La OCDE saca los colores a España: las cifras de la desigualdad educativa

La OCDE saca los colores a España: las cifras de la desigualdad educativa

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La OCDE vuelve a sacar los colores a España en materia educativa. El organismo ha presentado este miércoles el informe Estudiantes de bajo rendimiento: por qué se quedan atrás y cómo ayudarles a tener éxito, en el que concluye que a mayor renta, mejor rendimiento escolar en los alumnos de 15 años.

En otras palabras: las condiciones familiares y socioeconómicas de los estudiantes influyen de forma determinante en sus resultados académicos y el sistema educativo es incapaz de garantizar la igualdad de oportunidades. Según el documento, 95.000 estudiantes de 15 años tienen un bajo rendimiento en matemáticas en España y unos 42.000 cojean, además, en lectura y ciencias.

La OCDE advierte de que los malos resultados no son únicamente consecuencia de un solo factor de riesgo, sino de la combinación y acumulación de “varias barreras y desventajas que afectan a los estudiantes a lo largo de sus vidas”.

En España, según el documento, la probabilidad de tener bajo rendimiento es mayor para las chicas, los estudiantes socioeconómicamente desfavorecidos y de origen inmigrante y para los que no han recibido educación preescolar o han repetido un curso.

LAS CIFRAS DE LA DESIGUALDAD

Los datos del informe son contundentes: un 40% de estudiantes de familias desfavorecidas tiene un bajo rendimiento, mientras que ese porcentaje baja al 8% en el caso de los alumnos favorecidos. Más cifras: los estudiantes en España tienen una menor probabilidad de tener bajo rendimiento cuando asisten a colegios concertados y socioeconómicamente favorecidos. En concreto, los estudiantes de colegios en zonas más pobres tienen una probabilidad 2,6 veces mayor de tener un bajo rendimiento que los de las zonas más ricas.

Tampoco los colegios públicos salen bien parados en el informe de la OCDE, que asegura que un 29% de los estudiantes que asisten a centros públicos tienen un bajo rendimiento en matemáticas, frente al 15% de los que van a colegios concertados y el 10% de los privados.

El organismo advierte de que todos los países pueden mejorar el rendimiento de sus estudiantes, pero para ello deben poner en práctica políticas educativas adecuadas. El primer paso, dice la OCDE, es hacer del bajo rendimiento una prioridad educativa e invertir más en ello. También sería necesario “identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil”, “ofrecer refuerzo individualizado a los colegios y las familias desfavorecidas” y “ofrecer programas de refuerzo especiales para los estudiantes de origen inmigrante, que hablen una lengua minoritaria o que provengan de zonas rurales”.

HACHAZO A LA EDUCACIÓN COMPENSATORIA

No parece que todo eso sea una prioridad en España ahora mismo, dado que en los últimos años prácticamente ha desaparecido la partida dedicada a la educación compensatoria, cuyo objetivo es garantizar la igualdad: perdió casi el 90% de sus fondos en los presupuestos de 2015, cuando se recortaron 48 millones, y en 2016 se redujo otro 2,6% hasta los 5,11 millones.

En noviembre de 2014, cuando se conoció el primer hachazo, algunos expertos ya señalaron a El Huffington Post las consecuencias que habría. “No invertir hoy en educación con los grupos desfavorecidos es condenar a las próximas generaciones a mantenerse en el ámbito de la pobreza severa y de la exclusión social", advirtió Isidoro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano.

En el mismo sentido, Adrián Vivas, presidente del sector de Enseñanza del sindicato CSIF, avisó: "Si la enseñanza pública le da la espalda, ese alumnado está abocado al fracaso". Augurios que, cada vez, llevan más camino de ser una realidad.