Esta es la cantidad de sangre que se dona en cada visita
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Esta es la cantidad de sangre que se dona en cada visita

En 54 países del mundo, los suministros de sangre siguen dependiendo de familiares o de que se pague al donante por ellas

Un hombre durante una donación de sangre.Vladimir Gerdo\TASS via Getty Images

Para poder donar sangre en España los requisitos son no haber padecido infecciones como hepatitis B o C, VIH-SIDA, enfermedad de Chagas o sífilis. Tampoco lo pueden hacer las personas padecen epilepsia, tuberculosis, enfermedades graves del corazón o que han recibido algún trasplante de órganos. Obviamente, tampoco las personas que tomen drogas intravenosas o inhaladas. De hecho, si vas a donar, el centro hospitalario o la institución que la recoja, como la Cruz Roja, aparte de hacerte, por seguridad, una prueba de determinación de tu grupo sanguíneo (A,B o O) y Rh, también comprobará que no tienes anticuerpos irregulares y te harán los análisis del VIH, Hepatitis B y C y de sífilis.

En España, en el caso de los hombres se puede donar sangre cuatro veces al año y, en el de las mujeres, tres. Esto se debe a que el hierro es lo que más tardamos en recuperar después de una donación. Se calcula que, dependiendo de la persona, tienen que pasar unas ocho semanas para que volvamos a tener los mismos niveles de hierro que antes de la donación. Y las mujeres ya perdemos una buena cantidad de este mineral durante la menstruación.

Respecto a la cantidad que podemos donar en cada sesión, depende de la persona, pero no puede ser superior al 13% del volumen total de sangre que tenemos los adultos en el cuerpo (ya que los menores no pueden hacerlo) que oscila entre los cuatro litros y medio y los seis. Así que aproximadamente estamos entregando cada vez unos 450 mililitros.

Tras la donación, se recomienda tomar líquido, para hidratarnos más rápidamente, ya que tenemos que esperar unas dos horas para estar completamente recuperados y poder hacer una vida normal. Aunque no es aconsejable hacer ejercicio ni ninguna actividad que nos suponga un esfuerzo hasta el día siguiente. En realidad, el plasma de la sangre no vuelve a sus niveles normales hasta que han transcurrido 24 horas de la donación, aunque los glóbulos rojos son los que tardan más (después del hierro, como comentábamos al principio) en recuperar sus niveles normales, entre tres y cinco semanas, dependiendo de la persona.

En concreto, 1.133.131 ciudadanos españoles, de entre 18 y 65 años, donan sangre al año, según datos de 2021 del Ministerio de Sanidad, lo que supone el 4% de la población de ese rango de edad. De ellos, un 15% lo hicieron ese año por primera vez y el número total de donaciones recogidas ese año fue de 1.720.402.

En España, estas donaciones, como en la mayoría de los países más desarrollados, no son remuneradas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “79 países recogen más del 90% de su suministro de sangre en donaciones voluntarias no remuneradas (38 países de ingresos altos, 33 países de ingresos medianos y ocho países de ingresos bajos). De ellos, 64 obtienen el 100% de su suministro (o más del 99%) de donantes voluntarios no remunerados”.

Y esta organización llama la atención sobre que “en 54 países del mundo, más de la mitad de los suministros de sangre sigue dependiendo de las donaciones de familiares o allegados y de donantes remunerados (ocho países de ingresos altos, 36 de ingresos medianos y 10 de ingresos bajos)”.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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