El incendio de Villanueva de Viver deja más de 1.000 hectáreas quemadas y casi un millar de desalojados entre Castellón y Teruel

El incendio de Villanueva de Viver deja más de 1.000 hectáreas quemadas y casi un millar de desalojados entre Castellón y Teruel

Preocupa la expansión del fuego, que ha obligado a intervenir a la UME de inmediato.

Imagen del incendio de Villanueva de ViverDIPUTACIÓN DE CASTELLÓN

El incendio forestal declarado este jueves al mediodía en Villanueva de Viver (Castellón) va a más según avanzan las horas. Entrada la noche, son más de 1.000 las hectáreas quemadas entre Castellón y Teruel y cerca de un millar de vecinos han sido desalojados. 

La expansión del fuego ha elevado el riesgo y las autoridades hablan de una "peligrosidad alta", por lo que han solicitado la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) a las pocas horas de que se declarara el incendio, como parte de un fuerte operativo que sigue creciendo en ambas provincias.

El Centro de Coordinación de Emergencias en Castellón ha elevado el incendio a Situación 2 ante el riesgo de afectar "gravemente a la población y bienes de naturaleza no forestal", mientras que en Aragón alcanza el Nivel 1.

Así, los efectivos de la UME se sumarán al operativo ya presente, con seis medios aéreos, medidas de "protección y socorro", así como "medios extraordinarios", según informa Emergencias de la Generalitat valenciana. 

De momento, las poblaciones afectadas son el pueblo de Fuente la Reina y la pedanía de Los Calpes. Además, se puede ver una gran columna de humo en varios kilómetros a la redonda.

Según han informado a EFE fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón, actualmente no sopla viento fuerte en la zona aunque el avance de las llamas está siendo rápido por la cantidad de masa combustible, que está además seca por la falta de precipitaciones en los últimos meses en la zona.

Recientemente, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) advertía del alto riesgo de incendios forestales en el este del país ante las altas temperaturas y la sequedad del campo. Una alerta habitual en verano que se ha adelantado por las condiciones climatológicas impropias para marzo.