La llegada de un súper avión a este país de la OTAN acelera las transferencias del F-16 a Ucrania
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La llegada de un súper avión a este país de la OTAN acelera las transferencias del F-16 a Ucrania

Las aeronaves están equipadas con sistemas como Link-16, IFF Modo 5, misiles AMRAAM y armamento occidental autorizado, lo que facilita su integración inmediata en la fuerza aérea ucraniana.

Aviones militares, entre ellos el KC-330 y cuatro F-35A, realizan un vuelo en formación durante un evento con motivo del 77.º Día de las Fuerzas Armadas en Gyeryong, Corea del Sur.Chris Jung

La Base Aérea de Florennes fue escenario el lunes 13 de octubre de 2025 de la recepción oficial de los primeros cuatro aviones de combate F-35A de Lockheed Martin, un hito clave para la defensa belga, pues marca el inicio del relevo generacional en la aviación de combate del país y activa, de forma paralela, las condiciones logísticas y políticas necesarias para que Bruselas comience la entrega progresiva de sus F-16 a Ucrania.

"La entrega allanará el camino para que Bélgica envíe sus aviones F-16 a Ucrania", afirmó el ministro de Defensa belga, Theo Francken, en declaraciones al diario Le Soir. Aunque el calendario de la coalición internacional aún no es definitivo, el ministro sugirió que los plazos podrían adelantarse, facilitando la transferencia de cazas compatibles con el ecosistema operativo ucraniano.

Relevo estratégico en marcha

El F-35A representa una evolución radical frente a los cazas de generaciones anteriores. Bélgica integrará inicialmente el nuevo sistema en el 1er Escuadrón en Florennes, antes de ampliar su despliegue a la base de Kleine-Brogel. El modelo destaca por su diseño de baja observabilidad, radar AESA AN/APG-81, sensores electroópticos EOTS/EO-DAS, suite de guerra electrónica AN/ASQ-239 y enlaces de datos seguros que permiten compartir imágenes tácticas en red.

Este despliegue progresivo permitirá alcanzará su plena capacidad operativa con F-35A para 2027, cuando la aeronave asumirá las funciones actuales de los F-16, incluidas misiones de policía aérea y respuesta rápida. A corto plazo, la flota de F-16AM/BM, aeronaves modernizadas al estándar MLU con capacidad Link-16 y armamento guiado de precisión, seguirá operativa, garantizando la continuidad durante la transición.

La elección del F-35A en 2018 respondió a la extensa experiencia de Bélgica con el F-16, desplegado en conflictos como Libia (2011) y la Operación Resolución Inherente (2014–2021). Este bagaje reforzó la decisión de optar por un caza con mayor capacidad de supervivencia y conectividad en escenarios altamente disputados.

Ucrania y el papel del F-16 belga

La entrega de los F-35 no solo tiene consecuencias internas. Para Ucrania, la disponibilidad de los F-16 belgas abre nuevas posibilidades estratégicas. Estas aeronaves, estandarizadas con la configuración de la coalición liderada por Dinamarca, Países Bajos y Noruega, están equipadas con sistemas como Link-16, IFF Modo 5, misiles AMRAAM y armamento occidental autorizado, lo que facilita su integración inmediata en la fuerza aérea ucraniana.

Según los planes anunciados por Bruselas, los primeros fuselajes de F-16 serán entregados para su canibalización en 2025, con los primeros ejemplares operativos previstos para 2026. El calendario completo de transferencias se extiende hasta 2028, condicionado al ritmo de despliegue del F-35 dentro de Bélgica.

Más allá de la ayuda directa a Ucrania, el despliegue del F-35A fortalece el rol de Bélgica en la defensa del flanco oriental de la OTAN. Estas aeronaves permiten operaciones discretas en entornos antiaéreos densos (IADS), apoyan la interoperabilidad en los corredores Benelux-Báltico y garantizan la capacidad de disuasión nuclear compartida de la Alianza.

Un salto tecnológico con impacto político

En comparación con cazas de 4.5 generaciones como el Rafale o el Eurofighter Typhoon, el F-35A destaca por su integración de sensores, diseño furtivo y rol como nodo de red. Esto se traduce en una ventaja táctica decisiva: mayor detección temprana, menor exposición al enemigo y superioridad en la gestión de datos multidominio.

Desde 2018, Bélgica ha invertido cerca de 4.000 millones de euros en la adquisición de 34 F-35A, una cifra recientemente ampliada con la compra de 11 unidades adicionales por unos 1.700 millones de euros. Estas compras se enmarcan en el objetivo gubernamental de superar el umbral del 2% del PIB en gasto en defensa, en línea con los compromisos OTAN.

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