Google, Bing y la Inteligencia Artificial: la batalla definitiva por las búsquedas en Internet

Google, Bing y la Inteligencia Artificial: la batalla definitiva por las búsquedas en Internet

Microsoft toma la delantera a Google y consigue integrar la Inteligencia Artificial en su buscador. ¿Hará esto cambiar nuestros hábitos a la hora de buscar por Internet?

Bard es una herramienta conversacional experimental basada en un modelo de Inteligencia ArtificialJonathan Raa

Desde hace unos pocos días, Internet está patas arriba. Y no por los OVNIS que merodean por EE. UU., el nuevo coche con el que competirá Fernando Alonso esta temporada o los preparativos de La Velada 3 de Ibai Llanos. Nada de eso. Algo mucho más importante para nuestras vidas está sacudiendo los cimientos del ecosistema online. Y no es ni más ni menos que la lucha entre Google y Microsoft (con su buscador, Bing) por la hegemonía de las búsquedas en Internet mediante la Inteligencia Artificial (IA).

Pero antes de continuar, hagamos una pequeña pausa en la Inteligencia Artificial. A estas alturas del año muchos de vosotros y de vosotras habréis oído hablar de ChatGPT, ¿verdad? Pero ¿cuántas personas saben realmente lo que significa? 

¿Qué es ChatGPT?

ChatGPT es un modelo de Inteligencia Artificial desarrollado por la empresa OpenAI capaz de conversar con el usuario y de responder a cuestiones complejas. Desde pedirle que te cree un cuento original con protagonistas concretos y lugares particulares, a que te redacte una receta señalándole los comensales y los cuatro ingredientes principales que quieres usar, hasta que te explique cualquier código de programación, ChatGPT puede ser el inicio de una gran revolución sobre la manera con la que nos relacionamos con la tecnología.

De hecho, es lógico preguntarse de qué manera se puede emplear una herramienta tan poderosa en nuestro día a día sin alterar en exceso nuestra rutina. Pues muy fácil: Uniendo las capacidades de la Inteligencia Artificial con el poder de los buscadores en Internet, de tal modo que no solo podamos encontrar resultados ante preguntas sencillas como “mejores televisores 2023”, “farmacia cerca de mí”, o “¿a qué hora juega Nadal?”, sino también que realicemos consultas complejas como “dime qué libro es más fácil de leer, si ‘La Broma Infinita’, de David Foster Wallace, o ‘La Divina Comedia’, de Dante Alighieri, y cuántas horas me costaría terminar cada uno de ellos”.

Microsoft toma la delantera integrando ChatGPT en su buscador, Bing

Y eso mismo debió pensar Microsoft hace tiempo cuando decidió integrar ChatGPT con Bing y tomar la delantera en esta titánica lucha por las búsquedas en Internet mediante Inteligencia Artificial. De hecho, el pasado 7 de febrero, presentó oficialmente esta nueva versión de su buscador usando para ello una variante de ChatGPT denominada GPT-3.5, más rápida, precisa y personalizada para ayudar específicamente en las búsquedas por Internet.

En dicha presentación, Yusuf Mehdi, vicepresidente corporativo y director de marketing de consumo de Microsoft, afirmaba que “cada día se realizan 10.000 millones de búsquedas, pero calculamos que la mitad de ellas quedan sin respuesta. Esto se debe a que la gente utiliza la búsqueda para cosas para las que no fue diseñada originalmente”. Por tanto, de ser cierta esta estimación, existiría ya un sector muy importante de usuarios cuyas necesidades de información podrían quedar satisfechas con esta mejora.

En estos momentos, es posible probar ya esta nueva herramienta que ofrece Microsoft con Bing, pero antes hay que apuntarse a una lista de espera que puede acelerarse si establecemos Bing como buscador predeterminado en nuestro PC y nos descargamos su aplicación en el móvil. Lógicamente, la compañía de Redmond busca con todo esto ganar popularidad en un sector donde Google domina con mano de hierro desde hace muchos años, especialmente en Occidente. En 2022, según Statista, Google disponía de más del 92% de la cuota de mercado de los motores de búsqueda a nivel mundial, frente a un pobre 2,58% por parte de Bing.

Si accedemos a la lista de espera, Microsoft nos muestra una serie de cuestiones complejas predefinidas para ejecutar y ver cómo funciona Bing con GPT-3.5. Consultas como “Necesito organizar una cena para 6 personas que son vegetarianas. ¿Puedes sugerir un menú de 3 platos con un postre de chocolate?” o “Me gusta la música electrónica y quiero ir a mi primer festival este año. ¿Tienes alguna recomendación o consejo para mí?” arrojan respuestas elaboradas y muy detalladas que pueden verse en la parte derecha del navegador y que, además, enlazan a fuentes de información que la Inteligencia Artificial ha usado para responder a dichas preguntas.

La reacción lenta y torpe de Google con su Inteligencia Artificial, Bard

Y mientras tanto, ¿qué hace Google ante la mayor amenaza que se cierne sobre su dominio de las búsquedas en Internet? Pues reaccionar de forma bastante atropellada. Y es que, justo un día antes de que Microsoft presentara oficialmente su propuesta y la pusiera en marcha, Sundar Pichai, CEO de Google, anunciaba Bard en un simple post en el blog oficial de la compañía.

