Preservar la singularidad de las Regiones Ultraperiféricas: una obligación europea
La Unión se refuerza cuando escucha a sus regiones, cuando integra su diversidad territorial y cuando garantiza que nadie quede atrás.

El pasado 18 de noviembre tuve el honor de intervenir en el Foro de Alto Nivel para las Regiones Ultraperiféricas (RUP), celebrado en el seno de la Comisión Europea. En esta ocasión, los eurodiputados RUP nos reunimos con los presidentes de las nueve regiones y con el vicepresidente ejecutivo Raffaele Fitto, responsable de la Política de Cohesión y Reformas en el Colegio de Comisarios. Fue un encuentro marcado por una polifonía coral, rotunda y contundente, en la que todos transmitimos un mensaje inequívoco: las regiones ultraperiféricas deben ser preservadas en su singularidad en el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) y, en consecuencia, en los Presupuestos anuales de la UE de 2028 a 2034.
La UE -de hecho, la entera experiencia de la integración supranacional europea- se funda, desde sus orígenes, sobre la cohesión y la solidaridad, también en su dimensión interterritorial. No se trata solo de valores: se trata del respeto escrupuloso a los Tratados, Derecho originario y primario de la UE que equivale a su nivel de legalidad constitucional. El artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) ofrece a las RUPs una base jurídica única, que obliga a la Comisión Europea no solo a modular la aplicación del derecho europeo en estos territorios, sino también a adoptar —junto con el legislador europeo, el PE— todas las medidas específicas necesarias para proteger su singularidad.
Esta base jurídica no es una opción, ni un gesto de deferencia política: es un mandato jurídicamente vinculante. Ignorarla sería vulnerar directamente el Tratado y el Derecho constitucional de la UE. Por tanto, preservar la especificidad de las RUP en el MFP no es un ejercicio de buena voluntad, sino una obligación legal para garantizar la igualdad efectiva de millones de ciudadanos que viven en territorios alejados y con condiciones objetivas y permanentes reconocidas explícitamente por la Unión.
La solidaridad interterritorial es simple y llanamente indispensable para que ningún/a ciudadano/a quede atrás, independientemente de dónde haya nacido o resida. Por eso, cualquier propuesta presupuestaria que no reconozca plenamente la singularidad de las RUP sería un error estratégico, una incoherencia política y un golpe a la legitimidad democrática del proyecto europeo. Las regiones ultraperiféricas deben ser blindadas en el próximo MFP: no solo respetadas y preservadas, sino también incorporadas de manera plena al nivel de gobernanza de los fondos regionales, de los fondos RUP y del POSEI, instrumento esencial para la protección de nuestro sector primario. Garantizar su participación en la toma de decisiones no es solo justo: fortalece la legitimidad de la política de cohesión y refuerza la confianza de los ciudadanos en las instituciones europeas.
No es casual que en este debate haya emergido una voz coral unida en la defensa de las RUP. Estas Regiones insulares y alejadas no solo representan una singularidad que la UE está obligada a proteger; también son un activo estratégico para la Unión en su dimensión global. Su presencia en el Atlántico, el Caribe y el Océano Índico sitúa a la UE como un actor marítimo de alcance mundial, proyectando su influencia más allá del continente europeo. Defender la singularidad de las RUP es, por tanto, defender la proyección global de la Unión Europea. Ignorar este potencial sería renunciar a una parte esencial de lo que la UE aspira a ser en el escenario internacional.
El vicepresidente Fitto escuchó con claridad el mensaje unánime de representantes regionales y eurodiputados. Ahora corresponde a la Comisión Europea corregir su propuesta inicial de Marco Financiero Plurianual 2028/2034, considerada inaceptable por todos los actores implicados. No hacerlo supondría desatender un mandato jurídico, debilitar la política de cohesión y comprometer la igualdad efectiva de millones de europeos.
La Unión se refuerza cuando escucha a sus regiones, cuando integra su diversidad territorial y cuando garantiza que nadie quede atrás. Por eso, la singularidad de las Regiones Ultraperiféricas debe ser preservada, defendida y garantizada en el próximo MFP. Cualquier otra opción, sencillamente, no es compatible con los valores ni con los Tratados de la Unión Europea.
Juan Fernando López Aguilar es eurodiputado S&D, Portavoz socialista de Asuntos Constitucionales en el PE; ex-ministro de Justicia.
