La 'otra' Semana Santa, de Judas a 'Genarín': las tradiciones más peculiares y desconocidas en España
Además de los pasos, las bandas musicales, los nazarenos y las mantillas, existen infinidad de costumbres y tradiciones en todo el país con siglos de historia y en muchos casos, consideradas como Fiestas de Interés Nacional o Internacional.

Llegamos al ecuador de la Semana Santa. Unos días en los que la espiritualidad, la tradición y la religión se abren paso entre las calles de miles de pueblos y ciudades españolas. El olor a incienso, los pasos y las bandas musicales se convierten durante unos días en los grandes protagonistas en gran parte del país. Andalucía, Cáceres, Murcia, Alicante o las dos Castillas son algunas de las regiones que, en mayor o menor medida, se paralizan para que los incontables tronos, penitentes, mantillas y costaleros hagan su parte.
La Semana Santa es para muchos un período de reconciliación consigo mismos, de reflexión o de oración. En muchos casos, ni siquiera es necesario ser creyente, católico o practicante, ya que la fe y la tradición van mucho más allá. Y es que, esta festividad, conocida en casi todo el mundo, cuenta con un gran reconocimiento a nivel global, y es reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de España por el Ministerio de Cultura.
Sin embargo, más allá de la tradición conocida de sobra por todos, como es el rito procesional, en el que participan todo tipo de personas, cada una con un papel definido (músico, costalero, penitente o nazareno, mantilla, capataz, 'aguador' o los acompañantes detrás de la procesión), es muy común encontrar tradiciones y celebraciones propias, en numerosos pueblos o ciudades.
En cada provincia o región se pueden encontrar cientos de formas diferentes de celebrar la Semana Santa, y aunque cada una guarda una historia, idiosincrasia o peculiaridad, todas ellas tienen un aspecto común: la calle y la comunidad. Por ello, les traemos algunas de las tradiciones de Semana Santa más desconocidas de España.
1. 'Los Empalaos' (Valverde de la Vera, Cáceres)
En primer lugar nos encontramos con el rito de 'Los Empalaos'. Se trata de una festividad que tiene lugar en el municipio cacereño de Valverde de la Vera (500 habitantes). Se lleva a cabo todas las semanas santas en la noche del Jueves al Viernes Santo, comenzando a las 00:00. Este año tendrá lugar en la noche del 17 de abril.
Durante el Viernes Santo se llevan a cabo varios actos en conmemoración a esta tradición, aunque el más conocido es el Viacrucis de los Empalaos. En él, el penitente, que aparece con el torso desnudo, se coloca una soga al cuello, y a continuación se coloca un timón de arado sobre sus hombros, también cubierto con sogas. Finalmente, se le colca el velo, la corona de espinas, cuerdas de esparto para permanecer inmóvil y por último una cruz de madera que cargan en su espalda mientras caminan en silencio y descalzos por el pueblo.
Y todo se deja listo para que cuando le reloj de la Plaza de España marque las doce, se de comienzo al Viacrucis de los Empalaos de Valverde de la Vera, que recorre 14 estaciones. Durante todo el trayecto, el penitente puede ir acompañado de familiares y amigos, y en el momento en que se encuentran dos Empalaos, ambos se arrodillan enfrente del otro.
Los primeros documentos que hacen alusión a su existencia están fechados en 1654. Y apuntan que el rito de los Disciplinantes o Empalaos fue una tradición muy extendida durante la Edad Media en España, y declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980.

2. 'Danza de la Muerte' (Verges, Girona)
En Verges, un municipio de Girona con 1.400 habitantes, se celebra una peculiar danza. Se trata de la 'Danza de la Muerte', y tiene lugar el Jueves Santos. En ella, se lleva a cabo un baile basado en la danza de la Muerte que imperaba en la Europa medieval en casi toda Europa. En ella, cinco esqueletos (tres niños y dos adultos) saltan y bailan al compás de un tambor, con guadañas, relojes de arena y banderas negras, representando el poder inevitable de la muerte. Todo ello alumbrado con antorchas o lámparas de aceite.
El origen de su aparición, que muchos ubican en el siglo XVII mientras que otros en el XII, se debe a la aparición de la Peste Negra en el Viejo Continente. Surgieron como rito para conjurar la muerte tras la epidemia que mató a un tercio de la población europea del momento. Actualmente, convertida en una festividad religiosa y declarada Fiesta Tradicional de Interés Nacional, queda como la herencia de lo que un día fueron las danzas macabras de la Edad Media en nuestro continente. Esta festividad tiene lugar el Jueves Santo a las 22:00.

3. 'La Quema del Judas o el Manteo de Judas' (Murcia, León o Andalucía, entre otros)
Bajo el nombre de 'La Fiesta del Judas', 'La Quema de Judas' o 'El Manteo del Judas', encontramos una tradición que se celebra en algunos pueblos andaluces, murcianos o leoneses, aunque también puede tener lugar en otros países europeos o sudamericanos. En él, se representa a Judas Iscariote, para posteriormente ser quemado y/o apaleado públicamente.
En algunos pueblos incluso se cuelga al muñeco de un árbol y lo llenan de petardos. Tiene lugar la noche del Sábado Santo o Domingo de Resurrección, llevándose a cabo un linchamiento multitudinario sobre él por traicionar a Jesucristo. En muchos lugares al explotarlo con cohetes, se simboliza la destrucción de la maldad y la traición.