¿Y qué es exactamente Bard? Bard es una herramienta conversacional experimental basada en un modelo de Inteligencia Artificial. Es decir, similar a Chat-GPT, pero, en este caso, desarrollado por Google. Sin embargo, la compañía de Mountain View incide en una cuestión fundamental para que este sistema pueda ser viable, y es que aseguran que este modelo en particular requiere de mucho menos poder de computación para poder funcionar, por lo cual puede llegar a ser más fácil escalar a una mayor cantidad de usuarios.

Eso sí, este anuncio no ha estado exento de polémica, pues en uno de los dos ejemplos que mostraba Google de su herramienta, Bard cometía un error garrafal. Ante la petición “¿Sobre qué nuevos descubrimientos del telescopio James Webb puedo hablarle a mi hijo de nueve años?”, Bard, entre varias respuestas, señalaba que fue el primer telescopio en capturar imágenes de un planeta fuera del sistema solar. Esta afirmación, que a la mayoría de las personas pasaría desapercibida, llamó la atención de la comunidad de astrónomos repartida por redes sociales, y rápidamente corrigieron a Google señalando que el primer telescopio que realizó dicha acción fue el Very Large Telescope (VLT) en 2004.

Este error de bulto, ya no solo por parte de la Inteligencia Artificial, sino también por la falta de revisión previa de la compañía ante un resultado que iban a escrutar millones de personas, provocó que las acciones de Alphabet (la empresa matriz de Google) se desplomara más de un 8% en bolsa, lo que se traduce en 120.000 millones de dólares menos en capitalización de golpe.

Prudencia ante las promesas mesiánicas de cambios radicales en
nuestro día a día

Pero tampoco en Microsoft todo el monte es orégano, y Bing está lejos de ser un arma infalible sobre la que depositar las esperanzas de acciones totalmente automatizadas o trabajos de clase que puedan hacerse a golpe de clic. Durante estos días, hemos visto en Internet cómo Bing se empecinaba en que Pedro Sánchez tenía barba o la acalorada discusión que mantenía con un usuario al que le aseguraba que todavía estábamos en 2022 y que su teléfono móvil tal vez tenía un virus.

Este goteo constante de errores que empiezan a poblar las redes sociales o los foros más concurridos de todo Internet evidencian dos cosas. En primer lugar, la necesidad de mejorar estos modelos de Inteligencia Artificial recogiendo información más reciente y de fuentes totalmente fiables. Y, en segundo lugar, la urgencia de una perspectiva crítica en el uso de estas herramientas para detectar posibles errores que nos empujen a dibujar una realidad totalmente distorsionada.

Todo esto no significa que la Inteligencia Artificial no vaya a ser útil, o que bien entrenada y con las indicaciones y preguntas correctas no sea capaz de ayudarnos en tareas del día a día. En el sector del marketing online está suponiendo una importante mejora en ciertos procesos, como ocurre en la Agencia SEO Daimako, en la que llevamos meses evaluando su uso en tareas como la clasificación de palabras clave por intención de búsqueda y lugar en el embudo de venta o realizando labores de análisis previa extracción de la información con ciertos lenguajes de programación.

Lo queda claro es que la reflexión, la capacidad crítica y la creatividad del ser humano debe estar presente en el uso de la Inteligencia Artificial. Como tantas otras mejoras tecnológicas a lo largo de la historia, la necesidad de adaptarnos a las nuevas herramientas es clave para aprovechar innovaciones de estas características.

¿Logrará desbancar Microsoft a Google en su dominio de las búsquedas en Internet?

En lo referente a la pregunta que nos ha llevado hasta aquí, desde luego, la respuesta no es sencilla por varios motivos.

Por un lado, podríamos prestar atención a lo que señala el “efecto Lindy”. Esta teoría, elaborada por el filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb, apunta a que cuánto más tiempo exista algo imperecedero y lo haga de manera eficiente, mayor será la probabilidad de que lo continúe haciendo durante más tiempo. De momento, Google mantiene su hegemonía inalterada desde que naciera en el año 1997, y millones de personas han desarrollado una manera muy concreta de comunicarse con su buscador y obtener respuestas. Y, lo que es más importante, se ha ganado la inconsciente credibilidad del público que prácticamente asume que, si lo que busca no está en Google, no existe.

Pero, por otro lado, Microsoft ha tomado la delantera en un terreno en el que Google parecía tenerlo todo controlado. Funcione mejor o peor la Inteligencia Artificial aplicada a las búsquedas, o los usuarios cambien o no su comportamiento a la hora de buscar por Internet, Google ha demostrado no haberse sabido anticipar a una evolución, un complemento o un cambio lógico en su propio terreno. Muchos profesionales relacionados con los motores de búsqueda intuyen que los fallos en fiabilidad de estos modelos de Inteligencia Artificial han hecho que Google fuera con pies de plomo con esta tecnología y haya tardado más en dar ese paso hacia adelante. Pero lo cierto es que, a ojos del gran público, Microsoft parece haber ganado esta primera batalla.