Víctor Arpa, abogado laborista: "Hay un documento clave para ganar tu incapacidad permanente y muy poca gente lo conoce"
Es fundamental en algunos casos.
El abogado laboralista Víctor Arpa, especializado en procedimientos de incapacidad permanente, lanza un aviso que muchos trabajadores desconocen: existe un documento que puede ser decisivo para que la Seguridad Social reconozca esta pensión. Y, según él, apenas nadie lo utiliza.
A diferencia de otras prestaciones, la incapacidad permanente exige demostrar cómo una enfermedad o lesión limita al trabajador en su día a día y, sobre todo, en el desempeño de su profesión. No basta con aportar informes médicos: hay que acreditar de manera clara cómo afecta al puesto concreto que desempeña la persona afectada.
Ahí entra en juego el documento clave del que habla Arpa: el profesiograma. Se trata de un informe que detalla con precisión qué tareas realiza el trabajador, qué herramientas utiliza, en qué condiciones trabaja, cuáles son los riesgos asociados y qué capacidades físicas o cognitivas necesita para desarrollarlo correctamente.
Este “retrato” del puesto de trabajo, explica el abogado en un vídeo publicado en TikTok, es fundamental para que el juez o la Seguridad Social puedan valorar si la persona realmente puede seguir ejerciendo su profesión habitual. Por eso insiste en que el profesiograma no es un papel más: es una prueba que puede inclinar la balanza.
La empresa está obligada a facilitarlo. En pequeños negocios basta con solicitarlo al propio empleador; en compañías grandes, lo gestiona el departamento de recursos humanos. Pese a esa accesibilidad, Arpa lamenta que la mayoría de trabajadores desconozca su existencia y acudan a un proceso tan delicado sin él.
El abogado ejemplifica su importancia con el caso de un cocinero que pierde varios dedos: el profesiograma deja claro que su empleo exige manipular alimentos, usar cuchillos y permanecer horas de pie. Esa descripción convierte en evidente lo que a veces no reflejan los informes médicos: que su lesión le impide continuar con su oficio.
Ahora bien, su peso varía según el tipo de incapacidad que se solicite. En grados como la absoluta o la gran incapacidad, donde se valora la imposibilidad de realizar cualquier trabajo, este informe puede ser menos determinante. Pero para las incapacidades total y parcial, concluye Arpa, el profesiograma es prácticamente imprescindible.