El caso pone sobre la mesa un debate que espanta en Kiev: ¿está llegando ya la temida fatiga de guerra? ¿Puede ser el principio del fin de la ayuda de Occidente?
El Gobierno de Varsovia confirmó la semana pasada que prorrogaría su prohibición a las importaciones ucranianas aunque la Comisión Europea le pidiera lo contrario.
El presidente bielorruso sí ha informado de que los mercenarios están alojados en las localidades de Brest y Grodno, a escasos kilómetros de la frontera.