Los descubrimientos en ratones podrían ayudar a identificar a los humanos en las primeras etapas de la enfermedad, a desarrollar terapias para retardar su progresión y a tratarla en sus últimas etapas.
La forma de hablar de J.M es pausada. Lenta. Sus ojos brillan. Mis preguntas se fueron espaciando. Todo empezó a fluir con un aire de tranquilidad. Se convirtió luego en una conversación. Sólo basta escucharlo para entender que su condición es solo una forma de navegar por aguas que creemos intransitables para quienes no sufrimos la enfermedad.