El mini-dragón difícil de observar que desafía a los científicos con su rareza y su estilo de vida secreto
Esta criatura de clima tropical se encuentra en peligro de extinción, consecuencia de la deforestación y el comercio ilegal de animales exóticos.

En las profundidades de la selva tropical, se encuentra una criatura que pocos conocen: el lagarto monitor sin orejas. Apodado el mini-dragón, desafía a los científicos con su rareza y su forma de vida discreta.
Según publica el medio francés Futura Sciences, esta especie "es un verdadero fósil viviente". De hecho, se cree que "su ancestro común más reciente vivió hace más de 60 millones de años, durante la época de los dinosaurios". "Esta excepcional longevidad evolutiva lo convierte en un tema de estudio emocionante para los investigadores".
La publicación enumera alguna de las características de esta criatura, que "atestiguan un sorprendente modo de vida semi-acuático y semi-excavados, perfectamente adaptado a las orillas de los arroyos de la selva tropical".
- Ausencia de oídos externos.
- Párpados inferiores translúcidos.
- Cuerpo alargado hasta 50 centímetros.
- Cola prensil.
- Escamas ásperas que sostienen la tierra.
Sin embargo, el mini-dragón está en peligro de extinción. Es endémico, por lo que no se puede encontrar en ningún otro lugar de la Tierra; y su hábitat "está seriamente amenazado por la deforestación intensiva de la isla". La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo ha incluido en su Lista Roja de Especies Amenazadas.
Además, "su rareza y apariencia única lo convierten en un objetivo principal para coleccionistas sin escrúpulos", por lo que el comercio ilegal de animales exóticos también lo hace peligrar.
En cuanto a su estilo de vida, según los datos difundidos por el diario, es "activo principalmente por la noche". Pasa los días enterrado bajo la vegetación o las rocas en las orillas de los ríos y "su camuflaje natural, reforzado por la tierra, se adhiere a sus escamas". "Se alimenta de lombrices y cangrejos, se reproduce por acoplamiento acuático y se adapta a las inundaciones utilizando la cola como ancla", concluye la publicación.
