Ahórrate el viaje eterno a la playa: el pueblo oculto en la Sierra de Madrid para refugiarse del bochorno

No hace falta alejarse mucho de Madrid para poder encontrar sitios en los que refrescarse y escapar del bullicio de la ciudad. Con el calor sofocante apretando en estos días de verano, son muchos los que buscan una vía de escape que les permita disfrutar de un entorno natural y un respiro termostático. En esta línea, son muchos los rincones de la sierra madrileña que cumplen con estos requisitos.

Uno de los pueblos más ocultos que cada vez está ganando una mayor popularidad es La Hiruela, situado en la Sierra Norte. Al estar ubicado en los montes y bosques que recorre el río Jarama, es conocido por su tranquilidad y su encanto rural, perfecto para aquellos que buscan escapar de las aglomeraciones de la gran ciudad. Además, este pueblo es considerado uno de los mejor conservados de la Comunidad de Madrid.

Esta característica se debe a que antiguamente era bastante complicado acceder a esta localización, por lo que poca gente se atrevía a visitar sus alrededores propiciando que el deterioro de sus calles fuese mínimo. Ahora, llegar hasta La Hiruela requiere conducir por una carretera llena de curvas peligrosas pero, con cuidado y cierta habilidad, es mucho más fácil atravesarlas en comparación a hace unos años.

Un rincón fresquito lleno de historia

La Hiruela se encuentra a aproximadamente 1.200 metros sobre el nivel del mar, una altitud que le permite tener un clima más fresco. Además, su ubicación en la sierra facilita que las temperaturas en verano sean significativamente más bajas que en la capital, lo que lo convierte en el refugio perfecto, a poca distancia, de aquellos que quieren escapar del bochorno.

Además, al estar rodeado de una abundante vegetación, este municipio ofrece numerosas rutas para hacer senderismo. No obstante, no es necesario adentrarse en caminos ocultos para disfrutar de su belleza, sino que La Hiruela cuenta con una arquitectura tradicional que se ha mantenido a lo largo de los años, en la que destacan impecables casas hechas con materiales de tierra como piedra, madera y adobe.

También destacan la Iglesia de San Miguel Arcángel y el Molino harinero como los edificios más emblemáticos del pueblo. Aunque el Museo Etnográfico también es digno de visita ya que expone la vida tradicional de los habitantes. Por otro lado, la localidad tiene una oferta gastronómica basada en productos locales y recetas tradicionales, con platos populares como el cordero asado, las migas o productos típicos de la huerta.

En resumen, La Hiruela es un destino ideal para aquellos que buscan paz, naturaleza y un rincón más fresco para huir de las sofocantes temperaturas de la capital. Su belleza natural y su encanto rural lo convierten en el sitio perfecto para desconectar y disfrutar de un ritmo de vida más pausado, a veces algo muy necesario para los madrileños.