El pueblo aragonés que estuvo al borde de la desaparición y ahora recibe más de 100.000 turistas al año
Ha vivido una transformación sorprendente en las últimas décadas.

En Aragón son centenares de pueblos los que están amenazados por la despoblación, con comunidades que pierden cada año más habitantes y con infraestructuras deterioradas y una economía debilitada. No obstante, algunos de estos municipios han sido objeto de una revitalización rural que, con esfuerzos de conservación, promoción turística y desarrollo sostenible, ha conseguido revertir el panorama y devolver la vida a estas localidades.
Este es el caso de Alquézar, un pintoresco enclave de la provincia de Huesca que ha vivido una transformación sorprendente en las últimas décadas. Conocido hoy por su belleza histórica y su ambiente único, este pueblo es todo un ejemplo de resiliencia ya que estuvo al borde de la desaparición hace poco más de 40 años y ahora recibe más de 100.000 turistas anuales, con el impacto económico que eso conlleva.
En la década de 1980, la población de Alquézar descendió hasta apenas 100 habitantes y gran parte de su casco urbano quedó en ruinas. La despoblación y la falta de inversiones amenazaban con borrar la rica herencia medieval de este rincón de Aragón. Sin embargo, un impulso estratégico basado en la conservación de su patrimonio y el desarrollo del turismo permitió salvar el municipio y experimentar un notable resurgimiento.
El fénix aragonés
Hoy en día, no solo ha triplicado su población desde aquella época, contando con 338 habitantes según el INE, sino que también se ha consolidado como uno de los destinos de referencia en Huesca. Haber sido reconocido como uno de los Pueblos Más Bonitos de España y destacado por la Organización Mundial del Turismo ha hecho que la localidad registrase más de 140.000 turistas en el año 2023, una cifra con tendencia alcista.
El principal motor de esta recuperación ha sido la Ruta de las Pasarelas del río Vero, la cual se ha consolidado como el mayor atractivo de Alquézar. Este auge ha impulsado la ocupación hotelera y el desarrollo de infraestructuras turísticas, contando actualmente con 16 restaurantes, cinco hoteles, tres albergues, dos campings y 50 apartamentos turísticos. Además, la colegiata de Santa María recibe anualmente 50.000 visitas, siendo uno de los puntos de interés más populares.
Actualmente, visitantes de todo el mundo llegan atraídos por la combinación de historia, naturaleza y aventura de este pueblo aragonés. Esta transformación es una muestra de que cualquier pueblo puede salvarse de la despoblación si se aplican las estrategias correspondientes. De esta forma, Alquézar no solo ha recuperado su vitalidad, sino que se ha reinventado para convertirse en un referente de turismo cultural y de naturaleza en la región.
