Siete curiosidades sobre la vagina que todo el mundo debería saber
Puede que el sexo sea uno de los aspectos más satisfactorios de la vida. Además de mejorar las relaciones interpersonales y el bienestar general, es una sensación de lo más agradable.
Y para conseguir el mayor nivel de placer sexual hay algo que se debe dominar ante todo: la...
Al hablar del aparato reproductor femenino, las cosas se complican. La vagina —un término que la gente suele utilizar para referirse a la vulva— es una parte del cuerpo complicada y delicada (y muy resistente).
El conocimiento que un hombre tenga sobre la vagina puede afectar a su vida sexual. Con unos buenos conocimientos, lo más probable es que el sexo sea más frecuente, y eso conllevará una serie de beneficios para la salud de la pareja.
La ciencia demuestra que las personas que mantienen relaciones sexuales al menos dos veces a la semana cuentan con una mejor salud cardiovascular y un menor riesgo de sufrir enfermedades de este tipo. También se liberan endorfinas, que ayudan a reducir los niveles de estrés y a mejorar la calidad del sueño tanto en hombres como en mujeres.
No obstante, el sexo y los preliminares de calidad no se consiguen de la noche a la mañana. Por eso la edición estadounidense de The Huffington Post ha recopilado siete cosas que hay que saber sobre la vagina para dominar el arte del sexo.
1. Cuando dices "vagina" lo más probable es que quieras decir "vulva".
Técnicamente, el término "vagina" se refiere al canal muscular y elástico que lleva al cérvix y al útero. Es el "agujero" por el que (normalmente) se introducen el pene o los dedos y por el que salen los niños durante el parto.
"Vulva" es la palabra que se utiliza para referirse a la parte externa de los genitales femeninos. Básicamente, es todo lo que se puede ver. La vulva incluye la vagina, el pubis, los labios mayores (los pliegues externos), los labios menores (los pliegues internos más pequeños), el orificio de la uretra (por donde se hace pis) y el clítoris (hablaremos sobre esta parte tan importante más adelante).
2. Las mujeres también pueden tener erecciones.
Al igual que el pene se llena de sangre cuando un hombre está excitado, las mujeres (o más bien su clítoris) también pueden tener erecciones.
Cuando una mujer está excitada, la sangre se acumula en el clítoris, que se encuentra justo donde se juntan los dos labios menores. Esto provoca que el clítoris se hinche y se vuelva más sensible al tacto. Hay momentos en el que glande del clítoris puede ser demasiado sensible y retraerse debajo del prepucio para evitar más estimulación.
3. El clítoris es el centro neurálgico del placer.
Alberga unas 8.000 terminaciones nerviosas y sólo tiene una función: dar placer a la mujer. De hecho, según la doctora Hilda Hutcherson, ginecóloga de la Universidad de Columbia y escritora, es el único órgano humano que existe sólo para proporcionar placer.
El clítoris tiene cuerpo y piernas que se adentran en el cuerpo a lo largo del hueso púbico. Esta zona puede ser "muy sensible", explica Hutcherson a la edición estadounidense del HuffPost. "Normalmente les aconsejo a las mujeres y a su pareja que prueben posturas distintas [durante los preliminares y el coito] para estimular todo el tejido del clítoris, no sólo el glande".
4. Que la vagina de una mujer no esté lubricada no significa que no esté excitada.
Según Hutcherson, aunque las mujeres sean capaces de lubricar de manera natural, hay situaciones en las que puede ser más difícil. Por ejemplo, después de la menstruación es más difícil, y hay algunos fármacos y antihistamínicos que también afectan, igual que los cambios hormonales, algunos métodos anticonceptivos y la edad.
"La lubricación vaginal es una de esas cosas que los hombres no entienden bien", explica Hutcherson. La mayoría no se da cuenta de que una mujer puede estar excitada sin que haya ningún tipo de lubricación.
Incluso puede haber mujeres que tarden más en excitarse y empezar a lubricar si llevan en una relación mucho tiempo. "Al principio de una relación, se lubrica rápido y muy bien gracias a las sustancias y hormonas que se liberan en el cuerpo", explica Hutcherson. "Esas sustancias disminuyen después de llevar un tiempo con la misma persona".
En todo caso, Hutcherson aconseja que los hombres sean pacientes y dediquen más tiempo a los preliminares si la mujer no está lo suficientemente lubricada.
5. La mayoría de las mujeres no llega al orgasmo durante el coito.
"A los hombres les gusta pensar que hay algo en la vagina que pueden tocar y provocar un orgasmo", comenta Hutcherson. "Creen que las mujeres tendrán orgasmos espectaculares gracias a su pene, pero no es así".
De hecho, un estudio realizado en 2009 revela que aproximadamente un 75% de las mujeres nunca alcanzan el orgasmo sólo con penetración (es decir, sin la ayuda de juguetes sexuales o estimulación oral o con los dedos). Según Hutcherson, para las mujeres, los preliminares y la estimulación externa pueden ser más importantes que la penetración a la hora de lograr un orgasmo.
Aconseja comenzar con unas suaves caricias en el clítoris y en los labios, que pueden ser muy sensibles, pero a menudo son olvidados. Y si quieres que una mujer tenga ganas de verdad, Hutcherson afirma que el sexo oral es "la manera más fácil de que una mujer sienta placer".
6. Cuando se trata de estimular a una mujer, depende mucho de cada una.
Uno de los errores más graves a la hora de dar placer a una mujer es asumir que a todas las mujeres les sirve lo mismo.
"Cada mujer es diferente, no todas van a responder de la misma manera", explica Hutcherson al HuffPost. "Hay partes del cuerpo que son más sensibles que otras". Por ejemplo, puede que una mujer alcance el orgasmo gracias a la estimulación del clítoris y otra lo haga únicamente mediante penetración. El truco está en cambiar de posición, de técnicas y de áreas de estimulación para comprobar a qué responde mejor".
"Los hombres no deberían obligar a las mujeres a experimentar lo que ellos creen que deberían experimentar", explica Hutcherson. "Probar cosas para identificar qué es lo que le da placer a tu pareja es divertido, así podéis descubrir juntos qué es lo que os excita a cada uno", recomienda.
7. Así se encuentra el punto G.
El punto G es un tema polémico en el ámbito de la ginecología: algunos expertos creen saber dónde está exactamente, otros dudan de su existencia. Hutcherson cree que el escurridizo punto G se encuentra en una zona de glándulas cerca de la uretra en la pared vaginal.
"El punto G no es un punto como tal", desvela Hutcherson. "Es una zona de la vagina que da muchísimo placer a la mujer, pero cambia según cada una".
Para encontrarlo, Hutcherson recomienda a sus pacientes seguir estas indicaciones:
- Lubrica los dedos de la mano dominante e introdúcelos en la vagina con la palma de la mano hacia arriba.
- Extiende los dedos hasta que notes el cérvix.
- Una vez que lo toques, saca un poco los dedos y masajea el "techo" de la vagina, donde proporcione más placer.
- Frota la zona flexionando los dedos "como si estuvieras diciendo 'ven aquí", explica Hutcherson.
- Empieza a aplicar un poco de presión y ve aumentando gradualmente.
Lo más importante a la hora de tocar, observar y adorar una vagina es que hay que entender a su dueña: la mujer.
"Cada persona es diferente y cada uno se excitará por cosas distintas", comenta Hutcherson. "Ahí está la gracia de ser humano. Prueba cosas distintas, ten la mente abierta y aventúrate a descubrir qué os gusta a los dos".
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.