"El de Mame Mbaye no es un caso aislado": Los manteros piden alternativas a su situación

"El de Mame Mbaye no es un caso aislado": Los manteros piden alternativas a su situación

El Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid exige que se tomen medidas urgentes contra la persecución de la venta ambulante.

Mame Mbaye tenía 35 años y llevaba 12 en España. Se dedicaba a la venta ambulante mientras peleaba por conseguir los papeles. El pasado 15 de mayo cayó al suelo a causa de un infarto. Las versiones de lo ocurrido son diversas: según el Ayuntamiento, Mbaye andaba con un amigo y se desplomó. El Sindicato de Manteros y los amigos del joven defienden que la caída se produjo tras una persecución policial.

Sea como sea, Mbaye ha fallecido sin papeles y sin poder ver a su familia en 12 años, a la que mandaba todo el dinero que conseguía. "Su muerte no fue un accidente y la situación en la que se produjo no es una situación aislada", defiende el sindicato en una rueda de prensa que ha comenzado con un minuto de silencio por Mbaye y por "todas las víctimas de la violencia policial".

Este caso ha servido para que este colectivo manifieste las condiciones precarias en las que viven. Critican la Ley de Extranjería que les "persigue" y recuerdan que ellos pagan luz, agua, gas... Hacen hincapié en que "las agresiones de la Policía Municipal de Madrid son habituales y constantes". Se tiene registro de 13 agresiones desde 2014 que, según aseguran, han sido puestos en conocimiento del Ayuntamiento en múltiples reuniones mantenidas con el consistorio. Según datos publicados en el portal de transparencia del Ayuntamiento de Madrid, las actuaciones policiales en relación con la vente ambulante han aumentado un 43% el último año.

Las denuncias, según ellos, van desde insultos de contenido racista y agresiones verbales cotidianas hasta lesiones, contusiones, traumatismos y fracturas de manos, pies y brazos. "El Ayuntamiento está al tanto de lo que ocurre, pero a la vista de los hechos, queda claro que no se han tomado las medidas necesarias para poder atajarla y ponerle fin. Por ellos, debido a la gravedad de los hechos pedimos responsabilidades políticas" aseguran desde los colectivos.

Una vida atravesada por el miedo

La vida de muchos manteros está "atravesada por el miedo, las persecuciones y los malos tratos constantes", lo que imposibilita las condiciones básicas de lo que consideran debería ser una vida digna. En este sentido se muestran tajantes y reclaman una "solución al problema de la venta ambulante que no se centre en lo policial, sino que contemple alternativas sociales y laborales".

Según recordaba Serigne Mbaye "el 28 mayo 2012 hubo un disparo de la policía en Lavapiés, aquello ocurría después de una persecución policial, si recordamos, es la misma historia que se repite."

Otra de las denuncias es la dificultad para conseguir los papeles: "Llevamos años viviendo aquí pero sin embargo no hay papeles. Sin papeles nos persiguen, nos llevan a comisaría, nos internan en CIEs y nos devuelven a nuestro país. Hemos venido para vivir todos y todas pacíficamente".

En 2012 se consiguió que se despenalizara

En estos momentos, el Código Penal considera delito la venta en la manta. Después de varios años de lucha para conseguir que la venta ambulante se despenalizara, en el año 2010 se consiguió que la venta ambulante pasase a ser falta cuándo el beneficio obtenido no superara los 400€. Sin embargo fue con la última reforma del año 2015 cuándo se volvió a incluir esta actividad como delito, tipificando la única manera de ganarse la vida que tienen muchas personas.

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Por todo ello según aseguraba Malick Gueye, otro de los manteros del sindicato, "pedimos después de la muerte de uno de nuestros amigo y compañero, Mame Mbaye, que se ponga fin a las persecuciones y agresiones policiales. Que se investigue y aclare lo que sucedió el jueves. Pedimos el fin del racismo institucional y también social que sufrimos".

La abogada del Sindicato recordaba cuáles eran sus demandas; la revisión de los protocolos policiales, el fin de las persecuciones, que se garantice la seguridad de todas las personas, la revisión de la Ley de Extranjería y la despenalización de la venta ambulante". "Todos tenemos nuestro oficio, pero una barrera como la Ley de Extranjería no nos deja ejercer ese oficio y la única alternativa que nos deja es dedicarnos a la venta ambulante. La Ley de Extranjería nos persigue, nos criminaliza, nos encierra" proseguía Malick.

Desde las asociaciones de manteros y lateros así como desde múltiples espacios de defensa de los derechos humanos, denuncian que con los antecedentes penales, que esta regulación genera, resulta imposible regularizar la situación administrativa, convirtiéndose la propia ley en "una condena a muchas personas, en una situación de vulnerabilidad social, a una situación de ilegalidad e impide que puedan cambiar su situación". Se trataría de la "muerte social y civil" de los migrantes. El clamor es unánime "Exigimos que se haga justicia a la muerte de Mbaye, que se ponga fin al acoso policial y se den soluciones reales a la venta ambulante".