2022 quedará grabado como un año crítico. Pero la Organización Meteorológica Mundial alerta de que los fenómenos extremos, como las olas de calor del último verano, pueden hacerse más y más habituales. Otros meteorólogos advierten de las previsiones para este julio y agosto.
El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial espera que la situación actual sea “una llamada de atención” para los gobiernos europeos.
Superar ese umbral provocaría más fenómenos meteorológicos extremos, aumentaría la inseguridad alimentaria y causaría una mayor presión sobre los recursos hídricos.