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La seta 'del diablo' que ha desorientado a los recolectores: no es venenosa, pero arruina la comida

La seta 'del diablo' que ha desorientado a los recolectores: no es venenosa, pero arruina la comida

Contiene una serie de compuestos que le dan un sabor muy amargo y desagradable, similar al de la bilis.

La seta conocida como de satanás o 'rubroboletus satanas'.Getty Images/imageBROKER RF

A primera vista, esta seta tiene una pinta estupenda. Es como un sombrero firme de color marrón claro y con un tallo grueso, parecido a un boleto o boletus. Sin embargo, esconde una amarga verdad. No es venenosa, pero su terrible sabor hace que los platos sean incomestibles, según publica Top.pl.

Se trata del hongo de la agalla amarga, comúnmente conocido como hongo de la agalla de Satanás, cuyo nombre científico es rubroboletus satanas, y que pertenece a la familia de los boletos. Los ejemplares jóvenes son muy similares al boleto comestible y se suele encuentrar en bosques de coníferas entre los meses de junio y octubre.

Su parte superior o sombrero puede alcanzar hasta 20 cm de diámetro. Es de color marrón claro. El tallo es de color claro y está cubierto por una malla más oscura, de 2 a 4 centímetros de grosor y hasta 14 centímetros de altura .  

No es hongo, por tanto, un hongo comestible. Su consumo no supone ningún riesgo de intoxicación, sin embargo, contiene cantidades significativas de compuestos amargos que le confieren un sabor excepcionalmente amargo, similar al de la bilis. Cabe destacar que estas sustancias se liberan con el calor, y las temperaturas más altas no las neutralizan. Esto significa que incluso una pequeña cantidad de este  hongo puede arruinar por completo el plato.

El hongo amargo amarillo se parece al boleto común y crece en lugares similares. Esto facilita su confusión. La cuestión es cómo se puede hacer para distinguir el hongo amargo amarillo del boleto común. Los especialistas señalan que lo primero que hay que hacer es mirar los tubos que se encuentran debajo del sombrero o parte superior de la seta.

Esta parte, llamada himenóforo, del boleto es inicialmente blanca, pero en los boletos maduros se vuelve rosada. Además, los tubos bajo del sombrero de esta especie amarga se oscurecen al presionarlos. En el caso del boleto, el himenóforo (que es el lugar en el que se forman las esporas) es de color blanco o crema, independientemente de la edad del ejemplar, y no se oscurece al presionarlo.  

Otra segunda pista para reconocer esta especie es comparar los tallos de los hongos. Porque el tallo del hongo amargo presenta una reticulación más clara, que fácilmente visible sobre un fondo más oscuro. En cambio, el tallo del boleto es más uniforme, con una reticulación más clara sobre un fondo más claro.

Y, finalmente, conviene que hacer una pequeña prueba de sabor. Los expertos recomiendan que se sostenga la parte rota del hongo cerca de la lengua. Y si se nota un sabor intenso y amargo, seguro que se trata de una calabaza amarga. Realizar esta prueba no supone riesgo de intoxicación, ya que no se trata de un hongo venenoso, sólo de un sabor claramente desagradable.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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