El único pueblo de España por el que se accede a través de una cueva se oculta en este rincón de Asturias

Asturias es una tierra de contrastes donde montañas imponentes se encuentran con costas salvajes y verdes valles que parecen infinitos. Conocida por su rica historia, cultura admirada y paisajes de ensueño, esta región es todo un paraíso natural en el norte de España. Pero ¿sabías que en sus tierras se esconde un pueblo al que solo se puede acceder atravesando una cueva de 300 metros de longitud?

Se trata de Cuevas del Agua (Cueves en asturiano), una pequeña localidad de apenas medio centenar de habitantes situada en el término municipal de Ribadesella. En los últimos años, este lugar ha acogido a cientos de visitantes que llegan atraídos por sus playas y por el paso del Camino del Norte, una de las etapas más populares del Camino de Santiago. Para llegar hasta aquí es necesario atravesar la Cuevona, famosa por sus formaciones geológicas.

Este recóndito rincón asturiano, que parece extraído de un cuento, ha fascinado a visitantes por su belleza única y su peculiar acceso. Además, sigue conservando ciertas tradiciones rurales debido al aislamiento al que se ha visto sometido a lo largo de su historia al estar ubicado tras una cueva. Este carácter aislado también permite que se mantenga intacto su encanto rústico, convirtiéndose en un refugio perfecto para los que buscan desconectar del mundo moderno. 

¿Cómo llegar a Cueves?

Este pueblo tiene dos accesos posibles: uno por carretera y otro por apeadero ferroviario. El FEVE va desde Oviedo a Santander y sigue una ruta que se abre paso entre verdes montañas asturianas. A pesar de ser un viaje cuanto menos interesante, la entrada más popular y por la que todos quieren ir es la Cuevona, una de las pocas cuevas del mundo que su interior está asfaltado para facilitar la comodidad de sus viajeros.

La ruta tiene 300 metros de largo y está llena de estalactitas y estalagmitas. Además, cuenta con una conexión directa al mar Cantábrico que permite disfrutar del sonido de las olas mientras paseamos por este tramo subterráneo. Una cueva repleta de impresionantes formaciones rocosas que sirve como portal al pueblo, aunque en verdad parece que te estás adentrando en otra dimensión donde el tiempo se detiene. 

Debido a la humedad que hay en su interior en la cueva habitan diversos animales que se pueden llegar a observar si atravesamos la ruta en silencio y con paso ligero. Desde salamandras y ranas, hasta incluso murciélagos. Además, su proximidad con el mar Cantábrico también permite que podamos apreciar musgos, helechos y hongos dispuestos por las diferentes paredes de esta impresionante cueva.

Finalmente, cabe destacar que este trayecto se puede hacer tanto en coche como a pie. Sea cual sea la forma elegida, se trata de una experiencia envolvente donde la luz y la sombra juegan entre las rocas, creando un ambiente mágico. Por ello, Cueves es todo un testimonio de la riqueza natural y cultural de Asturias, un lugar donde la magia de la naturaleza se fusiona con la tradición, haciendo de este pueblo un destino inigualable para los más aventureros.