Semana aciaga para el Gobierno de coalición

Semana aciaga para el Gobierno de coalición

Sánchez, obligado a acallar los rumores de ruptura del Gobierno. Grito de cargos del PSOE: “Que esto pase cuanto antes”.

Pedro Sánchez, en La Moncloa.EFE

Pedro Sánchez suele tener la habilidad política de recomponerse en los momentos más complejos. No así esta semana. Sin duda, una de las más complicadas de su mandato. El miércoles, en la sesión de control al Gobierno, el presidente ofreció síntomas de cansancio, hastío y enfado. Su equipo reconoció el gran malestar con Unidas Podemos, con el que mantiene una crisis no resuelta a propósito de la ley del sólo sí es sí. La reforma planteada para subsanar sus “efectos indeseados” lejos de apaciguar las cosas, ha provocado que la brecha con su socio de Gobierno vaya a más, en una batalla retransmitida en directo por los medios de comunicación.

Nada ha salido según los planes del presidente. Inició el año electoral sacando pecho en materia económica, reivindicando su escudo social y sus medidas energéticas. Ese era el marco ideal para Moncloa. Pero el contador de rebajas de penas a agresores sexuales no ha parado de subir. Día tras día para desesperación de barones, alcaldes, ministros y cargos de base del PSOE. En este contexto, a finales de enero, el presidente tomó una decisión trascendental: había que cambiar la ley, y hacerlo con urgencia. Un golpe en la mesa, como publicó El HuffPost. Si bien, la respuesta de Unidas Podemos no fue la de tender puentes, negociar y rectificar la norma. Al contrario. “La ley está bien hecha”, zanjó Irene Montero.

El mensaje del presidente a los suyos es que hay que salvaguardar la coalición y rebajar la tensión pública. Negociar de puertas para adentro

En paralelo, la encargada de articular la reforma, la ministra de Justicia, Pilar Llop, ha quedado muy cuestionada. Tocada pero no hundida, según Moncloa, que asegura que no está previsto su cese. Su entrevista en la Cadena SER el pasado martes provocó una oleada de indignación en el partido morado y quejas soterradas entre los socialistas. “Con una herida ya se puede probar” la violencia en agresiones sexuales, dijo, negando a renglón seguido que se vaya a tocar “el consentimiento”. Un día más tarde, en la solemnidad que da el hemiciclo del Congreso de los Diputados, afirmó: “Me siento absolutamente responsable de esta reforma y asumo en primera persona lo que pueda pasar”.

Los medios de comunicación han ido relatando cómo la herida en el seno del Gobierno se iba haciendo cada día más grande. “PSOE y Unidas Podemos buscan una salida al abismo”, se leía en la portada de El País el jueves. Abismo. Reproches cruzados, incapacidad de acuerdo y un Gobierno completamente roto, sin una voz única. De cara a la votación de la reforma, los socialistas negocian por un lado y los morados, por otro. “Queremos una propuesta como Gobierno, consensuada, que no sirva para discutir si una es mejor que otra”, exigía Íñigo Errejón en los pasillos del Cámara Baja. “Responsabilidad”, reclamó, atónito, a sus socios de investidura.

"Este tema solo beneficia al PP, que está encantado y ahora incluso se atreve a darnos lecciones de feminismo", advierten en el PSOE

Oficialmente, ambas partes insisten en que, pese a la guerra interna en el Consejo de Ministros, no habrá ruptura oficial. Esto es, el Gobierno de coalición seguirá adelante. El mensaje del presidente a los suyos es que hay que salvaguardar la coalición y rebajar la tensión pública. Negociar de puertas para adentro. Aunque también tiene clara una cosa: la reforma ha de salir adelante, aunque sea gracias a los votos del PP. Tanto es así que el Ejecutivo dijo en un primer momento que nada tenía que negociar con los populares, y ahora se aviene a ello. “Creemos que la proposición de ley que se ha presentado es impecable y conseguirá dar solución a los problemas que se han presentado”, según Félix Bolaños.

En el trasfondo, está la “seguridad” del equipo del presidente de que la ley abanderada por Montero les está haciendo un daño enorme en términos electorales. Y de ahí que no entiendan la cerrazón de la ministra morada: “Daña a toda la izquierda, no sólo al PSOE”. Según el extremeño Guillermo Fernández Vara, “el 90% de los ciudadanos” reclamaba al PSOE que hiciera algo. “La ley del solo sí es sí ha tenido efectos indeseados y me quedo corto”, afirmó el propio Sánchez, en una reunión con sus diputados.

Tras esta semana aciaga para la coalición, hay incluso en el PSOE quienes abogan por romper formalmente con Unidas Podemos, apartando a Irene Montero y a Ione Belarra, como ha publicado este diario. “¿Por qué no quieren reconocer que realmente se ha hecho una chapuza? Porque eso les llevaría a hacerse la pregunta que se hace mucha gente en España. Si deberían o no dimitir”, aseveró públicamente Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha. Un extremo que, de momento, Moncloa descarta.

“Ya le digo que no. No se completa”, contestó, categórico, Sánchez al ser preguntado en Bruselas por una posible ruptura del Ejecutivo. También aseguró tener confianza en “todos sus ministros”. Esto es, en Llop, y también en Montero. “El Gobierno de coalición progresista continúa”, resumió el jefe del Ejecutivo en la madrugada del viernes, tras unos días durísimos, poniendo como ejemplo la ley de protección animal, que salió adelante en el Congreso no sin evidenciar un nuevo pulso entre socialistas y morados.

Siendo así las cosas, lo que esperan en el PSOE es que la crisis se reconduzca de una vez por todas. Cuanto antes. “Estamos a las puertas de una campaña electoral. Este tema solo beneficia al PP, que está encantado y ahora incluso se atreve a darnos lecciones de feminismo. Había que hacer algo. Esperemos que esto pare cuanto antes”, en palabras de un destacado dirigente socialista.