Entrañan un peligro que pasa por la erradicación de especies autóctonas locales, fundamentales para el sector económico, pero también el riesgo de catástrofes medioambientales en ríos.
No son autóctonos, han jugado un papel clave en la extinción de 34 especies y ya amenazan a 200 más. "Estimamos que estos gatos domésticos matan a alrededor de un millón de animales cada 24 horas", dice el Gobierno.