La canciller alemana elige a una 'Mini-Merkel' como su sucesora

La canciller alemana elige a una 'Mini-Merkel' como su sucesora

Annegret Kramp-Karrenbauer, primera ministra del estado de Sarre, designada para tomar las riendas de la CDU.

"Nos conocemos y sabemos que podemos confiar la una en la otra", ha comentado este lunes la canciller alemana, Angela Merkel, refiriéndose a Annegret Kramp-Karrenbauer, a quien ha designado como su candidata para sucederle y asumir la Secretaría General de su partido, la Unión Democristiana (CDU) de Alemania y, en última instancia, ser la futura canciller.

La sintonía entre Merkel y Kramp-Karrenbauer es notoria, tanto que los medios alemanes la apodan 'Mini-Merkel' o 'AKK'. Aún así, cada una tiene "su propia cabeza", tal y como ha señalado Merkel en la presentación. Kramp-Karrenbauer tiene 55 años (ocho menos que Merkel) y es la primera ministra del gobierno regional del estado de Sarre, cargo que se ha comprometido a abandonar si resulta elegida como secretaria general de la CDU en el congreso extraordinario que se celebrará el 26 de febrero. Se convertiría así en la segunda mujer en ocupar este puesto.

Kramp-Karrenbauer fue una de las grandes defensoras dentro del partido de la política de puertas abiertas a los refugiados que lideró Merkel en 2015, ante la tragedia humanitaria que se vivía en Hungría, y que facilitó la llegada a Alemania de cientos de miles de solicitantes de asilo.

  Angela Merkel regala un ramo de flores a Annegret Kramp-Karrenbauer después de que esta ganase las elecciones regionales, en marzo de 2017.AFP

Tras el descontento que han expresado sectores conservadores de la CDU por las concesiones hechas a los socialdemócratas en el acuerdo de coalición para formar un Gobierno tras meses de bloqueo, algunos analistas no descartaban que Merkel diera la secretaría general a uno de sus críticos para tratar de tender puentes, según señala la Agencia EFE. El acuerdo está pendiente de ser aprobado el 4 de marzo por las bases socialdemócratas.

La designación de Kramp-Karrenbauer es vista como muchos miembros de la CDU como el primer paso hacia una era post-Merkel. Su elección por parte de la canciller es interpretada como una señal de que la mandataria alemana piensa continuar el proceso que ha llevado a la CDU a girar hacia el centro desde que llegó a la presidencia del partido hace dieciocho años.

NO LE GUSTAN LAS PRINCESAS

En la rueda de prensa en la que ha anunciado su decisión, Merkel ha evitado responder al ser preguntada cuándo se dará el relevo en la jefatura del partido que preside y se limitó a señalar que es prerrogativa de los periodistas "ir tres pasos por delante". Por su parte, al ser preguntada si se sentía ya "princesa heredera", Kramp-Karrenbauer ha apuntado que nunca le gustó el papel de princesa, ni en carnaval.

Sin embargo, su designación como número dos de la CDU, en sustitución de Peter Tauber, que ha presentado justamente este lunes su dimisión, ha sido interpretada como una señal clara de que comienza una estrategia de futuro, que deberá empezar por una renovación programática de la formación política, en la que según ha señalado quiere que participen desde la cúpula hasta las bases.

De cara al ala conservadora del partido, esta política tiene la ventaja de que ha hecho una carrera clásica dentro de la CDU, empezando en las juventudes del partido y pasando desde ahí a ocupar posiciones destacadas dentro de la agrupación, primero en el Sarre y luego a nivel federal, donde forma parte de la dirección de esta fuerza política.

CONTRA EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL

Eso la diferencia de Merkel, cuya carrera política empezó con la reunificación alemana, primero como portavoz del último ejecutivo de la extinta República Democrática Alemana (RDA) y, luego, como ministra en los gobiernos de Helmut Kohl.

Pese a que siempre se le ha considerado como una figura cercana a Merkel, Kramp-Karrenbauer ha defendido en algunos momentos posiciones conservadoras. Estuvo, por ejemplo, entre quienes se opusieron a la aprobación del matrimonio homosexual -Merkel también votó en contra, pero nunca fue beligerante- y, dentro de la política de refugiados, defendió la idea de determinar con exámenes médicos la edad biológica de aquellos que se declaren menores y con los que haya motivos de duda.