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La Policía Nacional desmantela un 'call center' que realizaba la estafa del “hijo en apuros”

La Policía Nacional desmantela un 'call center' que realizaba la estafa del “hijo en apuros”

En total han resultado detenidas 73 personas -64 en Valencia, siete en Benissa y dos en Tarrasa- como presuntas responsables.

La Policía Nacional desmantela el call center que realizaba la estafa del “hijo en apuros”

La Policía Nacional ha desmantelado un call center en Alicante desde donde se realizaba de manera masiva la ya conocida estafa del hijo en apuros. A través de un mensaje de texto los detenidos se hacían pasar por los hijos de las víctimas simulando que escribían desde el teléfono de un amigo para solicitar dinero tras haber sufrido una supuesta emergencia.

Según han comunicado desde el Cuerpo, la organización también llevaba a cabo "la extorsión del sicario", otra estafa por la cual las víctimas recibían llamadas amenazantes después de contactar con chicas a través de páginas de citas por Internet. Precisamente apuntan que la investigación se inició a raíz de la denuncia de un varón que realizó un pago de 6.000 euros en diferentes cuentas bancarias tras haber sido extorsionado por dichos supuestos sicarios.

En total han resultado detenidas 73 personas -64 en Valencia, siete en Benissa y dos en Tarrasa- como presuntas responsables de los delitos de pertenencia a organización criminal, extorsión, estafa, blanqueo de capitales, tráfico de drogas y usurpación del estado civil. Fuentes policiales detallan que siete de ellas han entrado en prisión y que se han incautado alrededor de 250.000 euros – 60.000 en criptomonedas-, así como armas de fuego, machetes, sustancias estupefacientes, material informático, seis coches y documentación relacionada con la actividad delictiva. 

Modus Operandi

En el caso de la 'sextorsión', tal y como la denominan desde la Policía, la estrategia consistía en colocar anuncios en páginas de contactos publicitando servicios sexuales con anuncios falsos de mujeres utilizando imágenes que obtenían de fuentes abiertas a través de Internet. Una vez establecían el primer contacto telefónico, nadie contestaba pero ya habían conseguido el número de las potenciales víctimas. Tras acumular una gran cantidad de números, comenzaban las amenazas con intimidaciones extremas a través del envío de imágenes exigiendo pagos tanto por transferencia como por sistemas de pago instantáneas entre particulares. 

En la organización criminal existían distintos actores con funciones diferenciadas. Por un lado estaban las mulas, que a cambio de unos 50 euros abrían cuentas bancarias online para recibir los ingresos de las víctimas. Por otro lado estaban los captadores y los maquilladores, que se encargaban de buscar a las mulas, que en muchos casos eran drogodependientes a los que "maquillaban" y vestían con ropas de marcas de alta gama para que acudieran a las sucursales.

Los extractores acudían a las entidades para retirar el dinero una vez que los afectados hacían los pagos y lo entregaban a los miembros de la cúpula de la organización. Por último, las 'voces' eran los que detrás de los teléfonos hablaban con las víctimas y las manipulaban simulando ser supuestos sicarios "con acento del este de Europa" para conseguir los pagos. 

Ganancias millonarias

La Policía Nacional ha identificado que el líder de todo el entramado era un hombre que tenía cuatro viviendas donde vendían sustancias estupefacientes. Allí se reunían con otros componentes del grupo puesto que estaban valorando "ampliar el negocio". Se estima que habían conseguido más de 2.000.000 euros, la gran mayoría en efectivo, por lo que para darle apariencia legal y justificar tales cantidades empleaban dos empresas.

Una de ellas se dedicaba a la realización de supuestas actividades agrícolas, donde tenían asalariadas varias mulas recibiendo una contraprestación mensual aparentando así una fuente de negocio lícita. La administradora era la madre del líder, que actuaba como testaferro de una de estas empresas, recibiendo a su vez el dinero de otro miembro de la familia, la abuela, quien se encargada de recoger el dinero de los domicilios.

Tras una ardua investigación y la identificación de todos los miembros de este entramado criminal, el pasado 11 de febrero la Policía llevó a cabo 22 registros de manera simultánea en Valencia, Alicante -Benissa- y Barcelona -Tarrasa-. Los agentes encontraron allí un call center que funcionaba 24 horas al día ubicado en una vivienda de la localidad alicantina desde donde llevaban a cabo toda la actividad logística. En el momento de la detención había multitud de teléfonos en la vivienda, otros dispositivos electrónicos y siete personas trabajando en el interior, entre ellos el líder de la organización

Estafas para cualquier perfil

Por el momento han advertido la existencia de 85 denuncias, pero la investigación continúa abierta puesto que se estima que podría haber más de 2.000 víctimas. Según las fuentes de la investigación consultadas por este medio, no se ha podido realizar un estudio detallado del perfil de las víctimas debido a que -principalmente en el engaño de la web de citas- hay muchos afectados que no han acudido a denunciar por vergüenza y por las consecuencias sociales que conlleva. Sin embargo, los investigadores han detectado que gran parte de los estafados eran personas bastante jóvenes.

En general, el Cuerpo explica que se trata de ciberestafas masivas en las que pueden caer personas de todas las edades y perfiles. Por esta razón la precaución debe ser mayor que en otros casos y prestar mucha atención a los detalles de este tipo de mensajes.

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Soy redactora de Sucesos y Medios en El HuffPost e intento acercarte día a día lo que ocurre en las calles, juzgados y empresas de Comunicación de España.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en contar los sucesos que ocurren en las diferentes ciudades de nuestro país, pero también me gusta seguir pendiente de la actividad empresarial de los medios de comunicación. De hecho, Medios es la sección a la que he estado dedicada más tiempo desde que llegué a ‘El HuffPost España’.



Desde que soy redactora he seguido de cerca las decisiones del Consejo de Administración de RTVE y siempre he tenido un par de oídos -como mínimo- dentro de las salas donde se producían las reuniones más decisivas de la Corporación. También he sacudido en alguna ocasión el avispero, sacando a la luz temas que posteriormente serían debatidos en las entrañas de la Radiotelevisión Pública. Sin ir más lejos, en El HuffPost desvelamos un informe de Hacienda que revelaba irregularidades y cobros indebidos en la cúpula de José Manuel Pérez Tornero en su etapa como presidente de RTVE o las llamadas que hizo la SEPI a la presidenta interina de RTVE, Elena Sánchez, advirtiendo de su preocupación por el estado de revolución permanente del medio.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo y Comunicación Audiovisual en la URJC y adelanté mis prácticas todo lo que pude porque estaba deseando pisar la radio. Fue entonces cuando comencé a encadenar experiencias como becaria en Unika FM, Mediaset, Tesseo Producciones –elaborando reportajes de investigación para TVE- y El Independiente, donde en 2020 finalmente tuve mi primer contrato indefinido como redactora. Más tarde pasé por Dircomfidencial donde descubrí el periodismo de nicho, me especialicé en empresas y medios de comunicación e hice mis primeras fuentes importantes. Gracias a esta oportunidad pude fichar por El Español, donde seguí de cerca los medios y otros asuntos de la actualidad económica. En 2022 aterricé en PRISA para poner en marcha la vertical de Medios en El HuffPost y desde entonces sigo aprendiendo a ser una periodista todoterreno.

 


 

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