enfermedades y de otros peligros a la salud pública mientras las inundaciones siguen extendiéndose, explica la organización.
"Las personas en Gaza han convivido con las pérdidas y el temor por mucho tiempo", denuncia la directora general de la OIM, Amy Pope. "Ahora, tras el ingreso de este frente de tormenta en el día de ayer, las familias están intentando proteger a sus hijos con lo que tienen. Merecen más que esta incertidumbre. Merecen seguridad. El acceso inmediato y sin limitaciones es esencial para que las herramientas e insumos puedan llegar a quienes están haciendo todo lo que pueden para seguir estando juntos en estas condiciones extremadamente complicadas", reclama.
Demora en la ayuda
Los kits de herramientas básicas, bolsas de arena y bombas para el agua, al igual que los materiales de construcción como madera y madera terciada, siguen demorados por restricciones al acceso de larga data, incluyendo limitaciones al ingreso de materiales de construcción a Gaza. No es una denuncia de Hamás o de organizaciones palestinas, a las que el Gobierno de Benjamin Netanyahu denosta, sino de la propia ONU. "Estos materiales son cruciales para reparar y reforzar albergues contra las continuas precipitaciones y para mitigar las inundaciones en los sitios", recuerda.
Las cifras recientemente publicadas por el Ejército de Israel sugieren que no ha cumplido con la estipulación del alto al fuego de permitir 600 camiones de ayuda en Gaza al día (que era el ritmo medio previo a los dos años de asedio constante, cuando las necesidades eran grandes pero obviamente menores). "Ambientes fríos, superpoblados e insalubres aumentan el riesgo de enfermedades e infecciones", indica la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), en un comunicado publicado en X. "Este sufrimiento podría prevenirse con ayuda humanitaria sin restricciones, incluyendo apoyo médico y refugio adecuado".
La tregua de enero también especificaba que Israel permitiría la entrada de un número acordado de caravanas y tiendas. No han entrado caravanas en Gaza durante el alto al fuego, asegura Tania Hary, directora ejecutiva de Gisha, un grupo israelí que aboga por el derecho de los palestinos a la libertad de movimiento.
La agencia israelí COGAT dijo el 9 de diciembre, sin proporcionar evidencia, que "últimamente" había dejado entrar 260.000 tiendas y lonas en Gaza y más de 1.500 camiones de mantas y ropa de abrigo. El Shelter Cluster, una coalición internacional de proveedores de ayuda liderada por el Consejo Noruego para Refugiados, establece el número más bajo.
Amjad al-Shawa, jefe en Gaza de la Red de ONG Palestinas, dijo a Al Jazeera el jueves que solo una fracción de las 300.000 tiendas necesarias había entrado en Gaza. Apuntó que los palestinos necesitaban urgentemente ropa de invierno más cálida y acusó a Israel de bloquear la entrada de bombas de agua útiles para despejar refugios inundados. "Todas las partes internacionales deberían asumir la responsabilidad respecto a las condiciones en Gaza", manifestó. "Hay un peligro real para las personas en Gaza a todos los niveles".
Ya se ha conocido incluso la muerte de un bebé, que estaba a la intemperie, y ha acabado sucumbiendo al frío y la humedad. Tenía ocho meses y se llamaba Rahaf Abu Jazar.

"Los palestinos en Gaza están confinados en un espacio menor al 50% de la superficie total de la Franja. Ayer fuimos testigos de inundaciones en todas partes, y con la infraestructura ya devastada, las lluvias provocaron daños severos", enfatiza Haitham Aqel, líder del Equipo de Socorro y Emergencias del Consejo de Viviendas de Palestina, una organización local de asistencia que es asociada de la OIM. "Usamos bolsas de arena para crear desagües, pero muchas camas y colchones pertenecientes a las personas afectadas sufrieron daños mientras el agua ingresaba a las tiendas, que ya están muy desgastadas".
El programa de Monitoreo de las Necesidades y de la Población (NPM) de la OIM, trabajando con asociados para la gestión de sitios en terreno, ha identificado más de 140.000 personas afectadas por lluvias anteriores que ya habían inundado 219 sitios de desplazamiento activos. Partiendo de la base de esta evaluación la OIM sigue brindando su apoyo a intervenciones esenciales para la reducción de riesgos en áreas atestadas, mejorar la disposición de los desagües y ayudar a que las familias puedan acceder a servicios cruciales.
"Estamos haciendo lo mejor que podemos, operando en más de 120 sitios de desplazamiento en la Ciudad de Gaza, Khan Younis, y Deir Al Balah, pero las necesidades son abrumadoras", dice Aqel. "Necesitamos con suma urgencia maquinaria pesada para remover los escombros, más artículos para albergues y los trabajos de recuperación deben empezar cuanto antes para que Gaza pueda comenzar a ser reconstruida", concluye.
"No tengo ropa"
La agencia Associated Press ha publicado desde el terreno testimonios de gazaríes terriblemente afectados por estas circunstancias. Explica que familias se han encontrado con sus pertenencias y sus escasos alimentos empapados dentro de sus tiendas. "Las sandalias de niños desaparecían bajo el agua marrón que inundó los campamentos y alcanzaba las rodillas de la gente. Las carreteras se convirtieron en barro. Pilas de basura y aguas residuales se convirtieron en cascadas", describe.
"Nos hemos ahogado. No tengo ropa para vestir y no nos quedan colchones", declara Um Salman Abu Qenas, una madre desplazada desde el este de Jan Yunis a un campamento de tiendas. Dijo que su familia no pudo dormir debido al agua en la tienda.
Sabreen Qudeeh, también en el campamento de Jan Yunis, en un área conocida como Muwasi, relató que su familia se despertó con la lluvia filtrándose por el techo de su tienda y el agua de la calle empapando sus colchones. "Mis hijitas estaban gritando", dijo al medio norteamericano.
Ahmad Abu Taha, también en el campamento, señaló que no había una tienda exenta de la inundación. “Las condiciones son muy malas, tenemos personas mayores, desplazadas y enfermas dentro de este campamento”, expresó.
Las inundaciones en el centro-sur de Israel atraparon a más de una docena de personas en sus autos, según la prensa local. Los servicios de rescate de Israel dijeron que dos niñas resultaron levemente heridas cuando un árbol cayó sobre su escuela.
Las escenas contrastantes con Gaza dejaron claro cuán profundamente la guerra entre Israel y Hamás había dañado el territorio, destruyendo la mayoría de las viviendas. La población de Gaza, de alrededor de dos millones, está casi completamente desplazada y la mayoría de las personas viven en vastos campamentos de tiendas que se extienden a lo largo de la costa o se instalan entre los restos de edificios dañados sin infraestructura adecuada para inundaciones y con fosas sépticas cavadas cerca de las tiendas como baños.
Al menos tres edificios en la ciudad de Gaza ya dañados por los bombardeos israelíes durante la guerra colapsaron parcialmente bajo la lluvia, informó la Defensa Civil Palestina. Advirtió a las personas que no permanezcan dentro de edificios dañados, diciendo que también podrían derrumbarse sobre ellos. La agencia EFE ha informado en la mañana de este viernes de que hay ocho personas muertas por estos derrumbes.
