El pueblo de Tarragona donde no puedes ir vestido, se prohíbe fumar y tienes que pagar un bono para entrar
Un lugar basado en el respeto al medio ambiente y la autosuficiencia.

Seguro que todos hemos oído hablar de las playas nudistas, esos rincones junto al mar donde la ropa es prescindible y se puede disfrutar de una jornada al sol sin preocuparse del algodón, pero ¿alguna vez te has imaginado un lugar en el que para entrar la norma sea desnudarse por completo? Esto ocurre en un pequeño municipio de Passanat, en la provincia de Tarragona, donde la libertad va de la mano de la desnudez.
Estamos hablando de El Fonoll, considerado el primer pueblo naturista de España. Situado en un valle boscoso de la comarca de la Conca de Barberà, este pequeño asentamiento fue fundado en 1998 por Emili Vives y Núria Espinal, tras adquirir en 1995 una finca abandonada de más de 150 hectáreas para restaurar un antiguo núcleo medieval y convertirlo en un centro dedicado al naturismo.
Tras sortear diversas trabas administrativas, iniciaron las obras de rehabilitación en 1998, recuperando la piedra caliza original de sus edificaciones y dejando como testigo la pequeña iglesia de Sant Blai, datada entre los siglos X y XII. Este pequeño pueblo hoy tiene unas normas de convivencia peculiares: exige a quienes lo visitan despojarse de toda prenda, prohíbe fumar en espacios públicos y requiere la adquisición de un bono de acceso para usar sus instalaciones.
Su mantra: la autosuficiencia
La filosofía de El Fonoll se centra en el respeto al medio ambiente y la autosuficiencia. Gran parte de los alimentos proviene de huertos ecológicos gestionados por los propios residentes y visitantes; además, la energía eléctrica procede de turbinas de viento y paneles solares instalados en la finca. El sistema de reciclaje es igualmente eficiente, contribuyendo a minimizar la huella ecológica de la comunidad.
El pueblo está formado por unos 25 habitantes, cifra que se quintuplica en verano, cuando hasta 150 naturistas de países como Bélgica, Francia, Países Bajos e Italia llegan para disfrutar de su entorno y actividades. Entre sus instalaciones, El Fonoll dispone de unas 120 plazas repartidas entre apartamentos, cabañas, un albergue y un área de acampada para caravanas. Completan la oferta una tienda productos artesanos, una sauna y pistas de tenis, fútbol, ping-pong y bádminton, así como una piscina y zonas para baños de barro.
Con más de dos décadas de vida, El Fonoll sigue siendo un referente del turismo alternativo y del naturismo en España, donde está totalmente vetado el uso de bañadores, hacer fotos sin permiso expreso y la entrada de cazadores y fumadores. De esta forma, ofrece a sus visitantes la oportunidad de reconectar con el entorno y con ellos mismos en un ambiente de sobriedad y sencillez, donde la libertad y el respeto son las únicas prendas obligatorias.
