Una técnica en nutrición responde al 'milagro' real detrás de los botes de colágeno
Esta experta detalla el tipo de vida que tienes que hacer y los casos en los que estos suplementos pueden suponer un apoyo más.

Cada pocos meses aparece un nuevo suplemento que promete ser la solución definitiva para la piel, las articulaciones o incluso el envejecimiento. "El colágeno es uno de los más populares, en polvo, cápsulas, barritas o incluso hay cafés 'con colágeno que prometen firmeza, juventud y articulaciones de acero", cuenta la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. La cuestión que se pregunta mucha gente es si estos suplementos funcionan de verdad, a la que contesta con todo detalle esta experta.
"El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano y forma parte de la piel, los tendones, los huesos y los músculos. Sin embargo, a partir de los 25 años su producción natural comienza a disminuir, algo que se acelera con ciertos hábitos y con el paso del tiempo", destaca Luzón. Y cuenta que hay, además, una serie de factores que empobrecen el colágeno.
"No solo la edad influye", advierte esta técnica en dietética, "hay hábitos que directamente rompen las fibras de colágeno o dificultan su regeneración, como fumar, porque el tabaco reduce el flujo sanguíneo y aumenta el estrés oxidativo; la exposición solar excesiva, sin protección, que degrada el colágeno cutáneo, o el exceso de azúcares y ultraprocesados, ya que la glicación (un proceso que se da cuando hay exceso de glucosa en sangre) endurece las fibras y las vuelve menos elásticas".
Esta experta también menciona otros factores, como "la falta de sueño y el estrés celular, que elevan el cortisol y afectan a la regeneración celular, así como el déficit de nutrientes clave, como vitamina C, zinc, cobre o proteínas de calidad".
Ana Luzón resalta que la clave es hacer una dieta que nutra desde dentro: "Para producir colágeno, el cuerpo necesita materia prima (aminoácidos) y cofactores (vitaminas y minerales que facilitan su síntesis). "Por eso, antes de pensar en el suplemento, deberíamos mirar nuestro plato", resalta, y ver si contiene "fuentes de proteínas (pescado, carne, huevos, legumbres y gelatina natural), vitamina C (cítricos, kiwi, pimientos, fresas, perejil o brócoli), zinc y cobre (mariscos, frutos secos, legumbres, cacao puro) y antioxidantes (frutas y verduras variadas, especialmente las de colores intensos).
Porque una alimentación "rica en estos nutrientes, acompañada de descanso, movimiento y buena hidratación, es la combinación más efectiva para mantener la piel firme y las articulaciones sanas". Pero, ¿qué pasa entonces con los suplementos?
Luzón responde que "el colágeno hidrolizado, que es el más habitual, puede ser útil como complemento, sobre todo en personas con mayor desgaste articular, deportistas o mujeres en menopausia". Además, "los estudios apuntan a una ligera mejora en la elasticidad de la piel y en el dolor articular cuando se combina con vitamina C, pero no sustituye una mala alimentación ni unos hábitos poco saludables", añade.
Así que, en resumen, "si tu dieta es deficiente, el suplemento no hará milagros, pero si comes bien, duermes, te mueves y evitas los hábitos que lo destruyen, puede ser un apoyo más para mantener el tejido conectivo en buen estado", añade esta experta. Por lo que, en conclusión, "el verdadero 'milagro' no está en el bote, sino en tu estilo de vida, porque el colágeno puede sumar, pero la base siempre está en cómo vives, cómo comes y cómo cuidas tu cuerpo cada día", concluye esta técnica en dietética.