4. 'La Captura de Judas' (Cabanillas, Navarra)
Y nuevamente con Judas Iscariote como protagonista, nos trasladamos hasta el municipio de Cabanillas, en Navarra. En él se lleva a cabo la conocida como 'La Captura de Judas' el Domingo de Resurrección. Sus orígenes se remontan al siglo XIX y la tradición consiste en que los jóvenes del pueblo se vistan de romanos y vayan en la búsqueda de Judas.
Para escabullirse de ellos, la persona que representa a Judas -vestido con un traje rojo y plateado además de con una malla en la cabeza- se esconde entre toda la multitud mientras escapa e incluso entra en alguna casa del pueblo para robar comida. Finalmente, la persecución se salda con éxito y los romanos son capaces de capturar y ajusticiar a Judas.

5. La Tamborada (Hellín, Albacete)
Quizá sea la tradición más conocida de todas las que componen esta lista. Se trata de La Tamborada de Hellín, en Albacete. Esta tradición consiste en hacer sonar de forma continuada más de 20.000 tambores, que provocan un estruendo sobrecogedor. Entre los aspectos más característicos están las indumentarias de los vecinos del pueblo, que se presenta con túnicas negras y pañuelos rojos al cuello y tocan los tambores durante varios días: desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección.
Sin embargo, las tamboradas más destacadas se producen el Viernes de Dolores y la siguiente a partir del Miércoles Santo (a las 15:00), que termina con la recogida de la Procesión de la Oración del Huerto. Posteriormente, también se reúnen durante el Jueves Santo a medianoche y suenan hasta la tarde de Viernes Santo. Finalmente, la última tiene lugar el Sábado Santo y finaliza el Domingo de Resurrección. Está reconocida también como Fiesta de Interés Turístico Internacional y como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

6. La bajada del Ángel (Aranda de Duero o Peñafiel, entre otros)
Para la siguiente tradición hay que viajar al norte de España, concretamente a municipios como Aranda de Duero (Burgos) o Peñafiel (Valladolid). Conocida como 'La Bajada del Ángel' o 'El descenso del Ángel', tiene lugar el Domingo de Resurrección. En ella se representa y escenifica la aparición del ángel y el anuncio de la Resurrección de Jesús a la Virgen María.
En la representación, el protagonista es un niño, que se disfraza de ángel y se desliza por un cable al que permanece colgado, con el objetivo de llegar a la Virgen, quien tras escuchar el anuncio, se despoja de su vestimenta negra (de luto), mientras cae confeti. Es considerada como Fiesta de Interés Turístico Regional, y su tradición es celebrada por la Cofradía de la Virgen de la Misericordia desde el siglo XV.
Unos cohetes marcan el inicio del acto, y sirven para anunciar la salida de la imagen de la Virgen de la Misericordia, mientras que por la puerta principal de la iglesia, también sale Jesús ya resucitado. Una vez se ha producido todo el acto, madre e hijo se reencuentran y se da comienzo a una procesión por las calles de Aranda.

7. 'El Entierro de Genarín' (León)
'El Entierro de Genarín', en León, puede considerarse como una de las tradiciones más peculiares y extrañas que se celebran en España. Y muy probablemente, sea de las más recientes, ya que tiene su origen en el siglo pasado, concretamente en 1929. Todo gira en torno a Genaro Blanco, apodado como Genarín. Su historia relata un hecho trágico que, sin embargo, rápidamente se convirtió en una festividad.
Genarín es considerado como uno de los personajes más conocidos de la capital leonesa. El motivo de la celebración es el fallecimiento de Genaro, en 1929, conocido en todo el pueblo por su gran gusto por el alcohol, fue hallado muerto de una manera bastante 'cómica', que desde el siguiente año comenzó a ser conmemorada por su grupo de amigos.
Y es que, Genarín murió la noche del Jueves Santo, atropellado en la carretera de los Cubos, mientras orinaba al lado de la muralla con un vaso de vino y orujo. El conductor se llamaba José María Sáez del Canto, y no sabía que la muerte que acababa de provocar sería recordada durante décadas. Rápidamente, fue 'la Moncha', Ramona Mariño Ituriza, la primera en acudir a su auxilio, aunque de forma inútil.

Si nos centramos en la festividad, tenemos que remontarnos a 1930, cuando cuatro amigos de Genarín tuvieron la idea de recordar a su amigo en el primer aniversario de su muerte. Así, los cuatro llevaron a cabo una 'procesión' por todos los bares de la localidad, mientras recitaban poesía y bebían vino y orujo en homenaje a su amigo. Por tal motivo, se conoce también a la festividad como 'La Procesión de los Borrachos'.
Con el paso de las décadas, y pese a ser prohibida en los años 50 por el régimen franquista al ser considerada una fiesta pagana, la festividad se transformó en una recreación burlesca, que se inicia con una parodia burlesca de la Última Cena y concluye con una procesión en la noche del Jueves al Viernes Santo.