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Abre sus puertas la casa de vacaciones más pequeña del mundo y en 6 meses supera todas las expectativas en huéspedes

Abre sus puertas la casa de vacaciones más pequeña del mundo y en 6 meses supera todas las expectativas en huéspedes

Los visitantes describen el alojamiento como "pequeño, pero muy bonito", "extravagante" y con "una característica realmente especial".

Primer plano de una llave con un llavero con forma de casa.Getty Images

Antes era antigua torre de transformadores en Rieps, un tranquilo pueblo del distrito noroeste de Mecklemburgo. Desde hace seis meses, es lo que muchos consideran la casa de vacaciones más pequeña del mundo, y ha superado todas las expectativas desde su apertura hace apenas seis meses.

"Desde entonces, todo ha ido viento en popa y hemos superado todas las expectativas", comenta a Nord Kurier Andreas Moos, quien, junto a su esposa Marita Hannemann-Moos, ambos trabajadores sociales, es responsable de la sorprendente transformación. Su cálculo inicial era modesto: cinco pernoctaciones al mes para alcanzar la rentabilidad. "Ahora hemos superado con creces esa cifra", añade Moos.

Con solo once metros cuadrados, la minicasa ha recibido huéspedes de Alemania, Bélgica, Gran Bretaña y Suiza a través del portal Airbnb, donde ostenta la calificación perfecta de 5.0. Los visitantes describen el alojamiento como "pequeño, pero muy bonito", "extravagante" y con "una característica realmente especial".

El interior, cuidadosamente diseñado, sorprende por su funcionalidad y comodidad. Cuenta con cocina totalmente equipada, zona de sofá-cama, mesa con dos sillas, baño con calefacción por suelo radiante y espacio de almacenamiento. "Muchos visitantes se sorprenden de lo bien que se desenvuelven en un espacio tan reducido", comentan sus propietarios.

Lo curioso es que, contrariamente a lo que esperaban, la mayoría de los huéspedes tienen más de 40 años. "En realidad, esperábamos una clientela más joven", admite Moos.

El proyecto, que requirió una inversión de unos 140.000 euros, financiado en parte con 53.000 euros del programa Leader de Mecklemburgo-Schaalsee, nació tras adquirir la torre en 2020 por tan solo un euro más 19 céntimos de IVA. Desde entonces, la torre no solo se ha convertido en alojamiento, sino que algunos visitantes habituales han comprado vales para regalar la experiencia.

Uno de los detalles más apreciados por los huéspedes es la vista al cielo estrellado desde la torre. Un lujo inesperado en un espacio tan singular. Además, los Moos también gestionan dos apartamentos turísticos en la antigua escuela del pueblo.

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