La hipertensión de Rajoy
En el entorno del presidente están preocupados por su tensión arterial. Literalmente. Pero Bárcenas no es la causa: Bárcenas, para el gobierno, ha muerto el 1 de agosto. Son cuatro los asuntos peliagudos e inminentes que preocupan de verdad en el gobierno y en el partido.
En el entorno del presidente están preocupados por su tensión arterial. Literalmente. Al parecer no hay manera de hacerla bajar a niveles deseables. Los aplausos prolongados con que sus diputados le han ovacionado en las dos sesiones postvacacionales evidencian que hay orden de arroparle y darle calor. La mayoría de las señorías ignoran que la tensión está detrás de las instrucciones que han recibido.
"Es verdad que los aplausos se alargan artificialmente y que nos han pedido que no opinemos sobre Cataluña, pero Bárcenas no es la causa. Rajoy no se va a bajar de que el 1 de agosto zanjó el tema". Bárcenas, para el Gobierno, ha muerto el 1 de agosto. La propia vicepresidenta se lo ha vuelto a repetir hoy a Soraya Rodríguez. Es más, en el grupo están convencidos de que la munición que le queda al ex tesorero no es de alcance.
Lo que preocupa de verdad en el Gobierno y en el partido, e impide que disminuya la presión de la sangre en las arterias de Rajoy, son varios asuntos peliguados e inminentes: llegar a una 'discrepancia concertada' con Artur Mas en Cataluña; contrarrestar la batalla que la oposición va a dar con la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones; las tensiones crecientes dentro de la derecha y amortiguar la acusación de presidente mentiroso que PSOE, IU y UPyD pugnan por liderar.
-Discrepancia concertada
Como se da por hecho que difícilmente el Gobierno y la Generalitat van a alcanzar un acuerdo sobre la celebración de la consulta soberanista, el escenario en el que más se está trabajando ahora es en pactar las diferencias. "No se pretende negociar más allá de calmar las aguas. Y CiU sabe que siempre van a ser los perdedores en todos los escenarios futuros del independentismo. Ni aunque lograsen la independencia les levantarían estatuas: lo rentabilizarían los más fundamentalistas. Un camino aceptable sería pactar la discrepancia. Aunque se produjese una reforma constitucional, algo que el Gobierno no contempla, tampoco le serviría de coartada a Mas para dar marcha atrás", reflexiona un diputado popular que está convencido de que el otoño será muy entretenido.
Para salir del callejón sin salida y para que ambos salven el pellejo en sus respectivos partidos, otros diputados creen que lo ideal es que Mas solicitase la consulta y el PP la impugnase. "A Rajoy y Mas les gustaría que el Constitucional les tumbase la consulta. Entonces irían a las elecciones plebiscitarias del 2016. Ahora, bajo el paraguas del derecho a decidir hay consenso, pero llegada la hora electoral tendrán que bajar al detalle".
-Tensiones dentro de la derecha
El temor a que las diferencias ideológicas en la derecha estallen van a marcar la actitud del Gobierno. Aún desconcertados por el editorial del ABC en el que exige al 'abúlico' Ejecutivo que defienda la unidad de España frente a los 'sediciosos', los populares del Congreso son conscientes de que el problema solo está asomando la patita. "En la derecha hay una tensión ideológica creciente. Un sector se siente muy incómodo por cómo se está manejando la cuestión catalana. No comparte que el Gobierno no castigue la insumisión y que opte por 'beneficiar' a Cataluña en la negociación financiera", advierte una señoría. La actitud de Rajoy, por un lado reticente a la consulta pero por otro, partidario de solucionar las diferencias económicas, está provocando la radicalización de parte de los simpatizantes. Una grieta que la oposición ya ha incorporado a su estrategia. La portavoz socialista, Soraya Rodríguez, ya ha aprovechado la sesión de control de hoy para pedir a la vicepresidenta que actúe contra los extremismos dentro del PP.
-Pensiones garantizadas ¿a qué precio?
"Vamos a garantizar las pensiones", es la letanía que entonan el presidente y sus ministros cada vez que la oposición les interpela sobre la perdida de poder adquisitivo y devaluación de la pensiones tras la reforma del Gobierno. Por mucho que el Ejecutivo se defienda con que "el único gobierno que ha congelado las pensiones ha sido del PSOE", en las filas populares saben que las pensiones son un tema de calado que les puede hacer daño si el PSOE lo maneja con habilidad. Hoy mismo Rubalcaba ha atacado con el perjuicio que está ocasionando a los jubilados de ahora, justo cuando los ingresos de la tercera edad se han convertido en el sostén de miles de familias a las que el Estado ha dejado de proteger. En la respuesta, Rajoy ha patinado al deslizar uno de sus eslóganes favoritos, "usted no hará que nada me distraiga de lo importante", como si las pensiones no lo fuesen.
-Las mentiras del presidente
Por mucho que Rajoy crea que ya ha dado suficientes explicaciones sobre Bárcenas, nada le va a librar de que la oposición le acuse de mentir. "Bárcenas aparecerá y desaparecerá de los medios según su estrategia de defensa, por eso solo hay que desgastarse con él cuando la situación lo requiera", sentencia un popular. Sin embargo, la oposición no parece dispuesta a permitir que solo el ex tesorero marque los ritmos. La ofensiva de PSOE, IU y UPyD por demostrar que el presidente ha mentido en sede parlamentaria no está próxima a agotarse. Es más, los tres partidos han entrado en una competición por exigir responsabilidades políticas a Rajoy.
Así, ¿cómo van a lograr los médicos que le baje la tensión?