La cruzada de Sánchez contra el neoliberalismo de derechas

La cruzada de Sánchez contra el neoliberalismo de derechas

La campaña electoral ya está en marcha. Mítines en toda regla. Hay que vender los logros y promesas. Colapsa el aplausómetro en las bancadas.

MADRID, 31/01/2023.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, durante el pleno del Senado, este martes en Madrid. EFE/ ZipiEFE

Feijóo se gira esta tarde en el Senado y pregunta a Juan Bravo, que se sienta en el escaño de detrás, por las cifras que el presidente del Gobierno va lanzando como dardos. Juan Bravo coge el móvil y pregunta a su vez a su equipo. Hay que contraatacar con datos. Sánchez señala a las empresas con grandes beneficios, que reparten bonus a sus directivos pero se niegan a aumentar los salarios a la plantilla y les demanda un reparto más justo de los beneficios. Despliega sobre la tribuna los hitos sociales que su gobierno ha logrado, como la subida del salario mínimo o de las pensiones. Insiste en el crecimiento de la productividad y la creación de empleos en el sector tecnológico y en el de la transición energética

Feijóo, mientras tanto, pasa las páginas de sus papeles y Juan Bravo se sujeta la frente y continúa consultando los datos en su móvil. Sánchez echa en cara al neoliberalismo que no sólo predica el PP sino que practica en algunas de las comunidades autónomas en las que gobierna. A Feijóo, cuando sale a escena, la erosión del Estado del Bienestar de que le acusa Sánchez le ha tocado tanto las narices que se envuelve en la bandera autonómica que le arropaba hasta ahora y toma la palabra en nombre de todos los presidentes autonómicos para impedir tamaña ofensa.

El líder de la oposición no evita entrar en su reiterada promesa de bajar impuestos en cuanto llegue a Moncloa a pesar de que el presidente acababa de explayarse en cómo afecta al Estado del Bienestar ingresar menos y la transferencia del sector público al privado que desencadena, lo que implica que a las familias les acaba costando más la Sanidad, la Educación o los cuidados a los mayores. Feijóo ha intentado socavar la imagen internacional de Sánchez. Complicado, cuando algunas de las propuestas de España en la UE, como la excepción ibérica, han logrado respaldo unánime. Una excepción ibérica que los socialistas deberían plantearse convertir en leyenda impresa en camisetas para la campaña, dado lo mucho que lo usa el presidente.

La ley del solo sí es sí, que Podemos se ha negado a rectificar demasiado tiempo, sigue y seguirá dando argumentos a la oposición. Claro, que bienvenida sea si sirve para escuchar al PP defender a las mujeres cuando lleva tantos años rechazando y llevando a los tribunales cualquier avance.”Vamos a corregir los efectos indeseados de la ley”, ha anunciado Sánchez. Rectificar no es algo que guste a los políticos. El propio Feijóo, tras ofender a otras religiones y naciones hace solo unos días, ha vuelto a pedir que se convoque el plan antiyihadista que exigió al producirse el ataque mortal en Algeciras.

Ante la subida del salario mínimo dentro de un pacto de rentas propuesto por Feijóo, Sánchez insiste en cómo lo congeló el PP cuando gobernaba. Y ha vuelto a preguntar por qué el PP defiende tanto a las grandes empresas, que se reparten los beneficios solo entre la cúpula. Los mensajes que vamos a escuchar tan a menudo en los próximos meses están claros.

“Cada vez que usted abre la boca, sube el pan”. Así empezaba el momento sarcasmo. La incomodidad en la bancada popular se disparaba cuando Sánchez proponía sustituir al actual gobierno mediocre por ex cargos del PP condenados por corrupción, en lugar de Nadia Calviño nombrar a Rodrigo Raro, a Yolanda Diaz por Eduardo Zaplana, o a Teresa Ribera por Jaume Matas. ”La faceta como estadista internacional, nada”, suelta Sánchez antes de pedirle que no hable mal de España.

“Un poco de respeto con el currículum de cada uno”, advierte Feijóo. El ministro Escriva y la ministra Irene Montero sonríen juntos cuando el popular lee las palabras del ministro de Seguridad Social, que en junio de 2020 hizo un símil sobre que la recuperación sería como la lámpara de Aladino. Queda margen para el humor, hay esperanza.

La campaña electoral ya está en marcha. Mítines en toda regla. Hay que vender los logros si estás en el gobierno y las promesas desde la oposición. Colapsa el aplausómetro en las bancadas. A algunos les quemarán las palmas, los hay en el PP que hasta patean sobre el suelo de madera para amplificar el ruido como si eso bastara para encumbrar a un líder. Faltan mensajes nuevos que provoquen que la ciudadanía se interese de nuevo. Una cosa es repetir las consignas y otra que resulten tediosas. Más allá del espectáculo de una fría tarde de invierno.

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Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es.