En el diseño de una cocina, una de las principales prioridades es la estética. Todos quieren tener una cocina en la que los diferentes electrodomésticos estén repartidos de una forma que sea agradable para la vista.

No obstante, esa estética puede acabar sacrificando a la larga la funcionalidad. En la edad adulta, no se le presta atención a que haya que agacharse algo más de la cuenta para poner el horno o usar el lavavajillas, lo importante es que la cocina se vea bonita.

Sin embargo, cuando la vejez se abre paso, esos gestos que a priori parecían insignificantes en años anteriores se convierten en una enorme barrera para poder utilizar la cocina con normalidad.

Para evitar esa situación, la diseñadora de interiores María del Valle subraya que las cocinas modernas no pueden plantearse únicamente mirando al presente, también deben ser funcionales en el futuro.

Tal y como recoge el sitio web italiano SFP Versilia, las recomendaciones de la diseñadora de interiores se resumen en la siguiente premisa: "Los electrodomésticos no pueden estar a ras de suelo".

En ese sentido, la experta señala que los hornos, las lavadoras y las lavavajillas tienen que estar elevados. De esa forma, cuando llega la vejez, se reducen las lesiones, las sobrecargas musculares y las posibles caídas.

En concreto, del Valle apunta que lo más aconsejable al diseñar una cocina es que los electrodomésticos se sitúen a una altura media, entre la cintura y los ojos, permitiendo así una interacción cómoda con los aparatos.

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