Entierra su coche en una bóveda y al rescatarlo 50 años después ocurre un pequeño milagro
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Entierra su coche en una bóveda y al rescatarlo 50 años después ocurre un pequeño milagro

Eran 45 toneladas de hormigón armado.

Auto clásico de los años 50 en una calle de CubaAngelo D'Amico

En el pequeño pueblo de Seward, Estados Unidos, los vecinos asistieron la semana pasada a la apertura de una gigantesca cápsula del tiempo enterrada hace medio siglo. Dentro apareció un auténtico superviviente del pasado. Se trata de un coche que se ha convertido en una historia casi milagrosa.

La idea fue del empresario local Harold Davisson, quien en 1975 decidió dejar a sus nietos una muestra fiel de cómo era la vida en su época. Lejos de conformarse con una simple caja enterrada en el jardín, Davisson mandó construir una colosal bóveda subterránea de 45 toneladas de hormigón armado, que llegó a ser considerada la cápsula del tiempo más grande del mundo.

Tal y como Davisson había planeado, su hija Trish fue la encargada de abrir la cámara acorazada. La operación requirió maquinaria pesada y mantuvo en vilo a cientos de curiosos. La gran incógnita era si el agua y la humedad habrían arruinado su contenido tras 50 años bajo tierra.

El momento del descubrimiento

Cuando la luz entró por primera vez en la bóveda, el asombro fue de todos los presentes. Allí descansaba un Chevrolet Vega amarillo de 1975, con sus neumáticos originales y apenas los kilómetros necesarios para sacarlo del concesionario. Un resultado sorprendente, y más aún teniendo en cuenta la fama del modelo, considerado en su día uno de los peores coches fabricados por General Motors y famoso por oxidarse con facilidad.

El paso del tiempo ha dejado algunas huellas como algo de óxido en el capó y un volante afectado por el calor. Sin embargo, el estado general del vehículo es tan bueno que ha despertado el interés inmediato de coleccionistas

Más tesoros bajo tierra

La bóveda escondía más tesoros. Junto al coche apareció una motocicleta Kawasaki completamente nueva y más de 5.000 objetos personales que los vecinos de Seward dejaron para sus familiares: cartas, paquetes y cintas de casete. Aunque parte del papel sufrió moho, cerca del 80 % del contenido se conservó en buen estado. Para muchos, recuperar mensajes y voces de seres queridos fallecidos fue el momento más emotivo de la jornada.

La historia no termina ahí. Según Autobahn, temiendo perder su récord mundial, Davisson construyó en 1983 una segunda estructura en forma de pirámide sobre la bóveda original. En ella ocultó otro vehículo, un Toyota Corolla, que fue retirado discretamente el año pasado durante los preparativos.

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Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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