El anuncio hecho supuestamente por el fiscal general ilusionó en Occidente, pero no a los manifestantes. Nada ha cambiado, pero mientras no se habla de pena de muerte.
La represión de las protestas por la muerte de Mahsa Amini ha segado la vida de más de 300 iraníes. Los futbolistas apoyan a su pueblo, pero el régimen les da donde más duele.
Los dos países, enemigos políticos desde hace mucho tiempo, se enfrentarán el martes en la tercera y última jornada de la fase de grupos del Mundial de Qatar.
No es la primera planta que lo produce, pero que esta planta se sume es un desafío, con la renovación del acuerdo con Occidente estancada y protestas nunca vistas en sus calles.
El asesinato de Mahsa Amini ha levantado a todo el país y los ayatolás no saben cómo acallar las voces que piden cambio. Lo intentan con violencia y terror sistemáticos.
En varios vídeos difundidos por redes sociales, puede verse a multitud de pasajeros cantando contra el gobierno, protestando contra la policía y huyendo de la represión.
Más generalizadas, desafiantes y variadas, las protestas contra los ayatolás son ya las más prolongadas desde la Revolución del 79 y pasan de las reformas: piden cambio.
Tras 15 años como primer ministro, desbancado por una coalición de "todos contra Bibi" y enjuiciado por corrupción, el candidato del Likud insiste en vestirse de salvador.