El rey abre una segunda ronda de contactos con los grupos de cara a una sesión de investidura
Podría decirse que estamos en el punto de partida, con el Rey Felipe de nuevo dando audiencia a los portavoces de los grupos representados en el Congreso, tratando de ver a qué candidato presenta como presidenciable. Pero no, mucho han cambiado las cosas en apenas una semana.
Esta segunda ronda de contactos que empieza mañana viene precedida de una situación insólita en nuestra democracia: un presidente en funciones, Mariano Rajoy, que declina ser presentado en una sesión de investidura porque reconoce que no tiene los apoyos suficientes para sacar la votación adelante; un líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, que insiste en que aún es el tiempo de Rajoy -que lidera la formación más votada el 20-D, el PP- y que se ha topado con una explosiva propuesta de Podemos, la principal muleta en la que apoyarse si quiere llegar a La Moncloa, dando ya hasta nombres de ministrables; y el mismo Pablo Iglesias, el jefe de la formación morada, rompiendo los tiempos clásicos de la política y dando un paso adelante que obliga al movimiento al PSOE y que deja a Rajoy mirando cómo sus adversarios se desgastan por pactar.
En este escenario de líneas rojas, prisas y llamadas -o whatsapps- lo que se sabe a ciencia cierta es el nuevo calendario que le espera a los políticos españoles. El Rey recibirá este lunes al presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, en una audiencia en la que éste le facilitará la lista de representantes designados por las formaciones políticas presentes en la Cámara para acudir a una nueva ronda de conversaciones de cara a la buscada sesión de investidura. Felipe VI emprenderá esa nueva ronda de consultas con los partidos políticos ya a partir del próximo miércoles.
El pasado viernes, don Felipe comunicó a López la decisión de Rajoy y le convocó a una nueva reunión, mañana a las 17:00 horas, en la que le facilite la preceptiva relación de portavoces designados por los formaciones con representación parlamentaria para abrir así el miércoles una segunda ronda de conversaciones. Según han informado hoy fuentes parlamentarias, esa lista de representantes designados por las formaciones políticas a las que recibirá el Rey se conocerá el lunes por la mañana.
El artículo 99 de la Constitución atribuye al Rey la facultad de designar candidato a la Presidencia de Gobierno "previa con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria".
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Mariano Rajoy, informando en La Moncloa de su audiencia con el rey.
LAS AUSENCIAS DE LA RONDA PREVIA
La anterior ronda de consultas comenzó el pasado lunes, a partir de una lista entregada a la Casa del Rey por el Congreso, en la que figuraban representantes de 15 formaciones, todas salvo ERC, que supeditó su asistencia a que el Monarca, previamente, hubiese atendido al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y recibido a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
Una vez iniciada la ronda, a la negativa de ERC se sumó la de EH-Bildu, cuyos militantes acordaron en asambleas que no acudiera a la Zarzuela la diputada Marian Beitialarrangoitia -a quien se esperaba para el martes-, porque no se sentían representados por una Monarquía que consideran "antidemocrática".
Por tanto, finalmente el Rey tuvo ocasión de conocer la posición ante la sesión de investidura de 14 candidaturas o formaciones políticas, a través de las reuniones que mantuvo de lunes a viernes en su despacho de la Zarzuela con los portavoces de Nueva Canarias, Foro Asturias, CC, UPN, PNV, UP-IU, En Marea, DiL, Compromís, En Comú-Podem, Ciudadanos, Podemos, PSOE y PP.
EL REY MARCA LOS TIEMPOS
A partir de la ronda que se abre el miércoles, es el monarca el que manejará los tiempos. Su objetivo es escuchar a los candidatos, si tienen nuevos apoyos, y volver a pedir a uno de ellos que intente ser presidente. Entonces, empezará la cuenta atrás. Si el ritmo es el normal, la primera votación sería en la segunda semana de febrero y habría de plazo dos meses para más votaciones, hasta la segunda semana de abril; si nadie tuviera más votos a favor que en contra, 54 días después se celebrarían nuevas elecciones generales.
El calendario marcaría el 5 de junio, pero todo cambiará si algún candidato se garantiza antes los apoyos para ser presidente: Rajoy, con PSOE y Ciudadanos; Sánchez, con un abanico más amplio, con Podemos e IU más varios nacionalistas, incluyendo a Ciudadanos o incluso con la abstención del PP.
Pero si todo se dilata, nos iríamos al verano. Mariano Rajoy ha declinado la oferta de Felipe VI y podría volver a hacerlo, pero los socialistas ya han dicho que lo intentarán si el jefe del Estado se lo propone. Eso evitaría al rey el trago de obligar a algún candidato a presentarse, algo que la ley tampoco deja muy claro.
UNA CITA SOCIALISTA CLAVE
Y en mitad del intenso debate, una cita de la que puede salir la postura definitiva del PSOE sobre las alianzas y las investiduras: el sábado, 30 de enero, se reúne en Madrid su Comité Federal.
De ese encuentro saldrá la fecha en la que se celebrará el congreso del partido en el que se elija a un nuevo secretario general y al que ya ha anunciado que se presentará el actual líder del partido, Pedro Sánchez.
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Susana Díaz y Pedro Sánchez, en un acto de campaña en Andalucía.
Se espera un choque importante entre la corriente socialista que defiende un pacto "de cambio" con Podemos como base y los que se oponen frontalmente, más aún tras el órdago lanzado el viernes por Iglesias, planteando su propia vicepresidencia del Gobierno. Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura se espera que sean las delegaciones de barones más reacias al acuerdo con Podemos.
Ayer mismo, el PSOE anunció que no emprenderá negociaciones con otros partidos “para intentar fraguar una alternativa de Gobierno estable y, mucho menos, cuando se plantean desde el chantaje“, en alusión a la formación de Iglesias.
